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Sociedad|Viernes, 4 de diciembre de 2015
LAS NEGOCIACIONES EN LA CUMBRE DE PARIS NO MUESTRAN AVANCES

Cambio lento e incierto

Un nuevo documento borrador sin grandes avances, con cuatro páginas menos que el anterior, es el resultado de otro día de negociaciones. Por ahora, la discusión sobre el financiamiento frena los avances. De llegar a un acuerdo, no se sabe si será vinculante.

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Esculturas de hielo simbolizando la destrucción de los polos y el cambio climático, en el exterior de la Cumbre.

Los países emergentes volvieron a pedir este jueves a los estados ricos que colaboren con financiamiento y tecnología proporcionales a sus emisiones de gases tóxicos a los fines de aportar a la tarea de enfrentar al cambio climático. El pedido se realizó durante la conferencia de París (COP21) que sigue su ritmo en la etapa de negociaciones a paso lento, con un nuevo documento borrador que no presenta grandes avances. Los países más pobres, en particular los que fueron más afectados por el impacto del calentamiento del planeta, exigen que los ricos asuman su responsabilidad histórica en el cambio climático.

El resultado de las negociaciones sobre “las finanzas harán triunfar o naufragar el acuerdo” advirtió en conferencia de prensa la representante del grupo de 134 países en vías de desarrollo (G-77), la embajadora sudafricana, Nozipho Mxakato-Diseko. Según advirtieron varios informes científicos, el mundo entero debe limitar el aumento de la temperatura media a un máximo de dos grados para evitar consecuencias más graves.

Con miras a lograr ese objetivo, los expertos recomendaron iniciar una transición energética hacia una economía sin combustibles fósiles, que se instale por completo para el año 2050, y luchar contra la deforestación, que es la segunda mayor causa del calentamiento global luego del transporte y la industria.

Los negociadores de los países desarrollados no ceden en los puntos centrales, y las discusiones afloraron en la última asamblea general del día, con los representantes de los 195 países. Tras una propuesta que presentó el G-77 más Guatemala, la metodología de trabajo se modificó. Hay menos reuniones de pequeños grupos de trabajo sobre partes del texto y más intervenciones en asamblea plenaria, para que los países puedan intercambiar directamente propuestas de un lado a otro, que ayuden a desbloquear los puntos más difíciles.

El escrito contiene un capítulo muy resistido por los países más ricos, que se llama “pérdidas y daños”, es decir, considerar el impacto del cambio climático en países vulnerables como un tema que todos deben compartir. “Sin pérdidas y daños no habrá acuerdo”, advirtió el ministro de Medio Ambiente gambiano, Pa Ousman.

“El mensaje que estamos recibiendo de los países desarrollados en lo que respecta a la financiación para adaptarse al cambio climático es que no hay nada”, protestó un delegado boliviano, Juan Hoffmaister. “No tengo palabras” para esta negativa, añadió.

“Deberíamos abandonar el juego de echarse la culpa. Necesitamos un cambio en el proceso”, reaccionó el jefe negociador europeo, Jos Delbeke.

Luego de tres días de reuniones, los presidentes de la negociación publicaron un nuevo texto de 50 páginas, en lugar del anterior que tenía 54. Pero el número de corchetes, que dan paso a textos alternativos, aumentó de 1250 a 1400. Los negociadores tienen tiempo de entregar su último borrador del documento al canciller francés, Laurent Fabius, hasta el sábado al mediodía.

Los países desarrollados reclaman que desde el último gran acuerdo, el Protocolo de Kioto, de 1998, el esquema mundial cambió mucho. Por ejemplo, China es un país que además de ser el primer emisor de gases mundial, ya está en condiciones de contribuir con financiamiento.

En principio, los países en vías de desarrollo deben recibir 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. Pero la organización de países industrializados, la OCDE, calculó hace meses que prácticamente dos tercios de esa suma ya está siendo destinada gracias a los bancos multilaterales y los acuerdos bilaterales.

El G-77 recordó compromisos adoptados en el pasado, como cuando se creó la Convención de la ONU sobre cambio climático, en 1992. “Según la Convención, los países desarrollados están obligados a suministrar recursos financieros, incluida transferencia de tecnología. Esto es una obligación legal. No es ‘ayuda’ ni ‘caridad’”, advirtió su comunicado.

Países como Venezuela o Nicaragua se niegan a presentar sus planes de reducción de emisiones de gases (INDC, por sus siglas en inglés) a causa de la postura de la OCDE. “Venezuela se reserva el derecho de presentar su INDC en función del resultado de esta conferencia”, advirtió ante la prensa el ministro de Ecosocialismo bolivariano, Guillermo Barreto.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exhortó el jueves a los países ricos a mantener sus promesas de financiar los esfuerzos de los países pobres para adaptarse al calentamiento del planeta. “Es una promesa muy importante”, afirmó en sus declaraciones. Por ello, “exhorto a los dirigentes de los países en desarrollo que se aseguren de que se cumpla”, agregó.

“Sigo pidiendo a los países desarrollados que reconozcan la responsabilidad que les corresponde”, añadió. Los países desarrollados prometieron en 2009 aumentar sus ayudas para llegar en 2020 a 100 mil millones de dólares por año. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el total llegó a 62 mil millones en 2014.

Los ministros deben retomar la reunión a partir del lunes, hasta el viernes 11, cuando se cree que terminará la COP21 que podría ser histórica. El acuerdo de París sería el primero en la historia que tenga carácter universal y que además involucre a todos los países, por eso debe ser adoptado unánimemente. Sin embargo, aún no está decidido si el acuerdo será legalmente vinculante.

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