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Sociedad|Sábado, 7 de marzo de 2015
DECLARO EL PRIMO POLICIA DE LA MUJER DE MANGERI Y CASI QUEDA PRESO

Aquel encuentro en Escobar

Antes de quedar detenido, el portero ahora juzgado por el crimen de Angeles fue a ver a Cecilio Saettone: es el testigo que ayer dio su versión de aquella reunión. La fiscalía no le creyó y pidió su detención. El tribunal no accedió, aunque le abrió una causa.

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Cecilio Saettone cumple servicio en la comisaría 2ª de Tigre y hace adicionales en dos fábricas.

En el juicio por el crimen de la adolescente Angeles Rawson declaró el primo policía de la esposa de Jorge Mangeri, a quien el portero fue a ver antes de quedar detenido. Nervioso, dubitativo y con poca memoria, Cecilio Saettone se mostró esquivo ante las preguntas de Pablo Lanusse, el abogado de la querella. “No lo vi con ganas de escaparse”, afirmó ante el tribunal y aseguró que le aconsejó presentarse y confiar en la Justicia. Sostuvo también que Mangeri le dijo que lo amenazaban. “Le sugerí que consiga un abogado y que haga una denuncia”, porque le podían “poner una ropa interior o cualquier cosa” para incriminarlo. La fiscalía pidió su detención por “falso testimonio y encubrimiento agravado”. Los jueces rechazaron el reclamo, pero ordenaron abrir una causa para investigarlo.

El suboficial de la Policía Bonaerense –con 33 años de servicio en la fuerza– prestó declaración durante más de dos horas ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9. El hombre confirmó que Mangeri lo visitó horas antes de quedar detenido y explicó que en esa conversación, que se extendió “entre 15 y 20 minutos”, Mangeri, a quien no veía hacía “tres o cuatro años”, le dijo que no estaba bien y que le gustaría estar “en medio de un monte en Chaco o Corrientes”.

A pedido del abogado Lanusse, se le leyó su testimonio durante la instrucción de la causa. También se le informó que Mangeri, en su declaración ante el tribunal del 25 de febrero pasado, recordó ese encuentro con Saettone, pero entonces el portero remarcó que le había dejado en claro que él era inocente y que tenía la sensación de “que le querían hacer una cama”. Según detalló el portero ante los jueces, su familiar le aconsejó que fuera a un psicólogo y que se presentara a declarar, por lo que, para Mangeri, el encuentro “fue una pérdida de tiempo”.

Saettone se transformó en un testigo clave de la causa cuando le contó al juez de instrucción Javier Ríos que el viernes 14 de junio de 2013 Mangeri lo llamó por teléfono y se encontró con él en Escobar, porque tenía la necesidad de charlar y pedirle “consejos”. El testigo contó que tuvieron una charla que giró en torno de la desaparición y el asesinato de Angeles y de un supuesto “apriete” que el portero habría sufrido para que se hiciera cargo del hecho.

De acuerdo con el testimonio que brindó ayer, el policía, que actualmente cumple servicio en la comisaría 2ª de Tigre y realiza tareas adicionales en una fábrica de sillas y en una automotriz, preguntó a Mangeri si tenía algo que ver con el crimen de Angeles y el imputado le dijo: “No, Cecilio, para nada... ¿Y si lo tuviera?”. “Te meto preso acá, te tengo que llevar”, señaló haberle contestado el testigo.

Durante su declaración, Saettone brindó detalles de los diálogos que mantuvo con el imputado ese viernes en Escobar dentro de su camioneta particular. “Me dice: ‘¿Viste el caso Angeles? Yo soy el portero de ahí’. ¿Y qué pasa?, le contesté yo. ‘Te vine a ver porque estoy amenazado.’”

El presidente del tribunal, Fernando Ramírez, le preguntó quiénes estaban amenazando a Mangeri. Saettone respondió: “Calculo que era la policía”, y agregó que su primo le dijo: “Yo no voy a ser un perejil”. El testigo también afirmó que no le vio a Mangeri “ninguna lesión”, aunque recordó que lo vio “caído”, que no estaba “normal” y que el portero se puso a llorar “cuando dijo que Angeles era un angelito”. Luego explicó que su prima Diana lo llamó “a las cinco o seis de la madrugada del sábado” para avisarle que Mangeri había quedado detenido y que “le pegaron y lo lastimaron”.

En varios tramos de la declaración, Saettone titubeó, se mostró nervioso y en ocasiones dijo “no recuerdo” ante la requisitoria de la fiscalía. El presidente del tribunal le preguntó: “¿Qué entendió usted de todo esto, con treinta y tres años de policía? ¿Usted no preguntó nada, no sacó ninguna conclusión?”. A lo que Saettone le respondió: “No pensé en nada. Por lo que lo conocía (por Mangeri), me parecía increíble”.

La respuesta motivó el pedido formal por parte de la fiscalía para que se ordenara la detención de Saettone por los delitos de “falso testimonio y encubrimiento agravado”, al considerar que el testigo colaboró con Mangeri en elaborar una “versión mendaz” para contar lo ocurrido ante la Justicia, hacer desaparecer el cuaderno de comunicaciones de la adolescente –que apareció horas después en la avenida General Paz– y enmascarar las lesiones que el encargado presentaba en su cuerpo, supuestamente provocadas por Angeles. El pedido finalmente fue rechazado por los jueces.

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