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Sociedad|Viernes, 18 de abril de 2014
ESTREMECEDORES MENSAJES DE TEXTO DESDE EL FERRY, MIENTRAS SE HUNDIA EN AGUAS DE COREA DEL SUR

“No te preocupes, estoy con salvavidas”

Ya son 25 los muertos tras el hundimiento de la embarcación, el miércoles, mientras que 287 pasajeros están desaparecidos, la mayoría de ellos son estudiantes. El capitán y la tripulación fueron los primeros que se pusieron a salvo.

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Centenares de compañeros de los estudiantes expresaron su solidaridad con las víctimas.

“Esta puede ser la última oportunidad para decirte que te amo”, escribió Shin Young-Jin, una alumna que viajaba a bordo del ferry que naufragó en aguas de Corea del Sur, a su madre. Otro estudiante envió un mensaje de texto a su padre que decía: “No te preocupes. Estoy usando un chaleco salvavidas y estoy con otras chicas. Estamos adentro del barco”. El padre le respondió que el rescate estaba en marcha, pero le sugirió: “Tratá de salir si es posible”, a lo que el joven respondió que el buque “está demasiado inclinado” y “el pasillo está lleno de gente”. Los mensajes fueron difundidos por los familiares de los estudiantes que permanecen desaparecidos tras el hundimiento del buque. La cifra confirmada de muertos en el naufragio era ayer de 25, en tanto que 287 personas permanecen desaparecidas.

Lee Jun-seok, capitán del ferry Sewol, hundido frente a las costas surcoreanas, fue uno de los que se puso a salvo en la primera embarcación de socorro llegada al lugar de la tragedia, 30 minutos después del pedido de ayuda, reveló ayer un informe de la televisión pública Kbs. Según el reporte, a gran parte de la tripulación le fue ordenado abandonar la nave a pesar de que cientos de pasajeros estaban aún a bordo.

Los equipos de rescate reanudaron sus tareas ayer después de una pausa de varias horas por las adversas condiciones meteorológicas. Se estima que dentro del Sewol podría haber aún más de 250 víctimas, la mayoría de ellos estudiantes.

El ferry naufragó el miércoles con 475 personas a bordo, de las cuales fueron rescatadas unas 180. Entre los pasajeros hay 325 alumnos de una escuela que iban a visitar la isla de Jeju, en el sur del país, en un viaje de turismo.

La presidenta surcoreana Park Geun-hye visitó el lugar del accidente y urgió a las autoridades a prestar todo el apoyo disponible a la operación de rescate, porque cada minuto que pasa es “crítico si hay supervivientes”, señaló durante la visita en barco al lugar del accidente. La prioridad de los equipos de rescate y de los buzos es buscar en el interior del barco a los 287 desaparecidos, algo que no está resultando fácil debido a las fuertes corrientes y las turbias y frías aguas, a unos 12 grados de temperatura.

Los buzos intentaron ayer ingresar a la estructura en diez oportunidades, pero la peligrosidad de las maniobras les impidió continuar con la búsqueda. Los equipos de rescate lograron salvar a 179 personas, de las cuales 50 están heridas.

En tanto, los padres de los estudiantes que viajaban en el barco se reunieron en la escuela secundaria Danwon, en Ansan, un suburbio de Seúl, y exigieron a las autoridades mayores esfuerzos para rescatar a los chicos. Los familiares se aferran a la esperanza y a los últimos mensajes que recibieron de los pasajeros. En uno de los SMS que se difundieron, uno de ellos le dijo a su hermano, otro de los sobrevivientes, que eran conscientes de que los guardacostas estaban trabajando en el área, pero que las personas atrapadas sentían “pánico”.

Sobre las causas del accidente no hay versiones oficiales: sólo las hipótesis de un violento impacto contra una barrera rocosa, una explosión a bordo y un imprevisto cambio en la ruta de la nave, indicó un despacho de la agencia ANSA.

De todos modos, la gestión inmediata de parte de la tripulación es dudosa. Según los testimonios de los sobrevivientes, la primera orden fue ponerse los chalecos salvavidas, quedarse tranquilos en las cabinas y no salir a los puentes, tal vez por la convicción de poder estabilizar la nave en vista de un hundimiento más lento y regular.

Pero la inclinación sobre el lado izquierdo aceleró el proceso, que terminó en apenas dos horas, y muchos pasajeros ya no pudieron hallar una vía de salida porque no podían sujetarse ante la inclinación cada vez más rápida de la nave.

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