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Sociedad|Sábado, 21 de febrero de 2015
LA CAMARA ORDENO A LA JUEZA MARIA SERVINI RETOMAR LA DENUNCIA DE MARTINS

La investigación debe seguir

Luego de avalar la nulidad de la denuncia por trata y proxenetismo contra el ex espía Raúl Martins, presentada por su hija, la Cámara dio la orden de que la jueza María Romilda Servini investigue a los demás acusados. Fue a pedido de la Unidad de Información Financiera.

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Lorena Martins denunció a su padre, el ex agente de Inteligencia Raúl Martins, en 2012.

La Cámara Criminal y Correccional Federal ordenó a la Justicia federal retomar la investigación de la denuncia por trata de personas para explotación sexual radicada por Lorena Martins a comienzos de 2012. Con la decisión, la Sala I revierte una resolución propia, de fines de 2012, en la que había avalado el criterio de la jueza María Romilda Servini de desechar la denuncia de Martins, porque involucraba como líder de la red de explotación sexual a su propio padre, el ex agente de Inteligencia Raúl Martins, y el Código Procesal Penal prohíbe que una hija denuncie a su progenitor. La nueva resolución de los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah es la respuesta a la apelación de la Unidad de Información Financiera (UIF), para la cual, aun descartado Martins, “la investigación del resto de los sujetos incluidos en su denuncia debía continuar pues no fueron alcanzados por la declaración de nulidad”.

En la resolución, fechada el 4 de febrero, la Sala I de la Cámara califica como “desacertada” la “interpretación” de la titular del Juzgado Federal Nº 1 acerca del “alcance que debe darse a la sanción de nulidad” que habían acompañado los propios camaristas. La nulidad, señala la decisión de Ballestero, Freiler y Farah, “no implicó el cierre de la investigación para con los restantes imputados sindicados” por Lorena Martins. Por ello “corresponde que la investigación de tales sucesos continúe en cabeza de la titular del Juzgado Federal Nº 1”, es decir, la propia Servini. Los camaristas indicaron que los hechos endilgados a funcionarios porteños y policías deben ser analizados y juzgados en el fuero de instrucción.

La causa comenzó a partir de una denuncia realizada por la ex Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas –actualmente, Procuraduría para el Combate de la Trata y la Explotación de Personas (Protex)–, a cargo de Marcelo Colombo. La presentación del fiscal señaló la existencia de sesenta locales, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, donde se ejercía la prostitución y se cometía el delito de trata de personas con fines de explotación sexual. El expediente investiga, también, la posible connivencia de funcionarios de la administración porteña y de la Policía Federal Argentina, que estarían vinculados a Raúl Martins, quien fue agente de la SIDE entre 1976 y 1983, y fue acusado en varias causas por delitos de estafa, robo con armas, trata de personas y promoción de la prostitución.

Cuando la Cámara Federal sorteó la denuncia radicada por Colombo, la causa recayó por sorteo en el juez Norberto Oyarbide y el fiscal Gerardo Pollicita, a quien Lorena Martins recusó por ser amigo de su padre y del jefe de Gobierno, Mauricio Macri. En la presentación, Martins había asegurado que su padre “aportó dinero para la campaña electoral de Macri”. La mujer también hizo pública una foto de un socio de su padre, el empresario de la noche (y también hijo de un ex dirigente del club Boca Juniors) Gabriel Conde, en compañía de Macri y su esposa, la empresaria textil Juliana Awada, tomada en Cancún, durante la luna de miel del jefe de Gobierno. La imagen formó parte de una denuncia de la ONG La Alameda, que aseguró que había sido realizada en un local de Martins llamado Mix Sky Lounge. De acuerdo con la denuncia de Lorena Martins, su padre obtenía protección para los prostíbulos que regenteaba en Buenos Aires pagando coimas de 35 mil pesos mensuales a funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control para que no clausuraran los locales.

En la denuncia, Martins aseguró que su padre tenía entonces siete locales en Buenos Aires y un gran boliche en Cancún, llamado The One, en referencia a otro que por entonces también tenía en suelo porteño. El ex espía Raúl Martins también había protagonizado un escándalo político en México, porque las autoridades federales acusaron a las provinciales, del departamento de Quintana Roo, por encubrirlo. Entre otras cosas, se imputaban la facilidad con la que el ex agente conseguía visas para las chicas argentinas que trabajaban en sus prostíbulos Divas, Ellegance, The One, Maxims (de Playa del Carmen) y Mix Sky Lounge.

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