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Sociedad|Miércoles, 26 de marzo de 2014
Desconcierto después del anuncio sobre el final del avión desaparecido

Más dudas, más desconfianza

Las autoridades malayas no dieron mayores precisiones ayer sobre la noticia oficializada el lunes, lo que provocó malestar y mayor escepticismo entre los familiares de los pasajeros. La teoría de una supuesta “misión suicida”.

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Familiares de pasajeros chinos protestaron frente a la Embajada de Malasia en Beijing.

El anuncio del lunes del primer ministro malayo, Najib Razak, en el que comunicó que el avión desaparecido de Malaysia Airlines “terminó en el sur del Océano Indico”, lejos de haber clarificado el panorama con respecto a qué sucedió con el vuelo, parece haber potenciado las dudas de las autoridades, los investigadores y las familias de las 239 personas a bordo de la aeronave. Ayer, el ministro de Transportes, Hishammudin Hussein, defendió y dio más precisiones sobre el anuncio de Razak, en medio de reclamos de familiares chinos por “pruebas fehacientes” y de informaciones que indican que el aparato habría cambiado su rumbo en una aparente misión suicida. Hussein explicó que el gobierno malayo llegó a tal conclusión por medio de una nueva “comunicación parcial entre la aeronave y la estación en tierra”, detectada por una “técnica innovadora” de análisis satelital. Además, señaló que el operativo de búsqueda se centrará “en el sur del Océano Indico”. Debido al mal tiempo, las tareas de ayer fueron suspendidas.

“Hay pruebas de una comunicación parcial entre la aeronave y la estación en tierra a las 0.19 GMT (21.19 de Argentina). En estos momentos, esa transmisión no se comprende y está siendo sometida a más investigación”, afirmó Hussein, al intentar explicar los datos obtenidos por la empresa de satélites británica Inmarsat y de la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos de Reino Unido (AAIB).

Según el ministro de Transportes de Malasia, de acuerdo con los datos que se tenían antes de la nueva información, la última señal del avión había sido detectada a las 0.11 GMT del 8 de marzo. Pero el aparato envió una última señal “parcial”, a las 0.19 GMT. Se supone que el avión cayó entre siete horas y media y ocho horas y media después de haber despegado de Kuala Lumpur, tiempo en el que podría haber volado con el combustible que llevaba a bordo, agregó el ministro malayo.

El ministro de Transportes indicó que “en los últimos días”, Inmarsat desarrolló una “técnica innovadora” para averiguar la trayectoria que siguió el Boeing 777-200, tras haber cambiado de rumbo, basada en la velocidad del aparato en relación con un satélite, denominada “efecto Doppler”.

Gracias a esta técnica, el nuevo análisis sobre la trayectoria del avión concluye que el aparato desaparecido voló por el conocido “corredor sur” y tuvo su “última posición en medio del Océano Indico”, al oeste de Perth, señaló el ministro malayo. “Queda trabajo por hacer y estamos agradecidos a Inmarsat, la AAIB y el equipo de investigadores internacionales que todavía está trabajando con las autoridades malayas. Este es un tema en desarrollo y en cuanto sepamos más lo contaremos”, sostuvo Hussein.

Por el momento sigue sin haber explicación sobre los motivos que llevaron al avión a cambiar su rumbo. “No puedo ofrecer un resultado, pues entorpecería las investigaciones en marcha”, afirmó el jefe de policía, Khalid Abu Bakar. Se está investigando tanto un posible sabotaje como un secuestro, aunque tampoco se descarta un problema técnico, afirmó. Sin embargo, las dudas son muy grandes entre los expertos.

De acuerdo con una fuente de la investigación, citada por el diario británico The Telegraph y de la que no trascendió su identidad, el análisis de la ruta de vuelo, señalizaciones y comunicaciones indicarían que el giro del Boeing 777-200 fue “un acto deliberado de alguien a bordo, que debería haber tenido conocimientos detallados de lo que estaba haciendo”.

La misma fuente reveló que los investigadores creen que el vuelo no desapareció debido al fuego o a un mal funcionamiento técnico de la aeronave. Estiman que esas causas no podrían haber cambiado la ruta de vuelo o motivado el apagado del sistema de comunicaciones durante siete horas de vuelo, sin ser detectado por radares.

Mientras tanto, familiares de los 154 pasajeros chinos se manifestaron frente a la Embajada de Malasia en Beijing para exigir a su gobierno y a Malaysia Airlines “pruebas fehacientes” de que el avión realmente terminó en el Océano Indico sin sobrevivientes. “Cada día vienen diplomáticos y representantes de la compañía aérea, pero anoche ya nos dijeron que habían determinado que el avión se estrelló en el Indico sin tener pruebas concluyentes y hoy nadie vino. Es un gesto irrespetuoso”, reclamó un joven manifestante.

Frente a esta situación, el gobierno chino decidió enviar a Malasia al viceministro de Asuntos Exteriores, Zhang Yesui, para coordinar las operaciones de búsqueda, que según el ministro Hussein seguirán hoy “en el sur del Océano Indico, frente a la costa occidental de Australia”.

La búsqueda se centrará en una zona de unas 469.000 millas náuticas cuadradas. “La operación de búsqueda y rescate en el corredor norte fue suspendida. También paramos la operación en la parte norte del corredor sur, cerca de Indonesia”, agregó el funcionario malayo. Para el 5 de abril se espera que se una a la búsqueda un localizador de la marina estadounidense para intentar encontrar la caja negra del avión de Malaysia Airlines.

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