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Gisell Rodríguez da Silva, de 26 años, madre de una niña de tres años, fue hallada muerta en su casa en la calle 55, casi avenida Japón, en plena Posadas, capital misionera, con el rostro desfigurado a golpes y signos de estrangulamiento. Minutos antes del hallazgo escapó de la casa Carlos Ruiz Díaz, de 30 años, pareja de la joven y padre de la niña. La policía misionera cree que huyó a Paraguay.
El femicidio fue descubierto este domingo poco antes del mediodía, alrededor de las doce menos cuarto, cuando la madre de Gisell Rodríguez llegó hasta la casa de su hija, preocupada porque ésta no respondía sus llamados.
Poco antes, alrededor de las 10 de la mañana, Carlos Ruiz Díaz se había presentado en la vivienda de sus suegros junto a la niña de tres años para pedirle a ambos que cuidaran de ella. Según lo que les refirió el hombre, Gisell, que trabajaba como moza en una pizzería, había salido y no tenía con quién dejar a la niña. El hombre, empleado en una carnicería entregó a la pequeña tras dar su explicación, subió a su vehículo, un Peugeot 407 color oscuro, y se retiró del lugar.
La madre de Gisell llamó varias veces a la casa y como su hija no respondía, se dirigió hacia la vivienda de la calle 55. Cuando la mujer entró se encontró con el peor cuadro: Gisell estaba muerta sobre un sofá, había sido cubierta, tenía el rostro totalmente desfigurado a golpes y signos de estrangulamiento.
Horrorizada, la mujer llamó a su marido y a la policía. Uniformados de la comisaría local y funcionarios de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas del Poder Judicial se presentaron en la vivienda.
De acuerdo a los primeros peritajes forenses sobre el cuerpo de la víctima, el crimen fue cometido durante la madrugada (cuando la pequeña hija de la víctima se encontraba en el lugar), aunque el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, aguarda para las próximas horas los resultados de la autopsia para establecer tanto la data como la mecánica de la muerte.
El jefe de prensa de la policía misionera, Carlos Riveros, señaló que los peritos advirtieron que la escena “estaba modificada y limpia”, el interior de la vivienda estaba en orden y que en el lugar no se halló ningún elemento contundente con el que pudieran haber golpeado a la joven. Por otro lado, la nena dijo a los especialistas que la asistían que había escuchado a sus padres pelear durante la madrugada por lo que las sospechas se confirmaron alrededor de Ruiz Díaz.
De acuerdo a datos aportados por Migraciones, los investigadores creen que el prófugo cruzó a Paraguay alrededor de las 11 en su propio auto, y pidieron apoyo a la policía paraguaya.
Vecinos de la víctima, que residía en el barrio hacía unos ocho meses, declararon a los investigadores que vieron a la pareja arribar a su casa el sábado por la noche, y aseguraron que el Peugeot de Ruiz Díaz permaneció estacionado frente a la puerta hasta alrededor de las 10 de la mañana del domingo. Coincide la hora con el momento en que la madre de la víctima dijo que pasó por su casa a dejar a la niña.
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