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Sociedad|Domingo, 3 de mayo de 2015
UN ESTUDIO REVELA QUE LOS ACCIDENTES DE ALTURA SON LA PRINCIPAL CAUSA DE LESIONES Y MUERTE DE CHICOS EN EL PAIS

La caída

Ya no es más el accidente de tránsito: un estudio del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez demuestra que balcones, escaleras y ventanas son lo que más lastima, mata o deja lisiados a los chicos. El problema en las villas.

Por Pedro Lipcovich
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La caída de altura, generalmente en la propia casa, ha reemplazado a los siniestros de tránsito como principal causa de lesiones y muerte en niños: así lo muestra un estudio efectuado en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. “Llegan chicos de todos los sectores sociales heridos por caídas desde balcones, escaleras y ventanas sin protección”, advirtió uno de los autores del trabajo. Pero, en particular, la investigación se convierte en una radiografía de los riesgos que corren los niños en los barrios precarios. El hospital atiende las emergencias de la Villa 31, de donde proceden muchos accidentados porque “las casas, en lugar de tener las escaleras que la norma indica, utilizan escaleras de caracol o incluso escaleras de electricista”: en más del 92 por ciento de las viviendas en asentamientos “se documentó altura insegura” –la cual también se registró en más de la mitad de las viviendas de barrios no carecientes–. Y “las lesiones más graves se produjeron en los niños más pequeños”, principalmente menores de tres años. Un dato estremecedor es que los niños internados por trauma grave en viviendas de la villa son relativamente pocos y la explicación más probable es que “como allí no entran ambulancias, se mueren en el lugar”.

El trabajo fue publicado en la revista Archivos Argentinos de Pediatría, que edita la Sociedad Argentina de Pediatría; lo elaboraron profesionales de los departamentos de Urgencia, Cirugía, Neurocirugía y Traumatología del Gutiérrez y de la Sociedad Argentina de Emergentología, coordinados por Jorge Fiorentino, jefe del Departamento de Urgencia. El texto advierte que “en Argentina, el trauma es la causa más frecuente de muerte en niños mayores de un año. Se estima que por cada niño fallecido, de cuatro a seis quedan discapacitados y se producen 120 internaciones con un alto costo para el sistema de salud”.

El estudio incluyó “los niños de 0 a 18 años internados por trauma no intencional” a lo largo de un año. Resultaron ser 237 pacientes. “El ámbito de ocurrencia más frecuente fue el hogar, con el 81 por ciento de los traumas graves, y el mecanismo de lesión más frecuente fue “desaceleración vertical”, es decir, caídas de altura, que fue responsable del 54 por ciento de los casos. Entre los lesionados hay “predominio del sexo masculino” y “se encontró una asociación negativa entre la edad de la víctima y la gravedad de la lesión”, es decir: las lesiones más graves se produjeron en los niños más pequeños.

En cuanto al tipo de lesión, en menores de tres años predominó el traumatismo craneoencefálico, cuya frecuencia llegó al 74 por ciento de los lesionados, seguido por la de trauma de miembros y otras localizaciones. En el grupo de tres a diez años, el trauma más frecuente fueron las fracturas de miembros, que llegaron al 32 por ciento. En los mayores de diez años, la mayor frecuencia correspondió a lesiones en miembros inferiores, columna y lesiones intraabdominales, que entre todas alcanzaron un 65 por ciento, seguidas por el traumatismo craneoencefálico, que llegó al 35 por ciento.

Fiorentino explicó que “cuanto más pequeño es el niño, más tiende a caer con la cabeza, y esto complica mucho el pronóstico: es la diferencia entre una fractura de un miembro y una de cráneo”. Y el trabajo explica la mayor cantidad de fracturas de miembros entre los de tres a diez porque “los niños no logran enderezarse por completo cuando caen sobre sus extremidades, lo que genera también traumatismos indirectos en tórax, abdomen y pelvis”. En cambio, “en niños mayores de diez años, los traumatismos se asemejan a los del adulto, con mayor frecuencia de lesiones en miembros inferiores, columna y órganos intraabdominales”.

Además, “analizando la altura de la caída en metros de 103 pacientes, en los 55 que no tenían residencia en asentamiento se observó una mediana de un metro (esa altura alcanza para causar lesiones graves en nenes), y en los 48 con vivienda en asentamiento la mediana era de 2,65 metros”: es decir, en la villa los chicos se caen desde más alto. En concordancia, “se documentó altura insegura en el 92,5 por ciento de las viviendas en asentamiento y en el 52,1 por ciento de las viviendas no asentamiento”.

Es que –observó Fiorentino– “la construcción más precaria es también la más insegura. Lo más costoso de una construcción es el encofrado de la escalera: entonces, muchas casas de tres y cuatro pisos utilizan escalera de caracol o una simple escalera de electricista. Un chico de tres o cuatro años no tiene desarrollo neurológico como para subir o bajar con destreza esas escaleras. Para toda casa donde haya una escalera se recomiendan las puertas especiales para que el chico no pueda bajar por sí solo: en construcciones precarias esto se hace más difícil, pero hay que buscar la forma de poner algún tipo de barrera. Muchas veces la prevención no depende de cosas costosas”.

La investigación relevó los “factores de riesgo socioeconómico” en relación con estos accidentes: pobreza, 47,7 por ciento; indigencia, 17,3 por ciento; cobertura médica, sólo 18 por ciento; en el 68 por ciento había falta de protección para caídas de altura; en el 56 por ciento, carencia de disyuntor eléctrico; en el 49 por ciento, “escaleras peligrosas”; en el 65,4 por ciento, “falta de protección en ventanas”, y en el 49,4 por ciento, “calefacción insegura” (es decir, “todo sistema no instalado por un profesional, incluyendo estufas eléctricas o a gas de tiro balanceado sin salida correcta al exterior”). El 39,2 de los lesionados vivían “en asentamiento”.

Fiorentino comentó que “hasta hace unos años, la lesión más grave y frecuente era por siniestros de tránsito. Hoy, la caída se convirtió en la causa más importante de lesiones graves en los chicos, y no porque hayan bajado los choques viales”. De todos modos, “no olvidemos que todo el tiempo recibimos chicos que han caído de balcones y ventanas en casas de clase media”.

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