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Sociedad|Domingo, 6 de julio de 2003

Según la OMS, terminó oficialmente ayer la epidemia de neumonía atípica

China festejó como nadie el anuncio de la organización mundial de la Salud. Recomiendan mantener los controles y recuerdan que todavía hay 200 hospitalizados, aunque fue contenida.

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En Taipei hubo fiesta con champagne, sobre todo en la muy afectada industria hotelera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció ayer que la epidemia de neumonía atípica fue controlada en el mundo, pero convocó a las autoridades sanitarias a mantener los controles sobre una enfermedad que afecta todavía a unas 200 personas que siguen hospitalizadas. El brote de neumonía atípica provocó 812 muertes y el contagio alcanzó a un total de 8.439 personas en una treintena de países. La directora general de la OMS, la noruega Gro Harlem Brundtland, sostuvo que “tras una colaboración sin precedentes en el mundo”, la organización puede decir que el brote del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG) “ha sido contenido en todo el mundo”. De todos modos, Brundtland advirtió que “algunos casos pueden haber escapado al control” y alertó que “un simple caso puede dar inicio a un nuevo brote”. Por ese motivo, instó a “no bajar la guardia”.
Brundtland hizo el anuncio después de confirmar la retirada de Taiwan de la lista de áreas de transmisión local del SRAG. Taiwan fue la última zona afectada y quedó aparentemente libre del mal después de veinte días de no detectarse ningún contagio nuevo. En Taiwan se enfermaron 674 personas y murieron 84. El fin del contagio supone un alivio para numerosas zonas de Asia, particularmente China, que fueron afectadas por la decisión de la OMS de recomendar no viajar a ellas como medida de precaución para evitar la propagación del virus.
El brote de neumonía asiática surgió en noviembre del año pasado en la provincia meridional china de Cantón, pero las autoridades de Pekín no lo comunicaron oficialmente hasta varios meses más tarde. En febrero comenzaron a detectarse casos de la enfermedad en otros países, debido a que algunas personas contagiadas viajaron y transmitieron el virus. “Creo que los dirigentes chinos se han dado cuenta y son conscientes de la importancia de colaborar”, comentó Brundtland en alusión a las críticas lanzadas hacia ese país por su escasa cooperación inicial.
Los expertos de la OMS creen que el virus causante del SRAG, un coronavirus similar al de la gripe, podría haber estado latente en algunos animales y se habría transmitido al ser humano en algún concurrido mercado de Shenzen –en la provincia de Cantón– al manipular su carne para preparar uno de los exóticos platos tradicionales que ahora han sido prohibidos. La comunidad científica no ha logrado establecer un método de diagnóstico preciso para detectar el virus. Tampoco ha conseguido dar con el tratamiento adecuado contra esta enfermedad que provocó pánico y ansiedad entre la población de las zonas afectadas.
“El SRAG nos ha enseñado una gran lección y hemos de aprovecharla para preparar una respuesta a futuros brotes, ya sea de SRAG o de otras enfermedades”, dijo Brundtland, que abandonará la dirección general de la OMS el próximo 21 de julio. La directora de la OMS destacó que los trabajadores de la salud fueron los que “afrontaron riesgos frente a una enfermedad desconocida” y pagaron un precio elevado, ya que muchos de ellos fueron víctimas mortales del contagio. “Con su dedicación diaria, su valentía y su vigilancia han evitado una catástrofe global”, aseguró.
El brote de neumonía podría tocar a su fin, pero los expertos no descartan, sin embargo, que al igual que otros virus similares pueda resurgir nuevamente, ya sea esporádica o periódicamente, y convertirse incluso en una enfermedad endémica. Ayer, en Pekín, los primeros turistas que visitan la ciudad tras el fin del brote, fueron recibidos con honores de jefe de Estado y los invitaron a una cena en el Gran Palacio del Pueblo, sede de la Asamblea Nacional y lugar reservado para las celebraciones históricas.
En la cena, se ofreció a los turistas diez platos típicos de la gastronomía china, se escuchó música tradicional y se disfrutó de un espectáculo de acrobacia. Con la cena en el Gran Palacio del Pueblo, un edificio situado en el ala oeste de la céntrica Plaza de Tiananmen, Pekín quiso celebrar la progresiva vuelta a la normalidad tras meses de psicosis y aislamiento por el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG).

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