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Sociedad|Jueves, 26 de septiembre de 2013
EL ABOGADO PIERRI ANUNCIO QUE DEJARA DE DEFENDER A MANGERI

Primero en abandonar el barco

En medio de una situación cada vez más comprometida para el acusado de matar a Angeles Rawson, Miguel Angel Pierri aseguró ante los medios que dejará el caso, aunque ayer a la tarde la renuncia no había llegado al juzgado. Cómo sigue la investigación.

Por Raúl Kollmann

Hasta ayer a la tarde, a las 16, el abogado Miguel Angel Pierri no había presentado ningún escrito en el juzgado de Javier Ríos para renunciar a la defensa del encargado Jorge Mangeri. El letrado anunció su retiro del caso, alegando motivos familiares, a través de los medios, pero todavía no se efectivizó en el expediente. Se supone que quedarán en la defensa los abogados del estudio de Pierri, Marcelo Biondi y Adrián Tenca. La realidad es que Mangeri está en una situación más que delicada: el informe de la junta médica convocada por el juez fue lapidario, incluso dramático, y sólo falta un estudio histopatológico para completar una acusación por homicidio, abuso sexual y tal vez homicidio criminis causa, es decir cuando el asesinato se concreta para tapar otro delito, en este caso el supuesto abuso. En silencio, el magistrado y la fiscal Paula Asaro buscan elementos para determinar el lugar del crimen y la forma en que Mangeri sacó el cuerpo del edificio.

La defensa encabezada por Pierri desplegó una intensísima actividad, bastante más en los medios que en el expediente, pero también allí. Presentaron nulidades, apelaciones, peritos, impidieron que al encargado le hicieran un estudio psiquiátrico y casi redujeron a cero la declaración indagatoria de Mangeri. La realidad es que las pruebas y las sucesivas resoluciones judiciales –de Ríos y de la Cámara del Crimen– dejaron al portero, no sólo en la cárcel, sino al borde de una condena durísima. Es más, el futuro inmediato parece aún peor.

La junta médica señaló golpes tremendos aplicados a Angeles en la escena final del asesinato, es decir que se trató de un homicidio muy violento. Al mismo tiempo, el estudio histopatológico muy posiblemente confirme el diagnóstico de los médicos de que hubo abuso sexual o tentativa de abuso sexual. El resultado del estudio de las partes blandas –o sea los muslos y las cercanas a la vagina– estará el 10 de octubre y diez días después el análisis de otros tejidos. Los dos trabajos serán analizados otra vez por la junta médica y, a partir de su diagnóstico, Ríos convocará a Mangeri a nueva declaración indagatoria, ahora por un delito más grave. Los tres jueces de la Cámara del Crimen, Mario Filosof, Marcelo Lucini y Ricardo Pinto, dejaron la pelota picando y de hecho sugirieron al juez que deberá indagar al encargado por uno de los delitos más graves del Código Penal: el homicidio criminis causa.

No falta quienes sostienen que las cuestiones familiares –incluyendo la apabullante declaración televisiva del hijo de Pierri– pueden influenciar en la renuncia del abogado, pero el panorama que se presenta parece ser un factor fundamental para su abandono del barco. En Tribunales nadie duda del mensaje: Mangeri quedó debilitado, lo dejaron bastante a la intemperie.

En su despacho, Ríos trabaja en varios frentes, leyendo estudios, peritajes, los escritos de Pablo Lanusse, abogado del padre de Angeles, pedidos de la fiscal Asaro y de la defensa. El próximo paso será responder a las objeciones planteadas por el equipo de Pierri, que señaló una contaminación en los estudios de ADN. También le reclamó a la División Homicidios de la Policía Federal que rehaga las planillas de las llamadas de Mangeri y de otros protagonistas del caso: el magistrado detectó una serie de errores en la asignación de llamadas que eran entrantes como salientes y viceversa. Al mismo tiempo, con toda reserva se analizan medidas de prueba para avanzar en dos puntos clave: la escena del crimen y la forma en que se sacó el cuerpo. Es posible que haya novedades en esos terrenos.

El recurso por el procesamiento y la prisión preventiva seguramente será admitido por la Cámara de Casación que, entonces, estudiará el expediente. La cantidad abrumadora de evidencias –ADN en las uñas de Angeles, en la soga, lesiones de Mangeri, contradicciones del imputado, declaraciones de su primo y de otros testigos– le asignan al encargado pocas posibilidades de un buen resultado en la Casación. Semejante cuadro de situación lleva a pensar que tal vez Pierri sea el primero, pero no el último, en abandonar el barco.

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