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Sociedad|Martes, 12 de marzo de 2002

Un plan para monitorear la Argentina por satélite

A partir de un acuerdo firmado ayer, Argentina participará en el proyecto europeo de un sistema satelital de control terrestre y marítimo del país. Ahora lo hace la NASA, pero con intereses militares.

Por Pedro Lipcovich
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Jean-Paul Poncelet, el director de la ESA, firmó el acuerdo en Buenos Aires con la Conae.
“... Y entonces la Unión Europea, China, Rusia y también la Argentina se unieron y lograron derrotar la hegemonía militar de Estados Unidos”: esta fórmula (con la cual, quizás, Página/12 anticipa un título para dentro de varias décadas), se hace real en el plano de los satélites de posicionamiento: la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó un nuevo sistema, llamado Galileo, que permitirá ubicar con precisión de centímetros cualquier objeto en la superficie terrestre o la atmósfera –con aplicaciones que van desde la navegación aérea y marítima hasta el simple pedido de un taxi por teléfono–. Según sus impulsores, Galileo es más preciso que el ya existente sistema norteamericano, pero “la gran diferencia es que nuestro sistema está bajo control civil”, destacó JeanPaul Poncelet, director de la ESA. El funcionario visita la Argentina para firmar un acuerdo a partir del cual la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) emprenderá actividades en conjunto con la ESA.
“El GPS (Global Position System), actualmente en uso, es un sistema militar norteamericano: ellos permiten su uso pero son ellos quienes lo controlan y, en caso de una guerra, como la del Golfo, Kosovo o Afganistán, cierran la llave y podría llegarse a que los aviones no pudieran ya volar, a que los barcos no pudieran navegar”, advirtió ayer, en diálogo con este diario, Jean-Paul Poncelet, director de Estrategia y Relaciones Exteriores de la Agencia Espacial Europea.
Con el sistema Galileo, que la ESA y la Unión Europea desarrollarán en los próximos años, “la gran diferencia es que permanece bajo control civil”, destacó Poncelet, y comentó: “En el GPS, la información a la que acceden los militares de Estados Unidos permite ubicar objetos con una precisión de centímetros; pero en los datos que entregan a los civiles la precisión se limita a varias decenas de metros”.
Por eso, “estamos procurando interesar a los rusos, a los chinos, a todos los países del mundo que busquen una autonomía estratégica respecto de Estados Unidos”, anunció el funcionario de la ESA. La vinculación con Galileo podría darse “como usuarios del sistema, recibiendo las señales, pero también como asociados en la fabricación de los satélites”.
Claro que los propósitos de la ESA no sólo consisten en modificar la geopolítica mundial sino también en hacer negocios: “Nuestro sistema aventaja al de Estados Unidos en que se puede acceder a él aun desde el interior de edificios –aseguró Poncelet–: así por ejemplo, la posición de su teléfono celular puede estar permanentemente registrada de modo que, cuando usted llame a un taxi, la compañía enviará directamente al auto que esté más próximo”. Los más de 30 satélites que integrarán Galileo empezarán a ser lanzados este año, y se prevé que el sistema empiece a funcionar comercialmente en 2006.
Ayer, el vicecanciller argentino, Jorge Faurie, firmó con Poncelet el acuerdo para la Cooperación en el Uso Pacífico del Espacio entre la Argentina y la ESA. Conrado Varotto, director de la Conae, explicó que “se trata de un acuerdo-marco, a partir del cual se examinarán la participación en cada proyecto en particular”. La Agencia Espacial Europea, que reúne a 15 países, es una de las dos más importantes del mundo, junto con la NASA de Estados Unidos.
Uno de los que interesan especialmente a la Argentina es el de recepción de datos del satélite Envisat, que se lanzó hace 10 días y, con 8,5 toneladas, es el mayor satélite europeo que haya sido construido, destinado a datos de interés ambiental y ecológico.
La política espacial argentina “trata de aprovechar la información procedente de terceros y, en los sectores que los datos internacionales no llegan a cubrir, producir información propia”, afirmó Varlotto. En este sentido, la Estación Terrena de Conae en Córdoba continúa recibiendo los datos del satélite argentino SAC-C, que se lanzó en noviembre de 2000 conla misión de monitorear el medio ambiente y eventuales catástrofes naturales o causadas por el hombre.
Los próximos satélites que prevé lanzar la Conae son el Saocom 1 A, de observación de la Tierra por radar, que se pondrá en órbita en 2004; el SAC-D, de observación óptica de la Tierra y estudios de la atmósfera, previsto para el mismo año; el Saocom 1 B, de observación por radar, para 2005; y el SAC-E, de observación de alta frecuencia dedicado a cultivos, que se anuncia para 2006.

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