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Sociedad|Jueves, 17 de diciembre de 2015

Velatorio y reclamo

Los restos de Ignacio Nicolás Giménez, uno de los 42 gendarmes que fallecieron cuando se desbarrancó el micro que los trasladaba por la ruta nacional 34 cerca de la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, fueron inhumados ayer en el cementerio La Piedad, de Posadas. El cuerpo del gendarme, de 21 años, llegó a la ciudad por vía terrestre el martes cerca de las 19, y desde entonces comenzó a ser velado en la casa de sus padres, en el barrio Educación, de la capital misionera. Tanto ayer por la mañana, durante la inhumación del cuerpo del joven, como en el velatorio del martes, los familiares mostraron dolor, fastidio y enojo con la fuerza de seguridad, debido a que el cuerpo fue trasladado en un coche común desde el lugar del accidente hasta Posadas y, según ellos, “recibieron malos tratos” y hubo una “total desinformación” sobre el accidente ocurrido en Salta y que costó las vidas de los efectivos de la fuerza de seguridad. “Nosotros llamábamos y no nos decían nada, tuvimos que averiguar por nuestros propios medios que él estaba en uno de esos colectivos”, dijo el cuñado del gendarme, y agregó que “encima ya se venía para Posadas y una noche antes estaba contento por venir de vacaciones”. En tanto, Martín Giménez, padre del joven muerto, declaró: “La fuerza de seguridad nacional se llevó a Ignacio entero y sano, pero lo regresó en partes”. “Dijeron que enviarían el cuerpo en un avión Hércules, pero a las 6 llamaron para avisar que salió el cuerpito de él y lo traían en un coche fúnebre”, comentó, y criticó que “si fuese un oficial o un jefe lo mandan en lo que sea, pero se trata de alguien que recién empieza, lo mandan así nomás, no le dan importancia”, aseguró.

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