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Sociedad|Jueves, 24 de julio de 2014
Dos de las niñas esclavizadas quedaron internadas

“Por qué tanto dolor”

Dos de las niñas presentan lesiones, hematomas y quemaduras. Serán alojadas en un hogar de La Plata, mientras la Justicia busca a sus familias. Un policía ofreció adoptarlas.

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“Las nenas dormían en el piso, a la intemperie. Estaban desesperadas por salir”, relató el fiscal.

“Las nenas dormían en el piso, a la intemperie. Estaban desesperadas por salir. No me entra en la cabeza que hayan sufrido tanto dolor”, afirmó el fiscal Jorge Griecco. Se refería a las tres niñas de entre 4 y 13 años que fueron esclavizadas y abusadas por una pareja en Monte Chingolo, partido de Lanús, y que fueron rescatadas el domingo último cuando deambulaban por la calle, después de haber escapado de ese calvario. Dos de las niñas permanecían internadas ayer en el hospital Sor María Ludovica, de La Plata afectadas por lesiones, hematomas y quemaduras. La otra, de 12 años, fue trasladada al Hogar de La Plata.

Policías y personal especializado que atendió a las niñas apenas se fugaron de la pareja que las tenía cautiva relataron que estaban aterradas, temían ser golpeadas, desconocían los abrazos y gestos tiernos de parte de adultos, estaban desnutridas, golpeadas. La niña de 4 años no conocía el agua caliente.

La directora del hospital, Silvia Bencini, informó que las nenas de 4 y 13 años “presentan características de maltrato infantil” y dijo que “la niña más pequeña presenta lesiones leves que no son de gravedad, pero fundamentalmente tiene un cuadro severo de calcificación distrófica, característica de una persona malnutrida”. La de 13 años, sostuvo Bencini, “presenta lesiones más graves, con hematomas múltiples y quemaduras cicatrizadas, con un aspecto general que da cuenta del maltrato recibido”. Las dos menores de edad permanecen en una sala de aislamiento bajo observación, acompañadas por una persona del Hogar de La Plata, donde serán alojadas.

El fiscal Griecco, que entiende en la causa, dijo que las niñas “estarán en un centro de contención en La Plata. Estaban tristes y con miedo” y expresó que “las pericias ya están pedidas”. “Las nenas dormían en el piso, a la intemperie. Estaban desesperadas por salir. No me entra en la cabeza que hayan sufrido tanto dolor”, sostuvo. Agregó que el hombre y la mujer acusados de esclavizar a las menores de edad “negaron los hechos y dijeron que siempre las trataron bien y no entienden por qué los acusan”.

Las tres niñas habían sido entregadas por sus madres, presuntamente a cambio de dinero. Las tres fueron halladas deambulando por el centro de Monte Chingolo el domingo por un policía que las trasladó a una comisaría y luego las tuvo en guarda hasta ser trasladadas al Hogar de La Plata.

La mujer, identificada como Graciela Ledesma, quien tiene 6 hijos, y su tío Jorge Russo quedaron detenidos, acusados de lesiones graves, corrupción de menores, explotación sexual agravada, trata de personas agravada y reducción a la servidumbre agravada. El hombre también está imputado por abuso sexual agravado.

En tanto, la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires trabaja en la búsqueda de familiares de las tres niñas. El titular de la dependencia, Pablo Navarro, informó que ese organismo “intervino desde el domingo al mediodía, cuando se tomó conocimiento de la situación de las niñas, que de inmediato fueron incorporadas al Programa de Hogares Convivenciales”. El funcionario explicó que los hogares donde se alojan menores asistidos por el Estado “no son los hogares de hace años, con 400 niños en cada uno de ellos, sino que son hogares de entre 20 y 30 chicos”. “Los hogares convivenciales trabajan con hábitos de familia, con referentes adultos y propiciando los hábitos hogareños”, detalló.

Por lo pronto, David Quijano, el oficial de la Policía Bonaerense que rescató a las niñas, dijo que pedirá su guarda. Relató que “desde un primer momento le dije el servicio zonal de Lanús que ponía toda mi disposición, mi casa y mi familia para darles resguardo a las nenas”. “Cuando mi señora, con mis hijas, fueron a la seccional las niñas no hablaban, no se expresaban bien, si hasta en algún momento creí que tenían algún retraso madurativo. Pero después, jugando con mis hijas, las nenas se fueron soltando de a poquito, y una vez que vinieron a casa se sentaron a comer, se asearon, tuvieron ropa nueva para ellas, fue algo muy lindo.”

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