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Sociedad|Jueves, 28 de agosto de 2014
LOS VECINOS DESALOJADOS DE VILLA LUGANO SE DEFIENDEN DE LAS ACUSACIONES

“No hay delincuentes entre nosotros”

De los desalojados, algunos están en paradores, aunque unas 150 familias resisten en el predio. Otras 60 o 70 personas acampan en la avenida Cruz. Y decenas de familias están en la Villa 20, en condiciones muy precarias. Ayer marcharon para exigir soluciones.

Por Santiago Rodríguez
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La marcha partió del Obelisco hacia la Jefatura de Gobierno y la Legislatura de la Ciudad.

”Siguen diciendo que acá estamos los mafiosos, pero eso es mentira; somos familias que estamos muy unidas y no dejamos que haya delincuentes entre nosotros.” Una mujer que está dentro del predio lindero a la manzana 30 de la Villa 20, donde todavía hay unas “150 familias” que formaban parte del desalojado barrio Papa Francisco, insistió con algo que vienen diciendo los vecinos desde el mes de febrero, cuando se produjo la ocupación del predio: “Nosotros no tomamos nada, pagamos por un terreno de buena fe, y ahora nos quieren echar después que dejaron escapar a los verdaderos delincuentes”. Gladys, en diálogo con Página/12, ratificó que lo único que buscan es que “se termine de una vez la espera y que se construyan las viviendas que nos prometieron hace más de nueve años”. Ayer a mediodía, centenares de familias desalojadas marcharon hasta la Jefatura de Gobierno porteño para reclamar “una pronta solución habitacional”.

Este diario pudo reconstrir que hay cuatro situaciones distintas: los desalojados el sábado, que están alojados en paradores del Gobierno de la Ciudad o en casas de familiares; las 150 familias que resisten dentro del predio que formaba parte del barrio desalojado; unas 60 o 70 personas que acampan sobre la avenida Cruz, frente al terreno desalojado el sábado, y decenas de familias que pasan la noche, y el día, en los pasillos de la Villa 20, en condiciones de extrema precariedad.

El legislador Gustavo Vera aseguró que “mucho antes del desalojo, habíamos presentado una denuncia, acompañando a los vecinos del barrio Papa Francisco, haciéndoles saber a las autoridades que se había instalado en un sector de la Villa 20 una ranchada de personas que se dedicaban a cometer delitos”. El diputado agregó que “a pesar de esa denuncia, las personas señaladas nunca fueron detenidas, mientras que se produjo el desalojo violento de los que sólo piden una vivienda”. Según su visión, lo que pasó es que “echaron a los pobres y dejaron escapar a los narcos”.

Por su parte, el diputado porteño José Cruz Campagnoli le dijo a este diario que “es falso lo que declaró a un programa de televisión” la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, en el sentido de que “ya le han dado alojamiento, en los paradores, a más de mil personas” que fueron desalojadas del predio.

Campagnoli explicó que el Gobierno de la Ciudad “sólo cuenta con tres paradores, uno en Barracas y otros dos en Parque Avellaneda y en Parque Chacabuco; entre todos, apenas pueden albergar con toda la furia a unas 300 personas, de manera que es imposible que hayan dado refugio a más de mil de los desalojados”. Además, reiteró que la Policía Metropolitana, después del desalojo del sábado, “comenzó a reprimir en forma indiscriminada a todos los que se quedaban para pedir un lugar, porque era evidente que el Gobierno porteño no tenía un plan de contingencia para albergar a las personas a las que dejaron sin casa”.

Ayer, gran cantidad de familias permanecían en un sector del predio que fue desalojado en forma parcial. Patricia, una de las mujeres que están en el predio lindero a la manzana 30 de la Villa 20, declaró que se están “organizando para cuidarnos y que no nos desalojen”. Ella coincidió con Gladys en que son “unas 150 familias y hay más de 100 niños”, que ayer tenían “grandes dificultades” para acceder a los alimentos necesarios para subsistir en tan precarias condiciones.

“Estamos sin luz y sin agua, de manera que tenemos que arreglarnos con muy pocas cosas, con las bebidas y los alimentos que nos acercan en forma solidaria nuevos vecinos; las autoridades no se ocupan de nosotros”, insistió Patricia. Angela, otra mamá que estaba con uno de sus tres hijos en brazos, un bebé de tres meses, sostuvo que “éste es un barrio tranquilo, aquí no hubo tiroteos como dicen ni nada, podés dejar tus cosas que nadie te las va a tocar. Los que roban son otros y a ellos no los busca ni los pesigue nadie, mientras que a nosotros nos quieren sacar a toda costa”.

Clarisa, de la Corriente Villera Independiente, explicó que el día del desalojo “pudimos resistir en forma conjunta y nos amuchamos en este rincón, porque no tenemos otra alternativa”. Ayer, cientos de familias desalojadas marcharon desde el Obelisco a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y la Legislatura porteña. Los manifestantes denunciaron que están siendo “aislados para tapar el problema, cuando hay niños durmiendo bajo una lona desde hace ya varios días”. Los vecinos desalojados reclamaron a los legisladores y al gobierno porteño “soluciones inmediatas, pero en ninguno de los lugares a los que fuimos nos abrieron las puertas”, declaró Emanuel Ríos, uno de los delegados del barrio.

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