Imprimir|Regresar a la nota
Sociedad|Sábado, 28 de mayo de 2016
Opinión

La importancia de adelantarse al invierno

Por Alejandro Collia *
/fotos/20160528/notas/na20fo01.jpg

Si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra, seguro que es un perro. Y si la llegada del invierno se adelanta, hay información sobre una alta actividad del virus A (H1N1) en la región y registros tempranos de ETI en el país, seguro que se van a producir muchos más casos de gripe.

Como lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe es un problema grave de salud pública que puede generar una fuerte presión sobre los servicios de salud y tener importantes repercusiones económicas debido a la reducción de la productividad laboral. Impacta también, de manera especial, en la población con menores recursos económicos y sociales, que es especialmente vulnerable a las situaciones de crisis sanitarias.

Este año hubo información consistente acerca de que se debía esperar un aumento de los casos de gripe –incluida la epidémica A (H1N1) de 2009– por lo ocurrido en el mundo y por lo que sucedía en la región.

En la actual temporada de influenza, hubo en México alta actividad de virus A (H1N1) pandémico 2009. Además, los centros de referencia y los laboratorios de 90 países (OMS) informaron que de los virus influenza aislados el 35,7 por ciento fueron A y de ellos el 81,5 por ciento eran A (H1N1) pandémico.

En tanto, desde el 24 de marzo la OPS/OMS comunicó que en Perú había tendencia creciente de (H1N1), el 4 de abril lo extendió a Ecuador y el 12 de abril, que en Brasil había niveles mayores a los esperados en esa época del año. En los siguientes reportes agregó a la Argentina, Chile y Paraguay.

Para mayor evidencia, el último boletín de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación informa que la enfermedad tipo influenza (ETI) estaba en zona de alerta desde la semana 14, con casos superiores a 2015 en CABA, algunas regiones sanitarias de provincia de Buenos Aires y otras jurisdicciones como Mendoza, Jujuy, Salta, Tucumán, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Como es habitual, comenzó por los niños: dice el boletín que la tasa de notificación de ETI es mayor en los menores de 5 años con 900 casos por 100.000 habitantes, duplicando las tasas para los grupos comprendidos entre los 5 y 34 años.

También las Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG) superaban lo esperado desde las primeras semanas de 2016; en CABA, en regiones de la provincia de Buenos Aires y en otras provincias.

De tal modo, la circulación de virus influenza se adelantó varias semanas y el virus H1N1 comenzó a circular más de 10 semanas antes que en 2015, cuando la circulación se produjo en la semana 24.

En este contexto de situación, cuando desde el comienzo del año las ETI y las neumonías estaban en zona de brote, se envía a mediados de mayo a los hospitales pediátricos un correo para el “urgente diligenciamiento” de guías para el manejo y el registro epidemiológico.

En suma: el frío se adelantó este año y con él la llegada de las enfermedades tipo influenza como la gripe y la bronquiolitis. Lo que no se adelantó, de manera consecuente, fue el alerta precoz de la autoridad sanitaria para informar ni para vacunar a la población, teniendo en cuenta que para ser útil hay que efectuarla al comienzo de la temporada de influenza, ya que se tarda 15 días en tener inmunidad.

Y la vacuna antigripal, clave para disminuir la internación, complicaciones, secuelas y mortalidad en la población de riesgo en el país, comenzó a ser distribuida entre los municipios a fines de marzo.

La vacunación contra la gripe en Argentina es obligatoria desde el año 2011, cuando fue incluida en el Calendario Nacional gratuito y obligatorio. La población objetivo está conformada por personal de salud, embarazadas y puérperas, niños de 6 a 24 meses de edad y personas entre los 2 años y hasta los 64 años inclusive, con enfermedades cardíacas, respiratorias, insuficiencia renal crónica, inmunodepresión, obesidad y diabetes, entre otras.

Lo ideal es que los grupos de riesgo se inmunicen contra la gripe antes de los primeros fríos más severos, para evitar complicaciones como la neumonía, más difíciles de batallar en pleno invierno.

Dicha vacuna es una herramienta decisiva para proteger de la gripe en forma total o parcial. Además, contribuye a limitar la circulación viral en la comunidad al disminuir la posibilidad de contagio entre un 60 y un 90 por ciento, por lo que las personas que no necesitan inmunizarse directamente también pueden beneficiarse de la vacunación.

Por lo expuesto, la vacunación antigripal constituye una acción de salud preventiva de interés nacional prioritario.

Sin embargo, mientras en el mundo la OMS trabaja para fortalecer las capacidades nacionales y regionales de diagnóstico de la influenza, el monitoreo de susceptibilidad antiviral, la vigilancia, la respuesta a los brotes epidémicos y la cobertura de vacunación entre los grupos de alto riesgo, en Argentina empezó un proceso inverso con la incomprensible decisión oficial, plasmada en el nuevo organigrama del ministerio de Salud, de desintegrar la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, a cargo entre otras funciones del Plan Nacional de Vacunación.

Los organigramas ministeriales o la disposición de las funciones de un ministerio por orden de rango, grado o importancia, lejos de ser un “compendio de ravioles burocráticos”, dan cuenta de las prioridades que asigna el Estado, o una administración en particular, a las distintas contingencias o necesidades de cada área.

En el caso de la Dinacei, pasarla de Dirección Nacional a Coordinación representa una segura disminución presupuestaria y una delegación a las provincias de sus funciones, entre las cuales se cuenta la de prevenir enfermedades y muertes en todas las etapas de la vida a causa de patologías prevenibles por vacunas, realizar la vigilancia epidemiológica de enfermedades inmunoprevenibles y ser el organismo rector de generación de recomendaciones sólidas, transparentes y basadas en la evidencia científica.

Sería tan oportuno como indispensable, en estas circunstancias, que las autoridades sanitarias informen cuál es o será su programa sanitario público para garantizar, en lo sucesivo, la cobertura efectiva de salud a la población, en especial de la más vulnerable, para que pueda tener acceso a los servicios de calidad que necesita a lo largo de su vida, sin tener que pasar por dificultades financieras para pagarlos, tal como se definió –y concuerdo con su espíritu–, durante la última presentación del proyecto de Cobertura Universal de Salud.

* Ex ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires. Actual secretario de Salud de La Matanza.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.