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Sociedad|Viernes, 30 de octubre de 2015
DESPUES DE 35 AÑOS, CHINA PERMITIRA A LAS PAREJAS TENER HASTA DOS HIJOS

Final para la política del hijo único

El plenario anual del Partido Comunista Chino decidió flexibilizar la controvertida norma implementada en 1979 para evitar el descomunal crecimiento poblacional del país. La norma produjo, como efecto secundario, un creciente envejecimiento demográfico.

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El control de natalidad cuenta con el 76 por ciento de aprobación de la población del país.

Luego de 35 años de vigencia, China anunció que pondrá fin a la política del hijo único. La decisión se dio a conocer ayer, en el 18º plenario anual del Partido Comunista Chino al anunciarse que todas las parejas del país podrán tener hasta dos hijos. El cambio fue decidido tras el alerta oficial por la tendencia creciente al envejecimiento demográfico y el descenso de la población apta para trabajar. Además de darse a conocer esta modificación en el control de la natalidad, se presentó el XIII Plan Quinquenal que proyecta el modelo económico del país para los próximos años.

La política del hijo único se puso en marcha en 1979 como medida para frenar los problemas demográficos, ya que la quinta parte de la población mundial se concentra en China. Para los demógrafos, la restricción sirvió para evitar que su población actual (de 1300 millones de habitantes) superara los 1700 millones. Según lo anunciado ayer por la agencia de noticias oficial china Xinhua, durante el 18º Plenario del Partido Comunista de China (PCCh) se decidió que el límite de cantidad de hijos en ese país se extenderá a dos por pareja para evitar complicaciones económicas y de salud en la población.

De acuerdo con una encuesta realizada en 2008 por el centro de investigación Pew Research Center, la medida de control de natalidad cuenta con el 76 por ciento de aprobación de la población del país. A 35 años de su implementación, el gobierno chino entendió que tuvo el efecto deseado de frenar el crecimiento demográfico, aunque la restricción trajo aparejados efectos secundarios que a largo plazo podrían resultar problemáticos para el país de no producirse cambios. Es por eso que resultaba esperable que en el plenario del PCCh de esta semana, celebrado a puerta cerrada con los máximos líderes del gobierno comunista, se adoptara algún cambio en esta política, aunque se ignoraba hasta qué punto iba a llegar esa modificación y deberá evaluarse cómo repercute en las familias chinas.

Entre las consecuencias más complejas de esa política se encuentran los numerosos abortos forzados que deben enfrentar las mujeres, así como un desequilibrio de sexos por la preferencia histórica por los varones y el rápido envejecimiento de la población del país. Este último factor provocó que la pirámide demográfica sea similar a la de los países más desarrollados, aunque con una estructura económica que todavía no se les puede comparar. Según los datos que maneja la Academia de Ciencias Sociales de China, cada mujer tiene en el país menos de 1,6 hijos, cuando hace falta una cuota de 2,1 para una estabilidad de la población.

La reforma supone un paso más en la flexibilización en los controles de natalidad, ya que a fines de 2013 Beijing permitió excepciones en la política del hijo único. Esa medida establecía que las parejas en las que uno de los padres era hijo único podían tener dos descendientes, aunque su implementación tuvo un impacto menor en los nacimientos. Según datos de mediados de este año, tan sólo 1,5 millones de los 11 millones de parejas que cumplían los requisitos habían solicitado el permiso para tener un segundo hijo.

El comunicado que dio a conocer este cambio en el control demográfico no ofreció un calendario para la retirada de la política de hijo único ni más detalles sobre el proceso. Los expertos en esa área advierten que de no revertir esta tendencia, China podría sufrir una reducción de la población activa y un envejecimiento de la población que, unidos, supondrán un impedimento para el crecimiento en las próximas décadas.

En el mismo plenario donde se decidió poner fin a la política del hijo único, también se presentó el XIII Plan Quinquenal (2016-2020), en el que el PCCh indicó que aspira a que antes de 2020 el país duplique el Producto Bruto Interno (PBI) y la renta per cápita que tenía en 2010, aunque no reveló, por ahora, un objetivo de crecimiento concreto para los próximos años. Al mismo tiempo, el plan busca equilibrar el desarrollo urbano con el rural, para que el crecimiento sea más inclusivo y sostenible desde lo ambiental que hasta ahora.

Se trata del primer Plan Quinquenal presentado durante el mandato del presidente Xi Jinping y fue promocionado con explicaciones, incluyendo videos en inglés con fondo de música country estadounidense y estética de arte pop. Tanto el modelo de proyección económica como la nueva política demográfica quedaron listos para ser ratificados, como se descarta, en la reunión plenaria de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo) de marzo de 2016.

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