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Sociedad|Martes, 30 de julio de 2013
Sin acuerdo entre Sbase y metrodelegados por las nuevas estaciones de la línea B

Un conflicto en vía muerta

Los trabajadores se niegan a conducir los trenes hasta las estaciones inauguradas el viernes porque allí hay filtraciones que producen riesgo eléctrico y falencias en comunicación. Sbase dice que “no quieren trabajar”.

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La delegación de trabajadores, encabezada por Néstor Segovia, al comenzar la negociación.

Tras más de ocho horas de reunión, los ejecutivos de Metrovías y los metrodelegados de la línea B del subte no llegaron a un acuerdo para que los trabajadores conduzcan las formaciones hasta y desde las dos nuevas estaciones del recorrido, algo a lo que se oponen porque denuncian filtraciones de agua, riesgo eléctrico y falencias en el sistema de comunicaciones. El encuentro, realizado en la Subsecretaría de Trabajo del Gobierno de la Ciudad, comenzó pasado el mediodía y se extendió hasta las 9 de la noche de ayer, cuando se dictó un cuarto intermedio hasta las 3 de la tarde de hoy. Según pudo saber este diario, la negociación, más que avanzar, permaneció duramente trabada: las autoridades de Metrovías reclamaban cumplimiento de horarios y tareas, y los representantes de los trabajadores demandaban medidas de seguridad, entre ellas, planes de emergencia y prácticas de manejo en las nuevas estaciones, Echeverría y Juan Manuel de Rosas.

De la reunión en la subsecretaría comandada por Ezequiel Sabor participaron representantes de Metrovías, un abogado de Sbase (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) y delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), con Néstor Segovia a la cabeza.

Las nuevas estaciones se inauguraron el viernes. Según pudo comprobar Página/12, existen filtraciones en los pasillos de acceso a los andenes y en las salidas de emergencia.

Ayer por la noche, al cierre de esta edición, Metrovías no hizo comentarios sobre las horas de negociación. Poco antes de la reunión, el subsecretario Sabor aseguró: “No hay ningún tipo de riesgo, ni para los usuarios ni para los trabajadores”, que según señaló, en algunos casos, “realmente no quieren trabajar”. En la misma línea hizo declaraciones el titular de Sbase, Juan Pablo Piccardo, quien anunció la compra de 70 vagones al metro de Madrid para renovar la flota de la línea B, y además aseguró que los metrodelegados “tienen pocas ganas de trabajar, y eso que ganan 16.700 pesos por cuatro horas y media”.

El encuentro comenzó de manera escalonada. A las 11 se reunieron representantes de Sbase y la Subsecretaría de Trabajo, a cargo de Ezequiel Sabor. Una hora después entraron los representantes de AGTSyP. Poco antes, la subsecretaría había anunciado que había citado a los delegados para “encontrar una solución al conflicto” mediante “el diálogo”. También durante la mañana, los representantes de los trabajadores del subte insistieron en que en las estaciones inauguradas a fines de la semana pasada por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, hay “filtraciones de agua que potencian un riesgo eléctrico y falta de sistemas de comunicaciones”. Piccardo había señalado que las filtraciones eran responsabilidad de la empresa AySA (Agua y Saneamientos Argentinos), que ayer en un comunicado desmintió al funcionario. El agua de las filtraciones no proviene de fallas en sus obras, señaló la empresa, sino “de las napas freáticas, dada la profundidad a la cual se edificaron las mismas, 20 metros bajo tierra”.

“Nosotros no vamos a laburar en las condiciones en las que se encuentran las nuevas estaciones”, advirtió Néstor Segovia, de AGTSyP, quien también acusó al gobierno porteño de “buscar un rédito político”. El delegado de la línea B, Claudio Dellecarbonara, señaló que las nuevas estaciones “tienen una precariedad criminal”. Segovia también advirtió que, ayer por la mañana, la asociación sindical presentó un recurso de amparo para que las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas dejen de funcionar hasta tanto no se garantice la seguridad para pasajeros y trabajadores.

Durante todo el día de ayer, la rutina de la línea B fue la misma que la del viernes: los trabajadores conducían las formaciones entre las estaciones Leandro N. Alem y Los Incas, pero allí debían hacerse cargo empleados de supervisión e instrucción. El fin de semana pasado, por falta de empleados jerárquicos, las nuevas estaciones de la línea B no abrieron. Los metrodelegados denuncian además que las nuevas estaciones carecen del sistema de comunicación “tierra-tren”, que permite al conductor avisar a la base si hay una emergencia que requiera evacuar la unidad.

Por la noche, durante uno de los cuartos intermedios que jalonaron la reunión, el vocero de AGTSyP, Enrique Rossito, aseguró a este diario que las demandas de los trabajadores de la línea B “son cosas que con buena voluntad de parte de la empresa no deberían llevar más de una semana, diez días, como arreglar las filtraciones, cuidar el tema de la seguridad, tener protocolo de emergencia y capacitar a los compañeros en las estaciones nuevas”.

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