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Sociedad|Martes, 23 de septiembre de 2014
Llegó a Madrid el misionero español infectado

El cura tiene Ebola

El misionero Manuel García Viejo, de 69 años, llegó a Madrid desde Sierra Leona en grave estado. En Sierra Leona el gobierno se felicita por su política de confinamiento de la población.

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El traslado de García Viejo se produjo con muchas dificultades operativas y con una camilla burbuja.

El misionero católico español Manuel García Viejo, de 69 años, llegó ayer a Madrid procedente de Sierra Leona, afectado por el virus del Ebola. El religioso, que desde hace treinta años vivía en el país africano, es el segundo sacerdote español que contrajo el virus; en agosto había sido regresado a su país Miguel Pajares, de 75 años, quien luego falleció. El arribo de García Viejo a la capital española coincidió con un informe del gobierno de Sierra Leona, que se “felicitó” a sí mismo por el “éxito” del controvertido operativo de “confinamiento de la población” para combatir la epidemia, que ya ha causado la muerte de 2800 personas en Africa occidental, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

En su anterior balance, la OMS había contabilizado 2630 muertes sobre un total de 5357 casos hasta el 14 de septiembre. En Liberia, el país más afectado, se registraron 1578 muertes de un total de 3022 casos. Los otros dos países más afectados son Guinea y Sierra Leona. En Guinea, donde se reportaron 965 casos, se registraron 623 muertos y en Sierra Leona, 584 muertos, de un total de 1753 casos.

En lo que respecta al estado del misionero español Manuel García Viejo, se dijo que “de momento se encuentra en una situación grave”, según informaron los médicos del Hospital Carlos III de Madrid, donde se encuentra internado desde el regreso a su país. El religioso es médico especializado en medicina tropical, miembro de la orden hospitalaria de San Juan de Dios. Desde hace tres décadas era el director, en Sierra Leona, del hospital de la ciudad de Lunsar.

Por ahora no existe ningún tratamiento específico ni vacuna homologada para combatir la enfermedad hemorrágica. En Sierra Leona, sus seis millones de habitantes no han podido salir de sus casas en los últimos tres días. El confinamiento permitió detectar unos 150 casos nuevos del virus mortal y descubrir unos 70 cadáveres, dijeron ayer las autoridades.

El balance se limita a lo registrado en Freetown, la capital del país africano, y en sus alrededores. Cuando se conozcan los resultados en todo el país, el número de fallecidos podría aumentar en forma considerable. El ministro de Salud, Abubakarr Fofanah, explicó a la AFP que unos 30.000 voluntarios habían logrado visitar el 80 por ciento de los hogares. El funcionario fue quien calificó de “éxito” la operación de confinamiento.

En Liberia, mientras tanto, se anunció que va a aumentar el número de camas desde las 250 actuales hasta 1000, para tratar a los enfermos en Monrovia, la capital, cuya capacidad sanitaria se ha visto desbordada. En el condado de Montserrado, en el oeste del país, que incluye Monrovia, la OMS dijo que se necesitan urgentemente 1000 camas para los enfermos. La epidemia es la más grave desde que se identificó el virus, en 1976.

Un segundo grupo de militares estadounidenses llegó el domingo a Liberia como parte de una misión de 3000 soldados destinada a ayudar a los servicios de salud del país. En Nigeria, donde el virus ha matado a 8 personas de 21 casos confirmados, se mantenía para este lunes la vuelta a clases tras unas vacaciones prolongadas por causa del Ebola.

De todos modos, el sindicato mayoritario de profesores expresó su preocupación por el regreso a las escuelas por el riesgo de que la enfermedad se siga propagando. En los hechos, la epidemia preocupa a todo el mundo. En India, por ejemplo, se anunció el aplazamiento de la tercera cumbre India-Africa, prevista en Nueva Delhi en diciembre, a la que iban a asistir representantes de 50 países africanos.

En Alemania, el Ministerio de Defensa hizo un llamamiento en las filas del ejército para el traslado a los países afectados de médicos, enfermeras y técnicos, que puedan sumarse a los voluntarios de ese país que ya están trabajando en distintos países africanos. El llamamiento fue realizado por la titular de la cartera, Ursula von der Leyen, y está dirigido tanto a militares como a civiles, que recibirán formación especializada sobre el Ebola, su tratamiento y las medidas preventivas antes de viajar a la región.

La ministra alemana recalcó que “la epidemia pone en peligro no sólo la seguridad y la estabilidad en el Africa Occidental, sino que adquiere una dimensión mundial”. “Si supiera que puedo viajar protegida por medidas de seguridad, sí iría”, respondió la ministra, médica de profesión, cuando le preguntaron si ella se sumaría a la iniciativa. Hasta ahora, la ayuda alemana se limitó al aporte logístico.

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