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Sociedad|Jueves, 15 de octubre de 2015
Julieta Mena estaba embarazada y creen que fue el motivo del crimen

El disparador del femicidio

La autopsia confirmó que Mena estaba embarazada. En el celular de la joven, entregado por su madre, quedaron grabadas conversaciones con su novio, Marcos Mansilla, en las que discutían sobre el embarazo. El quería que abortara y ella no.

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Marcos Mansilla sostuvo que salió de su casa y al regresar encontró a Julieta golpeada.

Igual que en el caso de Chiara Páez, y como en el de tantos otros femicidios, Julieta Mena, la jovencita muerta a patadas y golpes en la casa de quien era su pareja, Marcos Mansilla, en Ramos Mejía, estaba embarazada de dos meses según se comprobó al realizarle la autopsia. Y todas las pruebas le indican al fiscal que investiga el caso, Carlos Arribas, que el embarazo fue el detonante en una relación violenta. El investigador cree que Mansilla estaba enterado del embarazo y que le exigía abortar y la chica se negaba. La joven fue hallada desfigurada a golpes, vestida, bajo la ducha, en la casa del imputado. También declaró Marcela Morera, la madre de la víctima, quien aportó al fiscal el celular de su hija. En el aparato, según señaló Morera, aparecen mensajes en los que Mansilla le hablaba a la joven “de unas pastillas” con las que quería que interrumpiera el embarazo, pero ella se negaba a consumirlas.

En su declaración indagatoria del martes pasado, Mansilla reconoció al fiscal que estaba enterado de que Julieta estaba embarazada. “Sabía que estaba embarazada –declaró el imputado, según fuentes de la investigación–. Yo no estaba bien económicamente. No quería. Ella me dijo que se iba a hacer cargo.” También declaró que hacía dos semanas habían mantenido una conversación sobre el embarazo, y dijo que “ella quería tenerlo y yo no, y dijo que íbamos a estar mejor y lo íbamos a poder tener”.

Ayer, Morera llegó a la fiscalía acompañada por el abogado Julio César Torrada, presidente de la ONG Instituto de Políticas de Género Wanda Taddei y abogado de la familia. “Encontramos el teléfono de Julieta, hoy a la mañana (por ayer) muy temprano comenzamos a leer los chats y nos dimos cuenta de que no solamente permitían desbaratar lo que ayer (por el martes) dijo Mansilla, sino que aparecía un elemento nuevo que era la discusión por un retraso y por un posible embarazo”, manifestó Torrada en referencia a que ya tenían “sospechas” acerca de que la joven esperaba un hijo.

Morera explicó que en los mensajes Mansilla le hablaba a la joven “de unas pastillas” con las que quería que interrumpiera el embarazo, pero ella se negaba a consumirlas: “Ella no era pro aborto, al contrario. Evidentemente Juli no pretendía abortar esa criatura”. “Creo que esto ha sido uno de los elementos que precipitó el desenlace”, sintetizó Torrada, y añadió que por eso el atacante le propinó “gran cantidad de patadas y golpes traumáticos”. Para el abogado, “no hay dudas de que él es el asesino” en referencia a que con los mensajes aportados a la causa se evidencian las “mentiras y despropósitos” de Mansilla en su declaración indagatoria.

“Fue una cadena interminable de contradicciones, no pudo explicar cómo Julieta estaba en la casa de él siendo que ella no tenía llave, cómo estaba vestida debajo del agua de la ducha, por qué salió corriendo y no denunció; si explicó, oscureció en vez de aclarar por qué tenía ambos puños de sus manos hinchados y lastimados”, manifestó Torrada.

En su declaración del día anterior, Mansilla había reconocido que mantenían una “relación violenta, que discutían”. Y cuando el fiscal Arribas le preguntó si alguna vez habían llegado a la violencia física, Mansilla respondió “muy poco, tal vez algún forcejeo, ella me empujaba”.

Respecto de la autoría del crimen, el acusado apuntó con nombre y apellido a un hombre al que le había comprado drogas y él le debía dinero, según sostuvieron las mismas fuentes.

Arribas sostuvo que “tenemos testimoniales, tenemos relevamientos en el lugar del hecho”. Además, “en la propia declaración el imputado se ubica en el lugar del hecho”.

Según, fuentes judiciales, Mansilla había declarado que había salido de su casa y al regresar encontró a Julieta golpeada e intentó reanimarla. Un vecino dijo haber escuchado que él le decía, llorando, “Juli, no me hagas esto”, y que antes había escuchado golpes, llantos de la chica pidiendo por favor que no le pegara más.

Marcos Mansilla se encuentra actualmente detenido, imputado de homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género (femicidio), enfrentando una condena de perpetua en el caso de que fuera hallado culpable. Arribas cuenta con 15 días prorrogables por otros 15 desde la fecha de detención para encontrar pruebas y pedir o no la prisión preventiva.

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