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La Cámara Nacional en lo Criminal confirmó el procesamiento con prisión preventiva del presunto jefe de una banda que, integrada por miembros de una familia, realizaba “secuestros virtuales” por los que cobraron rescates de hasta 16 mil dólares en la CABA. La resolución de la Sala I de la Cámara, con las firmas de Mariano González Palazzo y Luis Bunge, también ratificó un embargo sobre los bienes del procesado Carlos Roberto Jancovich Castillo. La banda actuaba en horas de la madrugada y llamaba por teléfono desde una vivienda alquilada de manera temporal a distintas familias, fingiendo tener secuestrado a un familiar.
El tribunal de segunda instancia concluyó que “un grupo de personas (al menos cuatro en cada suceso), previa distribución de tareas y estudio de las inmediaciones de los domicilios de los damnificados” se contactaban con ellos para exigirles dinero. Según los camaristas “aprovechando que las ocasionales víctimas se encuentran descansando en horas de la madrugada, se dedican a entablar comunicaciones telefónicas haciéndoles creer que tenían secuestrado a un familiar o ser querido (cosa que nunca sucedió)”. De acuerdo con las pruebas reunidas en el sumario, en los cuatro casos de “secuestros virtuales” se habrían exigido como rescate sumas desde los 800 pesos hasta 16 mil dólares. Cuando las víctimas decían que no tenían dinero para el pago del “rescate”, se les exigía la entrega de joyas u otros valores.
El tribunal señaló que la banda operaba con “una persona del sexo masculino o femenino” que llamaba “con voz llorosa, se hacía pasar por un ser querido en peligro” momento en el que otra “toma la conversación y se encarga de pactar el ‘rescate’ y el lugar en donde debe dejarse la suma de dinero y/o joyas dentro de una bolsa”, consignó el fallo.
Para concretar los “secuestros” se utilizaban inmuebles que alquilaban por un corto plazo y un integrante del grupo ubicado cerca de las inmediaciones del domicilio de la víctima de turno aportaba “datos específicos del edificio de la víctima, calle, árboles circundantes, para dar mayor verosimilitud a la maniobra”. Entre las víctimas de la asociación ilícita figuran, Gabriela Barzaghi, por el “secuestro” de su hija; y el mismo día, Mercedes Márquez Macri, por el de su hermano; Anselmo Horacio Spinelli, también contactado por el inexistente secuestro de su hija y María Florencia del Rosario Sola y su esposo, padres de una adolescente.
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