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Sociedad|Domingo, 4 de mayo de 2014
MASIVO FESTEJO DEL DIA MUNDIAL DE LA MARIHUANA EN EL CENTRO

Marcha por la legalización

Hubo pancartas, reclamos, consignas y una feria de objetos. El principal pedido fue la legalización del autocultivo y el fin de la persecución, que produjo miles de allanamientos y varios detenidos, ya por varios años.

Por Carlos Rodríguez
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La marcha abundó en consignas como “uno más que cultiva es uno menos que compra”.

Miles de personas, desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso nacional, siguieron ayer una senda marcada por el humo –mezcla de faso y choripán– para reclamar la legalización de la marihuana y poner fin “a la persecución que siguen sufriendo consumidores y cultivadores de cannabis”, planteó Matías Faray, de la Agrupación Cannabicultores del Oeste. Faray, referente del movimiento por la legalización de la marihuana, recordó desde un escenario que le daba la espalda al Palacio Legislativo, que el principal objetivo de la movilización es “en favor del autocultivo y por el inmediato fin de los allanamientos, las detenciones y los procesos a cultivadores de ca-nnabis”. Se hizo mención a varias detenciones que llevan “uno, dos o tres años” y a que se abrieron “más de 9400 causas” en el curso de un año por aplicación de la Ley 23.737. Según los organizadores, la manifestación, que comenzó a mediodía y se extendió por más de diez horas, reunió a “unas 150 mil personas” a lo largo de la jornada.

La convocatoria, que siempre tiene clima de festejo, se realiza como parte de la Marcha Mundial de la Marihuana, que se celebra todos los años en distintos países, el primer sábado de mayo. En el escenario de la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, se instalaron puestos de venta de elementos relacionados con la cultura cannábica, desde el consumo hasta el cultivo. Matías Faray, de Cannabicultores del Oeste, uno de los oradores en el Congreso, compartió rondas de diálogo con manifestantes y se declaró en favor de “la regulación de los clubes sociales de cannabis para el acceso al cannabis y sus semillas”.

Otro de los puntos centrales fue el reclamo por “el fin de la persecución por la tenencia de marihuana” y por el “inmediato cese de las detenciones y procesos judiciales a los usuarios”. En distintos momentos de la jornada, ya en la plaza del Congreso, desde el escenario se denunció que se habían producido “detenciones en el ferrocarril Sarmiento, por parte de la Policía Federal, de jóvenes que venían para participar de la marcha”. Se resaltó que “esto ocurre en contra de los consumidores de cannabis, mientras no se hace nada en contra de la violencia del narcotráfico y la corrupción policial, como ha quedado demostrado en las causas abiertas en Rosario, Córdoba y otras provincias”.

Los reclamos, según explicaron Faray y otros referentes, se extienden a la habilitación del uso medicinal e industrial del cannabis, porque a partir de la legalización “pueden aparecer empresas dispuestas a invertir en el país y hoy no lo hacen por la legislación vigente”. Otra de las demandas de las organizaciones que participan año a año de la marcha, es la aprobación de una ley de atención pública, universal y gratuita de los problemas asociados al uso de sustancias, y la modificación de la Ley 23.737 sobre Tenencia y Tráfico de Estupefacientes.

En ese sentido señalaron que “su aplicación, con la excusa del narcotráfico, está arruinando proyectos de vida”. En la Plaza de Mayo, y a lo largo de las 15 cuadras que la separan del Congreso, se congregaron familias enteras, incluyendo bebés y niños. “Como no hay policías, al menos a la vista, todo está muy tranquilo. Te das cuenta de que el libre albedrío es lo que corresponde en una democracia. Yo me fumo un faso y acá me ves, lo más tranquilo, pero muchas veces la policía es la que me molesta a mí”, comentó a Página/12, faso en mano, Juan Manuel, desde la plataforma que le dan sus “57 años fumando, sin joder a nadie”.

Daniel, un rionegrino de 56 años, se presentó como “un productor que consume lo que planta”. Se vino acompañado por su esposa y su hija “para participar de la marcha, porque tenemos que defender la libertad de que cada uno haga lo que quiera hacer, siempre y cuando no dañe a nadie”. Se declaró de acuerdo “con la legalización, porque así como algunos producen vino o se dedican a criar corderos, otros cultivamos plantas para fumar y tenemos todo el derecho de hacerlo”.

Gabriel Jinkus, del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica, resaltó que “la marcha está creciendo año a año en la cantidad de asistentes y eso está demostrando que esto merece una institucionalización a través de una ley que les permita a todos disfrutar de la planta tanto en su rol de esparcimiento como medicinal”. Otra de las opiniones que se escucharon fue la de Facundo Rivadeneira, de Cogollos del Oeste, quien sostuvo que hace falta darle información certera al público en general porque “si bien creció la aceptación social en muchos sectores no consumidores, hay otros lugares a los que es muy difícil llegar porque sigue el estigma”.

Rivadeneira subrayó que “los usuarios del cannabis no somos ni enfermos ni delincuentes, y consumimos una sustancia determinada, igual que otras personas que fuman tabaco, toman café todos los días o se automedican”. Estimó que existe la intención, en algunos diputados, de cambiar la legislación, pero “todavía hay miedo y por eso se va avanzando de a poco; por esa razón, estas marchas sirven para ir generando el consenso necesario para que se pueda avanzar”.

“Uno más que cultiva, uno menos que compra”, decía una de las pancartas levantadas frente a la Catedral de Buenos Aires, en referencia a una de las constantes de los que participan de estas demostraciones: la lucha contra el tráfico ilegal. Son muchos los manifestantes que, como Cristian, de 23 años, empleado administrativo, se hacen la misma pregunta: “¿Por qué razón tengo que andar con miedo de que me metan preso, sólo por fumar marihuana? Yo no robo ni mato, trabajo y estudio”.

Son pocos los que creen que en la Argentina se pueda llegar a una legalización similar a la que se está planteando en Uruguay. “Aunque se trate de un experimento, me parece muy difícil que se llegue en la Argentina a algo parecido o mejor. Lo único que esperamos todos los que estamos acá es que se acabe la persecución. No podemos seguir estando a la espera de que entren en tu casa y te metan preso”, sostuvo Carlos Alberto, de 32 años, que guarda “dos plantitas en el placard”.

La dirigente de la Mesa Nacional por la Igualdad, Ornella Infante, dijo que además de participar en la marcha “estamos celebrando que el proyecto presentado por nuestra secretaria general, la diputada María Rachid, tenga estado parlamentario, mediante la firma de la diputada nacional Araceli Ferreyra”. En el acto de cierre en Congreso, varios oradores destacaron la existencia de “distintos proyectos”, pero señalaron que “hay que ver si finalmente se aprueban o si son tratados en el recinto”. Marchas similares se hicieron en Rosario, Mendoza, Neuquén, Córdoba y San Carlos de Bariloche, entre otras ciudades.

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