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Sociedad|Martes, 2 de diciembre de 2003

La transmisión madre-hijo del VIH sigue siendo alta en la Argentina

Lo admitió el gobierno nacional, que anunció un programa para reducirla. En el Día Mundial de Lucha contra el Sida, el Ministerio de Salud garantizó la provisión de medicamentos para 2004.

Por Pedro Lipcovich
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En la Plaza Las Heras, la tradicional muestra de mantas conmemorativas con los nombres de víctimas.
El Ministerio de Salud admitió que sigue muy alta en la Argentina la trasmisión madre-hijo del VIH/sida en el embarazo y la lactancia, y anunció un programa nacional para reducirla. El responsable de Onusida para América latina también denunció la persistencia en la Argentina de esta trasmisión “vertical”, cuya prevención pone a prueba al sistema de salud, ya que depende de la concientización de los profesionales y de que los embarazos cumplan con los controles médicos. El problema también pone a prueba la organización federal del país, ya que se acentúa en las zonas más alejadas de los grandes centros urbanos. Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires un programa preventivo logró bajar la trasmisión vertical a los niveles admitidos internacionalmente. Ayer el Ministerio de Salud garantizó la provisión de medicamentos contra el VIH para todo el año próximo, y admitió que persisten dificultades en su provisión, que atribuyó a autoridades sanitarias provinciales. Un representante de las personas que viven con VIH denunció las enormes dificultades que encuentran para conseguir trabajo o planes de desempleo, y acusó a “empresas, especialmente multinacionales, que ilegalmente testean el VIH a empleados y postulantes”. Bajo el lema “Vive y deja vivir”, se celebró ayer el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida.
Andrés Leibovich, subsecretario de Programas de Prevención y Promoción del Ministerio de Salud de la Nación, reconoció que “la erradicación de la transmisión vertical es una deuda pendiente” en la Argentina; precisó que “la situación es más grave en los hospitales de frontera” pero admitió que “también en el conurbano las mujeres llegan al servicio de obstetricia sin ningún testeo previo”. Leibovich anunció que “se asegurará a todas las madres la posibilidad del testeo de VIH” y que “se les proveerá leche para reemplazar la lactancia materna”, que puede trasmitir el virus.
Laurent Zessler, coordinador de Onusida para el Cono Sur, ratificó que “la trasmisión vertical sigue elevada en la Argentina, si bien bajó en los grandes centros urbanos”; vinculó el problema con “la falta de información y acción de los profesionales” y con que “a partir de la crisis social, muchas embarazadas no tienen cobertura de salud”.
La Fundación Huésped, por su parte, destacó que “la Argentina ocupa el primer lugar en Latinoamérica en casos de sida pediátrico” y señaló que “más de la mitad de las mujeres no se controlan durante el embarazo”. Gabriela Hamilton, titular del Programa Nacional de Sida, contestó que “aquí la epidemia femenina empezó mucho antes que en otros países de América latina, y nuestro sistema de registro también empezó antes, por lo cual los valores acumulados son mayores”.
En la Ciudad de Buenos Aires, la transmisión vertical bajó el año pasado al ocho por ciento de las embarazadas con VIH, lo cual cumple la meta fijada por la OMS; en 2000, todavía había sido del 20 por ciento. Si no se aplican medidas preventivas, el 30 por ciento de las mujeres con VIH transmiten la enfermedad: evitarlo requiere el testeo de la embarazada y una medicación que, de ser posible, se empieza a tomar en la 14ª semana.
Claudio Bloch, titular de Coordinación Sida de la Ciudad de Buenos Aires, explicó que el resultado obtenido se debió a “la concientización de los profesionales en pedir que las embarazadas se hagan voluntariamente el test de VIH; el año pasado, más del 85 por ciento se hizo el testeo; y el 90 por ciento de las diagnosticadas se tratan. Incorporamos el testeo rápido en el momento del parto, si no lo han hecho antes. Y entregamos gratuitamente leche para sustituir la lactancia materna en mujeres con VIH”. También se promueve que el esposo se testee, “para prevenir la transmisión a la mujer durante el embarazo”. Bloch anticipó que “nuestra próxima meta es bajar la transmisión vertical al dos por ciento, como en algunos países europeos”.
Ayer, en la sede de Onusida en la Argentina, Leibovich aseguró que “para el 2004 ya está asegurada la provisión del ciento por ciento de losmedicamentos para el VIH”. Fabián Salguero, de la Red Argentina de Personas que Viven con VIH, señaló “falencias en la entrega y distribución de medicamentos” y observó que “sigue pendiente la realización de pruebas de eficacia para las drogas que adquiere el Ministerio de Salud”.
Leibovich admitió que “en determinadas provincias la medicación no llega en tiempo y forma”, y anunció “la organización de una ingeniería de distribución a efectores”, lo cual permitiría que los fármacos llegaran a los servicios sin pasar por las autoridades provinciales.
Por otra parte, Verónica Russo, de la misma Red, señaló que “el problema no es sólo médico: las personas con VIH no conseguimos trabajo, y los que no tenemos hijos tampoco accedemos a Planes Trabajar. Y hay empresas, en muchos casos multinacionales, que testean el VIH de empleados y postulantes, en violación de la Ley de Sida”. Entre otras actividades, ayer, en Plaza Las Heras, se efectuó la tradicional exhibición de mantas conmemorativas con los nombres de víctimas de la enfermedad.

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