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Sociedad|Lunes, 9 de septiembre de 2013
Mató a su pareja a golpes con un palo de béisbol, pese a que ya había sido denunciado

A juicio por un femicidio en Olavarría

Luis Barbato había entablado relación con Graciela Tirador a través de Facebook. Ella tenía miedo de cortar el vínculo. Después de hacerlo, presentó varias denuncias por violencia. La mató a palazos en su casa y ahora va a juicio oral.

Por Mariana Carbajal
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En Olavarría, los hijos de Graciela Tirador organizaron una marcha en reclamo de justicia.

“El hombre es un cazador y un depredador por naturaleza, y la mujer es una especie inferior”, solía repetir con convicción Luis Pablo Barbato, un jubilado de 64 años. A su ex pareja la convirtió, literalmente, en una presa: Graciela Tirador, una contadora muy conocida en la localidad de Olavarría, fue asesinada en una brutal golpiza el 13 de enero último. Por su femicidio, Barbato será juzgado como único imputado. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Azul avaló el pedido de elevación a juicio oral presentado por el fiscal Martín Pizzolo. Se le imputan los delitos de “homicidio doblemente agravado por haber mantenido una relación de pareja con la víctima y por ensañamiento”. Se estima que las audiencias del juicio oral y público se llevarán a cabo el año próximo.

El femicidio de Tirador generó gran conmoción en Olavarría. La mujer estaba a cargo de una de las oficinas del Registro Automotor local y era muy querida localmente. Luego del crimen, sus hijos Carla, María y Mariano Melotto organizaron dos marchas frente a la plaza principal con una nutrida participación –más de un millar de personas– para reclamar “justicia, prevención y conciencia social” frente a la violencia de género. Tirador había hecho varias denuncias contra su ex novio, tras decidir cortar la relación, porque la amenazaba y la hostigaba, pero la Justicia no llegó a protegerla, denunciaron sus hijos. La pareja se conoció a través de Facebook y convivió en la casa de Tirador durante diez meses entre 2011 y 2012, hasta que ella decidió finalizar la relación como consecuencia de situaciones de violencia psicológica y física ejercidas por Barbato, según surge del expediente judicial.

El imputado llegará preso al juicio: quedó detenido desde el momento del femicidio. La investigación fiscal estableció que en la madrugada del 13 de enero se presentó en el domicilio de su ex pareja –en la calle José Luis Torres Nº 2430– y le dio una feroz golpiza con un bate de béisbol y un caño galvanizado, provocándole múltiples heridas que le causaron la muerte. Las pruebas que lo incriminan son varias: en su casa se encontró un caño galvanizado similar al que había en la escena del crimen –y que no pertenecía a Tirador– y una silla blanca de plástico con manchas de sangre compatibles con el perfil genético de su ex novia. Cuando la Justicia allanó ese mismo día la casa de Barbato, sobre la calle Juan XXIII Nº 2162, en el garaje, colgado de un cordel, fue hallada una camisa de Grafa azul y un pantalón del mismo material, sospechosamente lavados en la madrugada de ese domingo. Para el fiscal pudieron ser las prendas que vestía el acusado en el momento del crimen, que tenían manchas de sangre, pero no se pudo determinar su perfil genético porque no eran suficientemente abundantes para establecerlo. Al pedir la elevación del caso a juicio oral y público, el fiscal Pizzolo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 5 del Departamento Judicial de Azul, tuvo en cuenta los antecedentes de violencia de género relatados por los familiares de Tirador, quienes testificaron en la causa que la mujer le tenía miedo y no sabía cómo cortar la relación, porque él la amenazaba con matar a su familia. Luego de la separación, Barbato siguió hostigándola, según se desprende de las denuncias que ella presentó en su contra. Una de ellas fue archivada.

En el expediente está incorporada la pericia psicológica y psiquiátrica realizada a Barbato, que revela que el imputado “presenta una actitud fría, sin resonancia afectiva”, y que hace referencia a la víctima como “la occisa”. En la mayor parte del estudio “aparece la intención de descolocar y desafiar encubiertamente al otro, con habilidad manipulativa y oposicionismo encubierto”. Dice la pericia que “es proclive a realizar recortes arbitrarios de la realidad, imponiendo lo propio como lo único verdadero”, que tiene “características egocéntricas”, que puede expresar “irritabilidad y hostilidad ante situaciones que no tengan que ver con las esperadas por él...”. Como conclusión de la entrevista, la pericia indica que Barbato “presenta una caracteropatía narcisista con rasgos perversos... surgen características de manipulación hacia el otro, agresividad encubierta, falta de autocrítica y tendencia a la no diferenciación entre los deseos del otro y los propios, en tanto aparece un intento de imposición de sus propias perspectivas... las características descriptas pueden hacerlo propenso a conductas de acción. Subyace un sentimiento de superioridad con respecto al otro que incluye la figura femenina”.

Los familiares de Tirador, que declararon en la causa, refirieron una frase que solían escucharle a Barbato: “El hombre es un cazador y un depredador por naturaleza, y la mujer es una especie inferior”. Y como un depredador, Barbato se apropió de la vida de su ex pareja. El año próximo seguramente se sentará en el banquillo de los acusados. Se le imputa un delito doblemente agravado: por ensañamiento y por haber mantenido una relación de pareja con la víctima. Hasta la reforma del Código Penal que incorporó el femicidio, sancionada el 14 de noviembre de 2012, se agravaba el homicidio por el vínculo si el imputado estaba casado con la víctima, pero no en caso de que no mediara esa relación o se tratara de concubinos o ex novios, como en este hecho.

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