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Sociedad|Martes, 23 de diciembre de 2003

“Está muy triste y deprimida y no quiere comer ni ir al médico”

Las defensoras de la nena a la que un juez le negó autorización para interrumpir su embarazo alertaron sobre su cuadro crítico, tras la revelación del caso en Página/12. Una experta advirtió que corre riesgo de muerte y pidió que se le haga un aborto tardío.

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En el Hospital Interzonal de Bahía Blanca no quisieron practicar el aborto sin permiso judicial.
Por M. C.

El dramático caso de la nena de 14 años violada por su padrastro, a quien un juez de Bahía Blanca le negó autorización para un aborto, causó ayer conmoción en el país, tras su publicación en Página/12. Una de las defensoras oficiales que hizo la presentación ante el magistrado advirtió que la menor no está en condiciones de asumir la maternidad: “Digo esto porque, en primer lugar, no se siente mamá y está fuertemente afectada por el fallo, con actitudes de negación que llegan, incluso, a no atenderse médicamente ni alimentarse adecuadamente, habiendo cortado con su vida social habitual”, detalló Jaqueline Rodríguez. La médica epidemióloga Mabel Bianco fue más allá y alertó que en estas condiciones la continuación del embarazo podría costarle la vida a la chica: “Si no quiere comer, tiene ideas continuas de muerte y su desarrollo biológico está retrasado, va a llegar a un parto muy malo, con grandes riesgos. Deberían hacerle un aborto tardío ya”, opinó Bianco, presidenta de la Fundación Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM).
“Está muy triste y muy deprimida”, describió anoche a este diario la otra defensora oficial de Bahía Blanca, Graciela Cortázar, que intervino en el caso. La joven ya cursa el quinto mes de embarazo, pero se niega a realizarse controles médicos. “No ha tenido ninguno todavía”, confirmó Cortázar. La nena vive en Médanos, un pequeño pueblo rural cercano a Bahía Blanca, en compañía de su madre y de siete hermanos menores. El padrastro desapareció del hogar luego de cometer el abuso sexual de la menor que estaba bajo su guarda.
En octubre, cuando la nena estaba embarazada de tres meses, su madre planteó el problema ante las defensoras oficiales, quienes solicitaron el aborto terapéutico –que no está penado por la ley–, basándose en “el riesgo que corre la salud psíquica de la niña, quien se ha planteado la posibilidad de suicidarse por derivación del delito de que fue objeto”. Pero, tal como informó este diario en su edición de ayer, el juez en lo Correccional José Luis Ares rechazó el pedido por entender que “con un buen apoyo psicológico y terapéutico podrá salir adelante”. La menor llegó a suplicarle de rodillas al magistrado el permiso. Sin esa autorización, en el Hospital Interzonal Doctor José Penna, de Bahía Blanca, se negaron a practicar la interrupción del embarazo, aunque el Comité de Bioética había avalado el pedido de la chica.
Ayer, la defensora Cortázar dudó de que la nena esté recibiendo la asistencia psicológica que necesita y que ordenó el juez de menores Guillermo García Pereyra. “Para garantizarla el juez debería comprometerse a que el profesional fuera a su casa. La familia está en una condición económica muy precaria y es difícil, teniendo en cuenta el estado de ánimo de la nena, que esté yendo a un centro de salud a atenderse”, señaló Cortázar.
El director del hospital, Alerto Taranto, expresó su preocupación por el caso, pero aclaró que no era partidario del aborto: “Vamos a matar a un chico, por decirlo drásticamente, para evitar el posible suicido de la chica. Acá decidimos por el mal menor. El daño a la chica ya está hecho. El hecho de que tenga o no al bebé no le va a reparar demasiado el daño”, consideró. Su posición fue duramente cuestionada por la médica epidemióloga Mabel Bianco: “El director y los médicos del hospital tendrían que haber visto el riesgo para la vida o la salud de la nena que significa este embarazo. Tiene un retraso en su maduración biológica –a pesar de sus 14 años, tiene el cuerpo de una nena de 11–, no quiere comer y tiene ideas de muerte. Va a llegar en muy malas condiciones al parto y seguramente no podrá tener un parto normal. En esas condiciones, una cesárea será muy peligrosa. Esto la Justicia no lo ve, pero los médicos sí. Se le podría hacer un aborto tardío, que se puede realizar hasta el segundo semestre. Este es un caso extremo, de emergencia, que debería contemplarse”, opinó.

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