Duras críticas a la investigación

Las madres en Montañitas, donde encontraron objetos de sus hijas que la policía no había visto.

Un joven cordobés que se comunicó con la familia de Marina Menegazzo, la chica mendocina asesinada en Ecuador junto con su amiga María José Coni, aseguró que las dos chicas, la noche del crimen, eran acompañadas por dos hombres cuya identidad se desconoce y que podrían haber tenido alguna participación en el hecho. De acuerdo con lo que hizo saber Marcos Menegazzo, hermano de Marina, el nuevo testigo sostuvo que vio a las dos jóvenes antes de que fueran a la fiesta de Full Moon, el lunes 22 de febrero, cerca de las diez de la noche, en compañía de “dos chicos de tez blanca”, uno de los cuales vestía una remera negra. La supuesta existencia de estos dos acompañantes modificaría la información previa, según la cual las dos jóvenes habían partido, solas, desde el bar La Abogadita, en Montañita, hasta la casa en la que vivía Alberto Segundo Mina Ponce, el vigilador comunal que las habría matado y que está preso. En Ecuador, los familiares de las víctimas increparon al responsable de la investigación.

Según se aclaró, el joven cordobés que dice haber sido testigo de la presencia de los dos hombres acompañando a las chicas, afirma que no conoce las identidades de esas dos personas. Cristian Pissani, el cuñado de Menegazzo, agregó que el testigo señaló que las chicas sí conocían a sus acompañantes, porque al verlos los saludaron de manera amigable. De acuerdo con la versión que se conoció ayer, las chicas, en ese momento, no llevaban las cuatro mochilas que cargaron durante el viaje. Se supone que las habrían dejado en algún lugar, tal vez en la casa de Mina Ponce.

Los familiares de las chicas, que están realizando su propia investigación en Ecuador, porque no confían en la policía local, tuvieron conocimiento de que en el expediente figura que cerca del lavadero de Montañita aparecieron más pertenencias de las jóvenes asesinadas. Hallaron prendas manchadas de sangre y una cámara de fotos cuyo estuche apareció después en la casa de Mina Ponce. La familia de las víctimas, que no cree en casi nada de lo que le dicen, insiste en que quieren “confirmar que sean ellas” los cadáveres encontrados.

Gladys Steffani, madre de María José Coni, estuvo recorriendo durante más de una hora los sitios donde supuestamente estuvieron su hija con la amiga Marina. En esos momentos se encontró cara a cara con el jefe de la Dinased, coronel Víctor Araus. El titular de la unidad para la búsqueda de personas desaparecidas llegaba en helicóptero a la comuna para unirse a la investigación que los deudos hacían en el lugar.

La mujer, acompañada por su hijo Felipe Coni, quería despejar dudas respecto del camino que siguieron las jóvenes en las horas previas al doble homicidio. El primer sitio en visitar fue el hostal JN, donde las chicas estuvieron alojadas durante once días. La dueña del local le contó a Gladys que las dos jóvenes preparaban ensaladas de frutas y hamburguesas para vender en la playa porque, al parecer, se habían quedado sin dinero. Los familiares estuvieron en el bar Sin Fronteras, de María Auxiliadora Suárez, conocida como La Abogadita, quien también dijo que María José y Mariana le confesaron que estaban sin recursos económicos.

Suárez aseguró que nunca entraron al bar, que estaban afuera “haciendo con el dedo (para que las llevara algún auto)” y que allí tomaron contacto con los sospechosos del doble asesinato. Cuando fueron a los sitios donde hallaron los cuerpos y la casa donde supuestamente fueron asesinadas, Gladys comenzó a cuestionar la investigación de la Policía ecuatoriana y principalmente al coronel Araus, quien en esos momentos la estaba acompañando. La madre de María José ingresó incluso –según la prensa ecuatoriana– a la escena del crimen. “A mí nadie me va a negar que ingrese donde encontraron un cuerpo mutilado, le guste o no les guste”, afirman que le dijo al policía de custodia.

Felipe Coni también increpó a Araus por no hallar los dos cuerpos el mismo día. “Cómo puede ser que no encuentren un cuerpo que está acá y el otro a quince metros. ¿Qué clase de peritaje es el que hacen?” Araus respondió: “Es el peritaje que profesionalmente nosotros hacemos”, a lo que Coni replicó: “Bueno, entonces le enseñaron mal”. En rueda de prensa, el fiscal general Galo Chiriboga y el ministro del Interior, José Serrano, aseguraron ayer el Estado ecuatoriano colaborará con las autoridades argentinas que iniciaron investigaciones por su cuenta para esclarecer el doble homicidio. El fiscal señaló que frente a las dudas expuestas sobre la identidad de los cadáveres, dispuso que un grupo de peritos argentinos tome las muestras de los cuerpos, con el fin de elaborar el perfil genético y se hagan las comparaciones de ADN. En el caso de los restos de Marina, el análisis sería llevado a cabo en Argentina y en el de María José, en Ecuador. Además, informó que se ha procedido a ejecutar una asistencia penal para que los peritos de ambos países puedan intercambiar información.

Como ya se dijo, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que las investigaciones “se han manejado responsablemente”. Al mismo tiempo destacó que el Gobierno ecuatoriano aceptará “cualquier crítica, cualquier sugerencia” de las familias para esclarecer totalmente el caso.

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