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Sociedad|Miércoles, 3 de junio de 2015
Liberan a treinta personas esclavizadas en un taller clandestino

El infierno textil de Pompeya

Un chico pudo escapar del lugar saltando un muro y avisó a la policía. Los empleados, todos de nacionalidad boliviana, estaban hacinados, vivían en condiciones deplorables y los dueños les habían retenido los documentos. Tampoco podían salir solos a la calle. Hay tres detenidos.

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Legisladores y organizaciones sociales acusan al gobierno porteño por la falta de controles.

Treinta personas que se encontraban esclavizadas en un taller clandestino ubicado en el barrio porteño de Pompeya fueron liberadas por la Policía Metropolitana, que detuvo a tres responsables y secuestró una gran cantidad de mercadería. El procedimiento se llevó a cabo tras el alerta que dio a un patrullero un niño que había escapado saltando por encima de las paredes que separan la calle del lugar en cuestión. Todas las personas descubiertas tras el allanamiento son de nacionalidad boliviana; eran explotadas y vivían en condiciones deplorables. Al igual que en otros casos, las víctimas de trata llegaban al país seducidas ante la promesa de obtener un buen empleo, les retenían los documentos y tenían vedada la posibilidad de circular solos por la calle.

Un nuevo establecimiento en donde se obligaba a familias a trabajar en condiciones de esclavitud fue detectado ayer en Pompeya. La División de Investigaciones de la Comuna Cuatro de la Policía Metropolitana realizó dos allanamientos simultáneos en talleres textiles ilegales, ubicados sobre las calles Daract y Mom, en ese barrio del sur de la ciudad, en los que liberó a 30 personas, todos de nacionalidad boliviana.

El procedimiento se inició por orden del juez Marcelo Martínez de Giorgi, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 8, luego de que dos oficiales a bordo de un patrullero encontraran en la calle, pidiendo ayuda, a un niño que se había escapado de uno de los talleres saltando los muros.

La investigación determinó que las personas trabajaban y vivían en condiciones infrahumanas y totalmente hacinadas. Asimismo se concluyó que las víctimas eran captadas en su país de origen por medio de avisos clasificados a través de falsas promesas laborales y remunerativas. Tal como sucedió en hechos similares, una vez que llegaban a los talleres les retenían los documentos y les prohibían salir a la calle solos.

Las víctimas de trata quedaron a disposición de la Oficina de Rescate del Ministerio del Interior. Por otro lado, los propietarios de los lugares quedaron detenidos a disposición de la Justicia, mientras que los talleres fueron clausurados. Además se secuestraron todas las maquinarias y una gran cantidad de prendas fabricadas en el lugar, al igual que elementos probatorios para la causa.

El allanamiento se realizó en una instancia en que el gobierno porteño es acusado por legisladores y organizaciones sociales por falta de controles y hasta connivencia con los talleres clandestinos. El 27 de abril pasado murieron dos niños por un incendio en otro taller clandestino ubicado en la calle Páez, en Flores.

En ese sentido, legisladores de la oposición solicitaron una audiencia al subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio de la Ciudad, Ezequiel Sabor, y al titular de la Agencia Gubernamental de Control, Juan José Gómez Centurión. Del mismo modo, pidieron conocer si hay en verdad un plan integral para desactivar toda forma de trabajo esclavo en el rubro textil. Pero el gobierno porteño bloqueó la interpelación en la Legislatura y los citados funcionarios siguen sin dar explicaciones.

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