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En la última semana, nueve mujeres más fueron asesinadas sólo por ser mujeres; en ocho de esos casos, sus novios o ex parejas fueron considerados sospechosos de haber cometido el crimen. “La cifra para una semana es impresionante”, señaló Ada Rico, responsable del Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano, de la ONG La Casa del Encuentro, que lleva adelante el relevamiento de crímenes motivados por violencia machista.
Rico detalló los últimos registros, que dan cuenta de femicidios en distintos puntos del país. El martes 6 de octubre, Sandra Elizabeth Constantopulos, de 44 años, fue asesinada en Mar del Plata, cuando caminaba por la calle Rivadavia al 11700, junto con una amiga. Su ex pareja, Claudio Javier Soto, de 46 años, le asestó tres puntazos en el tórax con una tijera y escapó. La ambulancia tardó en llegar; un patrullero trasladó a Constantopulos al Hospital Interzonal de la ciudad, donde falleció. Al día siguiente, Soto fue hallado, ahorcado, en el patio de su casa.
El 7 de octubre por la tarde, Daiana Luisa Rodríguez, de 17 años, fue baleada ante una iglesia evangelista de Carmen de Areco. El agresor fue su novio, Nicolás Cancino, de 24 años, con quien estaba discutiendo, y quien sacó un pistolón calibre 14 de entre sus ropas, le descerrajó un tiro en el cráneo, y luego se disparó a sí mismo también en la cabeza. El murió en el acto, por la perdigonada; ella llegó con vida al hospital zonal, pero sobrevivió apenas unas horas.
Ese mismo día, María del Carmen de la Cruz, de 47 años, murió ahorcada en una casa de Bariloche. El victimario fue un amigo suyo, de 39, a cuya madre ella alquilaba la casa donde fue asesinada. Tras estrangularla, el asesino llamó al 911 y confesó lo que había hecho; contó que tenían una relación sentimental, pero no las causas del femicidio. No trascendió su nombre, pero sí que se encuentra detenido.
El jueves 8, el cuerpo de Marlene Carriman López, de 18 años, fue hallado en un pastizal. Los investigadores creen que López, quien vivía de la prostitución, fue asesinada por un cliente, a quien investigan.
El viernes 9, la salteña Silvina Barba, de 23 años, fue asesinada en Tartagal. La policía todavía está tras el rastro de su pareja, Santino Salas, un hombre de 57 años que se encuentra prófugo.
El sábado 10, Rosario del Carmen Salinas, de 38 años, fue acuchillada en su propia casa: la autopsia estableció que recibió 11 puñaladas. Tras horas de búsqueda, porque se había fugado, la policía detuvo a su ex pareja, Carlos Ruiz Díaz, contra quien la mujer había logrado una orden de restricción de acercamiento por episodios de violencia. El mismo sábado, Claudia Sposetti, de 47 años, cuyo paradero fue una incógnita durante dos días, murió apuñalada y degollada dentro de su auto, a la vera de la ruta 11. Los investigadores detuvieron a su ex pareja, Héctor Daniel Herrera.
A estos femicidios se suma el de Julieta Mena, cuyo novio, Marcos Andrés Mansilla, que estaba prófugo, fue detenido (ver nota aparte).
La violencia contra las mujeres “se acrecentó y también se visibilizó”. “Las mujeres se animan a hablar, salen a las calles a decir ‘¡basta!’. Sin duda, esto enfurece a los agresores. Entonces, se deben profundizar las acciones preventivas y de asistencia. Es urgente. Hoy los violentos siguen matando.”
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