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Un empresario de 29 años, su hermano de 12 y su hijo de 2 fueron secuestrados en la localidad bonaerense de Adrogué cuando circulaban en su auto. Seis horas más tarde los liberaron luego de que se pagaran 14 mil dólares y 28 mil pesos de rescate. La víctima, propietario de laboratorios de estudios clínicos del sur del conurbano, aseguró que los captores “eran policías” o formaban parte de “una banda mixta”, ya que se mostraron “muy profesionales” y hasta les compraron golosinas y jugos a los niños para que permanecieran tranquilos. Una vez terminado el raid delictivo, los delincuentes devolvieron al joven su vehículo.
El martes por la noche, Matías Rossi –hijo del dueño de los laboratorios Instituto Dr. Guillermo Rossi, con sedes en Adrogué, Banfield y Burzaco– circulaba rumbo a la casa de su madre en un Ford Mondeo, acompañado de su hermano y su hijo. En la intersección de la avenida Amenedo y Benigno Macías, partido de Almirante Brown, fue interceptado por un automóvil ocupado por cuatro hombres armados. “Me cruzaron un Volkswagen Vento blanco, nos apuntaron y nos pasaron para atrás. Todos tenían guantes y se ve que no eran de la zona porque estaban a cara descubierta”, relató la víctima, a quien los sujetos le pegaron cuando lo subieron al auto, pero al advertir que estaba con dos niños lo trataron mejor y sólo atinaban a taparle la vista. Fue así que los captores se quedaron en el Vento con los cautivos, seguidos detrás por otros cómplices en el Mondeo de Rossi y por un tercer vehículo que las víctimas nunca alcanzaron a identificar.
“Yo le dije a mi amigo que estábamos bien; primero pidieron 50 mil dólares de rescate, pero alcanzamos a juntar 13 mil dólares y 28 mil pesos, que fue lo que se pagó”, relató el joven, para quien la banda resultó ser “muy organizada porque no hablaban con terceros y en ningún momento recibieron alguna llamada; el trato era muy bueno y no estaban drogados, todos tenían entre 30 y 40 años”.
Otra situación que llamó la atención a Rossi es que mientras los tenían cautivos, los secuestradores pararon en distintos quioscos para comprarles golosinas y jugos a los chicos, de manera que se mantuvieran tranquilos.
Por su parte, Adriana, madre y abuela de las víctimas, afirmó que “no los maltrataron, pero les decían que miraran al suelo todo el tiempo”, y contó que en el afán de impedir que los identificaran, uno de los delincuentes “le sacó la gorrita” a su hijo de 12 años y “se la puso con la visera bien para abajo”. La mujer añadió que hubo un momento tenso cuando los captores dijeron que querían meter a su hijo más chico en el baúl “porque estaban muy apretados en el auto, pero Matías se negó y al final no lo hicieron”.
Amigos y familiares del empresario se reunieron en la casa de su madre para mantener las negociaciones mientras se daba aviso de la situación a la policía, que comenzó a seguir el rastro del celular del joven. Finalmente, y tras llegar a un acuerdo por el pago del rescate, un amigo llevó el dinero a una cuadra de la clínica Juncal, ubicada en Almirante Brown al 2700 de Temperley, partido de Lomas de Zamora. Los raptores acudieron con el Mondeo de Rossi a buscar el rescate y luego llevaron al secuestrado hasta Lanús, donde lo liberaron y, para su sorpresa, le entregaron su vehículo. “Me dieron las llaves del auto, los celulares y la billetera. Solamente me robaron la plata, lo demás me lo devolvieron todo”, contó el joven y agregó que todo terminó alrededor de las 3 de la mañana, cuando emprendió el regreso a la casa de su madre, donde lo esperaban su familia y efectivos policiales de la Coordinación Departamental de Investigaciones (CDI) de Esteban Echeverría.
“Cuando llegué, había un comisario y le dije: ‘Esta es gente de ustedes, usaban dos handies y escuchaban las comunicaciones policiales. Acá hay una zona liberada’”, afirmó el empresario y aseguró que en el último mes, sólo en esa localidad del sur del conurbano, se produjeron otros tres secuestros extorsivos similares y consideró que habría actuado la misma banda, según lo que habló con la policía y las otras víctimas.
De la investigación se ocupa la Fiscalía Federal 1 de Lomas de Zamora, a cargo de Cristian Magone, quien dispuso que se levanten rastros del auto y otras medidas, aunque hasta el momento no se produjeron detenciones.
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