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Sociedad|Martes, 4 de marzo de 2014
Quedó detenido en su lugar de internación el policía acusado de matar a un joven en Saavedra

A explicar el porqué de los cinco tiros

Según la autopsia, Gonzalo Crespo recibió cinco impactos de bala a corta distancia. La Policía había dicho que eran dos y que los disparos ocurrieron en medio de un forcejeo. Para la fiscal, el cabo tiró a matar. Investigan los incidentes ocurridos tras el crimen.

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Tras la muerte de Gonzalo Crespo, amigos y familiares salieron del Barrio Mitre y causaron destrozos en el vecindario.

El cabo de la Policía Federal Javier Almirón sigue internado en el Hospital Churruca, pero ahora está con custodia y en calidad de detenido, porque tendrá que darle explicaciones a la Justicia por la forma en que se produjo la muerte de Gonzalo Crespo, de 24 años, en un episodio ocurrido en la madrugada del sábado en Saavedra y que derivó en incidentes graves en el barrio, con autos quemados y destrozos en edificios. La fiscal del caso, Cristina Caamaño, dijo ayer que el joven recibió cinco balazos y no dos, como había informado la policía, y que todos los disparos partieron del arma calibre 9 milímetros del cabo Almirón. Tres de los tiros fueron hechos desde una distancia de diez centímetros y pegaron sobre el cuello de Crespo; los otros dos impactaron en el pecho. “Exactamente”, respondió Caamaño cuando le preguntaron si el policía había “disparado a matar” y luego agregó que la fuerza de seguridad “tiene que estar capacitada para detener a la gente y llevarla a la Justicia”. Hasta anoche no se había podido comprobar que Crespo hubiera disparado contra el agente Almirón. La policía dijo que el joven estaba armado, que había intentado resistirse a la detención y que se había trabado en una lucha cuerpo a cuerpo con el policía, quien fue herido en una rodilla.

Almirón tendrá que dar explicaciones precisas ante el juez Diego Javier Slupski sobre cómo sucedieron los hechos. Según el informe policial, móviles de la comisaría 35ª intervinieron frente a la presencia de “dos sospechosos” que habrían intentado robar en una casa. Uno de los dos –Crespo– salió corriendo y fue perseguido, hasta que lo interceptó un móvil de la comisaría 49ª, llamado de refuerzo, en el que iba Almirón. Lo curioso es que el otro joven, sospechado del mismo supuesto intento de robo, se fue sin que la policía lo impidiera y ni siquiera le tomaron el nombre, de acuerdo con la información a la que tuvo acceso Página/12.

La muerte de Crespo provocó la reacción de un grupo de personas que vivían, como él, en el Barrio Mitre, en Saavedra, y que provocaron destrozos en el vecindario. Ayer se hizo el sepelio de Crespo en el cementerio de la Chacarita y se produjo un nuevo enfrentamiento a tiros, con tres heridos, en el Barrio Mitre, en este caso sin intervención de ninguna fuerza de seguridad. Ahora se investiga si este nuevo hecho tiene alguna relación con lo ocurrido en la madrugada del sábado.

La fiscal Caamaño, en declaraciones periodística, precisó que el arma reglamentaria que portaba Almirón, secuestrada luego del episodio, tiene una capacidad de carga de “quince proyectiles”, de los cuales “tenía (todavía) nueve” en el cargador y “uno más en la recámara”. Por esa razón, los primeros peritajes indicarían que Almirón fue el autor de los cinco disparos que hirieron de muerte a Crespo. Se sabe que el policía recibió una herida en la rodilla, de la que se repone en el Churruca, pero todavía no se sabe el resultado del dermotest para saber si Crespo disparó o no durante la lucha cuerpo a cuerpo con el cabo.

Sobre el supuesto intento de robo que se les adjudicó a Crespo y al otro joven no identificado por la policía –lo dejaron ir a pesar de que había acatado la voz de alto–, la fiscal Caamaño sostuvo que no hay ninguna comprobación fehaciente hasta el momento de que eso haya ocurrido. “Están hablando de un robo o algo (similar), pero por el momento Crespo no tenía nada que no fuese de él” en su poder. La fiscal, en alusión a lo que se dijo inicialmente sobre el hecho a través de la policía, aseguró que ahora Crespo “pasó de supuesto victimario a ser una víctima”. Los peritajes del caso están a cargo de expertos de Gendarmería Nacional.

Uno de los puntos que intrigan a la Justicia es por qué razón, si los dos jóvenes era sospechosos de un mismo intento de robo, uno de ellos no fue detenido pese a que no salió corriendo. Lo dejaron ir sin identificarlo. Tampoco se sabe si Crespo disparó la Glock calibre 40 que la policía dice haber hallado en la esquina de Estomba y Correa, donde quedaron tirados el joven y el policía. Lo más probable, según fuentes de la investigación, es que no haya disparado, dado que no se encontraron casquillos en la citada esquina y tampoco en el recorrido que hizo Crespo durante su fallida corrida para escapar de la policía.

Además de la muerte de Crespo, también se investigan los destrozos que provocaron unas cien personas para protestar por el accionar policial. Durante los incidentes se quemaron dieciséis autos y se destrozaron algunas casas. Llamó la atención que se haya incendiado una casa, la 105 del Barrio Mitre, que había sido expropiada por la Justicia. Era propiedad de una familia acusada de dedicarse al narcotráfico y fue entregada a las Madres del Paco, que realizan una tarea solidaria con los chicos afectados por la droga. Ayer hubo un nuevo hecho de violencia en el mismo barrio, pero no tendría relación con el caso Crespo. Al parecer, dos grupos discutieron por la tenencia de una camioneta y en la refriega hubo dos heridos de bala y uno de arma blanca.

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