Imprimir|Regresar a la nota
Sociedad|Lunes, 29 de septiembre de 2014
Marcha e inauguración de esculturas por el décimo aniversario de la masacre en una escuela

Carmen de Patagones recordó su tragedia

Sobrevivientes, familiares y amigos de los chicos muertos por un compañero en el aula se movilizaron por la ciudad y confluyeron en un anfiteatro donde fueron inauguradas tres esculturas, las primeras que homenajean allí a las víctimas fatales.

/fotos/20140929/notas/na14fo01.jpg
Las tres esculturas que conforman una unidad.

Luego de diez años de la llamada Tragedia de Patagones, en la que un alumno de 15 años disparó contra sus compañeros dentro de un colegio, la memoria se mantiene intacta. Ayer, sobrevivientes y familiares y amigos de los jóvenes fallecidos marcharon por la ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires. Durante el acto se inauguró un anfiteatro con tres esculturas como recuerdo a las víctimas, que se convirtieron en el primer homenaje material del suceso. “No puede ser un día más, y es una fecha muy importante como para pasarla de largo. Fue tremendo y va a seguir siendo tremendo toda la vida”, afirmó Pablo Saldías Kloster, uno de los heridos aquel día.

El parque Luis Piedrabuena fue protagonista de la marcha en la que participaron además vecinos y autoridades comunales y escolares. El viernes pasado se había realizado una jornada educativa conjunta, donde se conmemoró el décimo aniversario de la tragedia y a la que asistieron el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y la directora de Educación y Cultura bonaerense, Nora de Lucía.

La ceremonia comenzó alrededor de las 17 con una suelta de palomas y, a continuación, actuaron bandas locales. Sin embargo, el momento más esperado del día se produjo aproximadamente a las 19.30, cuando se presentaron tres esculturas que representan a Federico Ponce (15), Sandra Núñez (16) y Evangelina Miranda (16), los tres estudiantes muertos a balazos por el entonces adolescente, apodado Junior.

La mañana del 28 de septiembre del 2004, Junior apareció con un arma de fuego en la escuela Islas Malvinas, entró a su aula y disparó contra sus compañeros. Ese día, Saldías Kloster, Natalia Salomón, Nicolás Leonardi, Cinthia Casasola y Rodrigo Torres resultaron heridos de gravedad por los disparos de una pistola Browning 9 mm que Junior le sacó a su padre, un suboficial de Prefectura. El joven fue declarado inimputable e internado en un psiquiátrico.

“Supe que Junior le había pegado (un disparo) a Federico, porque lo escuché quejarse al lado mío. Pero no me acuerdo el momento en que no gritó más”, relató Pablo, que ahora tiene 25 años y trabaja en un local de ropa en Bahía Blanca.

Gonzalo Ponce, hermano de Federico, criticó el manejo del tema que realizaron algunos medios de comunicación: “Redujeron lo ocurrido a un caso trágico de bullying, colocando como víctima a Junior y como victimarios a sus compañeros”. “Esto no fue un caso de bullying, Junior se integraba en la escuela. En todo caso, el sistema escolar, que tenía tres psicopedagogas para tres turnos, no advirtió a tiempo que algo pasaba”, manifestó Gonzalo.

Otro de los cinco sobrevivientes de la tragedia, Nicolás, dijo que “a Junior lo invitábamos a lugares, él se aislaba y decía que no podía salir. Inclusive jugó muchas veces con nosotros a la pelota, por eso nos da bronca que se diga que todo esto pasó por un caso de bullying”.

Las esculturas presentadas en la jornada de ayer fueron realizadas por el artista plástico Danilo Baciloff, de reconocida trayectoria en la zona. Al finalizar la actividad, como todos los días 28, los vecinos arrojaron velas a las aguas del río Negro, que divide Carmen de Patagones con la ciudad rionegrina de Viedma, como símbolo de la luz que representaron los jóvenes fallecidos.

Baciloff consideró que la tragedia “fue un hecho conmocionante y doloroso. La cuestión ahora es reflexionar sobre la debilidad del otro y la fragilidad real del ser humano. Hay que integrar de vuelta a esta sociedad con esa premisa: que con muy poco podés dañar al otro, pero también con muy poco lo podés hacer feliz”.

Los monumentos son tres trípodes de unos 10 metros de altura, en cuyo extremo se montaron estructuras de vitraux de varios colores que se encenderán durante la noche y reflejarán haces de luz. Se encuentran ubicados sobre un escenario “para que sirva como punto de reunión donde los chicos puedan tocar la guitarra, cantar e inclusive traer artistas”, según el artista.

“Si bien hay que conmemorar la tragedia, es necesario lograr que esto sirva como lugar de reunión y contemplación del río, como punto de encuentro de los pibes para que tengan memoria de la tragedia, pero que también se junten, hagan manifestaciones artísticas y armen otro tipo de historias”, concluyó.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.