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Sociedad|Lunes, 31 de agosto de 2015
Reclaman perpetua para un hombre que descuartizó a su pareja

El horror femicida en Posadas

Martín Monzón fue detenido tras confesar que apuñaló y descuartizó a su pareja, Horacelia Marasca, de dieciséis años. Los restos de la joven fueron hallados en bolsas de consorcio. La pareja tenía un bebé. Durante tres años la joven sufrió violencia de género.

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La adolescente Horacelia Marasca estaba desaparecida desde el 16 de agosto pasado.

Los restos de Horacelia Génesis Marasca, la joven de dieciséis años que estaba desaparecida en Misiones desde el 16 de agosto, fueron trasladados a la morgue judicial por orden del juez con el fin de realizar la autopsia correspondiente. El cadáver mutilado fue hallado por la policía en bolsas de consorcio a orillas de un arroyo, luego de que el concubino y padre de su bebé de siete meses confesara haberla matado y descuartizado. Los restos embolsados de la víctima fueron trasladados por el femicida en el carrito del bebé de ambos. El detenido, con antecedentes por violencia de género, se quebró y contó cómo mató a su mujer. La madre de la adolescente misionera pidió prisión perpetua para la pareja de su hija.

El jueves pasado, tras declarar ante la policía y luego ante el Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, Martín Monzón (34) confesó haber asesinado y descuartizado a Horacelia Marasca después de una discusión en la casa que compartían del complejo habitacional Chacra 150, en el barrio de Villa Cabello. Más tarde reveló los sitios donde había esparcido los restos de Marasca, ocultos en bolsas de consorcio. Desde la Jefatura de Policía de Posadas, el jefe de prensa Carlos Rivero aseguró que “se calcula que por la descomposición de las partes la muerte fue el domingo 16 de agosto”.

Norma Benítez, madre de la adolescente asesinada, reclamó al juez Ricardo Balor, quien lleva adelante la causa, que “le dé cadena perpetua” a la pareja de la joven por haber actuado “con tanta saña contra mi chiquitita. Pensó que iba a ser el crimen perfecto y ahora se quiere poner en víctima diciendo que mi hija le pegaba, que fue en defensa propia, que mi hija supuestamente le atacó; pero los vecinos escucharon que ella pedía auxilio hasta lo último”, lamentó la madre, quien agregó que, el día después que desapareció Horacelia, Monzón llegó hasta su vivienda para entregarle al nieto de siete meses. “Vino con el changuito que usó para llevar el cuerpo de mi hija; estaba todo sucio”. Además recordó que, durante esa visita, una de sus hijas, que se encontraba trozando un pedazo de hielo, rompió un cuchillo. Monzón aseguró que “tenía un cuchillo de carnicero para regalar y fue ése el que usó para matar a mi hija”, afirmó Benítez, remarcando que ese mismo día el hombre “vino a buscar al bebé con el chango, con bolsas y una amoladora, porque supuestamente tenía que arreglar una pieza. El miércoles vino de vuelta y el changuito tenía olor a podrido, el bebé también; yo le bañé”. Recién ahí el hombre avisó de la supuesta desaparición de la adolescente. Pero la madre no se quedó de brazos cruzados.

Por otro lado, Luisa, encargada de un comedor comunitario de ese barrio de Posadas, contó que la pareja se llevaba mal entre sí. “Horacelia venía a comer acá seguido. Llevaba comida para su bebé porque el marido le vaciaba la heladera”, afirmó la mujer.

La presentación en la Comisaría de la Mujer fue abonada por el aporte de vecinos que dijeron oír gritos en la casa que compartían Monzón y Marasca, que mantenían una relación conflictiva y violenta desde hacía tres años porque el hombre prácticamente no dejaba a la joven salir de la casa, ni tener amigas. El juez dispuso un allanamiento a la vivienda en cuestión y los peritajes realizados por la policía científica revelaron que la sangre hallada en las prendas y en los distintos ambientes de la casa pertenecían a la joven desaparecida. Monzón fue detenido en forma inmediata, declaró su responsabilidad en el hecho y orientó la búsqueda de los restos de la joven. Así la policía halló las bolsas de consorcio a orillas del arroyo Mártires, al oeste de Posadas, en tanto que otras partes del cuerpo fueron localizadas en una zona más alejada, en la ribera de ese mismo curso de agua. Los brazos, las piernas, la cabeza y el tronco de la adolescente se encuentran depositados en la morgue judicial para los trámites de rigor. Asimismo, otros dos hombres fueron aprehendidos porque se sospechó que, si bien no tuvieron relación con el homicidio, sí colaboraron para deshacerse del cuerpo, por lo que tras ser liberados siguen vinculados con la causa.

Horacelia fue vista por última vez el 16 de agosto, según había denunciado su concubino ante la comisaría 7ª de la ciudad, ubicada a sólo dos cuadras del domicilio donde residían. Ante la policía, Monzón manifestó que no sabía nada del paradero de su mujer; pero a su familia le resultaba llamativo que la joven abandonara a su bebé y se marchara sin llevar dinero o ropa. Algunos vecinos aseguraron que la joven era víctima de maltrato por parte del hombre, que empezó a ser sospechado porque dejó de mostrar interés en la desa- parición de la chica. Fue así que el juez ordenó allanar su vivienda. Y al tomarle declaración, Monzón entró en contradicciones y no supo explicar dónde escondió el cuerpo. Finalmente reveló que la mató delante de su hijo, que luego se deshizo del cuerpo por partes y que lo sacó de la vivienda valiéndose del cochecito del bebé. Para descuartizar a Horacelia utilizó un cuchillo de carnicero, el cual coincidiría con el que fue hallado dentro de una de las bolsas junto a los restos y ropa de mujer manchada con sangre.

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