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Sociedad|Martes, 19 de marzo de 2002
EL POLICIA ACUSADO DE DIRIGIR EL ESCUADRON DE LA MUERTE HABLO POR TV

“El problema es tener jefes cagones”

Hugo Alberto Cáceres se mostró en cámaras como un malevo, frente a vecinos que lo apoyan. Está investigado por dos muertes.

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“El Hugo Beto”, el apodo con el que se lo teme en las villas y se lo idolatra en Los Dados.
Hugo Alberto Cáceres, el sargento que aparece mencionado en la investigación de la Procuración General bonaerense sobre escuadrones de la muerte como el supuesto capo del negocio que mezcla la seguridad privada y la limpieza social en la Zona Norte, tuvo su minuto de fama televisiva ayer. Mencionado en las investigaciones judiciales de dos de los adolescentes que murieron en supuestos enfrentamientos denunciados por la Suprema Corte –y en las notas que en exclusiva Página/12 ha publicado sobre un plan de eliminación–, “El Hugo Beto” resultó todo un personaje para las cámaras del programa “Va por vos”, de América TV. Entrevistado en la puerta de su casa cuando salió al cruce de las cámaras, desmintió la existencia de un escuadrón. El hombre –según el Ministerio de Seguridad provincial en disponibilidad preventiva por una causa de tenencia ilegal de armas– salió a congraciarse con “los vecinos” de su barrio, una hinchada propia que lo aplaude como a un “malevo”. “El vicio mío es ser policía”, llegó a declarar en un reportaje en el que además se mostró contento de “estar trabajando en Escobar”, con el intendente Luis Patti, “con quien hay garantías”, según ponderó.
“Gracias a Dios, nadie quiere a los malditos políticos. Y yo puedo andar las 24 horas por Don Torcuato”, desafió ante la cámara. “El problema (de la policía) es tener los títeres que tenemos como jefes. Son cagones. Ellos sí que son delincuentes. Eso es lo que hay que investigar”, siguió en la entrevista, a la que Página/12 tuvo acceso en forma completa.
Pasó un tiempo para que “El Hugo Beto”, ese apodo con el que se lo teme en las villas y se lo idolatra en el barrio Los Dados, viera su nombre en letras de pantalla de TV. Había sido buscado por otros cronistas, pero fue inubicable. Sobre todo desde que siete de sus compañeros de la comisaría 3ª de Don Torcuato fueron detenidos por el doble crimen de Gastón “El Monito” Galván, de 14 años, y Miguel “Piti” Burgos, de 16. La comisaría, sobre la ruta 202, es conocida como “La Crítica”, y acumula un record de denuncias por torturas a lo largo de lo últimos dos años. Pero salió del ostracismo del tercer cordón del conurbano cuando una investigación de Página/12 contó los tormentos que se acostumbraban en ella y luego las posibles relaciones entre sus hombres y los 18 tiros de balas diseñadas para matar que recibieron entre los dos adolescentes ladrones.
Sin embargo, en esa investigación realizada por el fiscal de San Martín, Héctor Scceba, el nombre del “Hugo Beto” –tal como él ayer lo vociferó ante la periodista Andrea Mora–, no aparece entre los procesados. Ya se lo había confirmado a este diario el ex comisario de la 3ª Fabián Doldan, quien informó en noviembre que la ex estrella de la temida Patrulla de Calle de su seccional estaba con “licencia psiquiátrica” desde el 23 de abril de año pasado. Una fecha perfecta para no quedar “pegado” al crimen, que fue entre el 24 y el 25 a la madrugada.
¿De dónde viene la fama de Cáceres? El hombre viene de una familia de policías y vivió casi toda su vida en su “querida Don Torcuato”. Ayer dijo que hace quince años que es policía en la zona y que por lo tanto conoce bien la trama del delito, sus protagonistas y por eso le resulta más fácil “reconocer a alguien en la calle”. En el adelanto del informe elaborado por un equipo de investigadores de la Procuración General de la Suprema Corte Bonaerense, Cáceres es mencionado desde la foja uno. Allí aparece como quien junto al policía del Comando Patrullas de Tigre Marcelo Anselmo Puyo asesinó en un presunto enfrentamiento –jamás probado– a Guillermo “Nuni Ríos”. Pero luego los pesquisas detallan que por varios testimonios determinaron que es el dueño de una empresa de seguridad privada que usa autos blancos con luces policiales y personal con ropa de fajina para controlar la zona del “triángulo” encerrado por la Panamericana y las avenidas San Martín y Belgrano.
Según testimonios relevados por la Procuración, Cáceres comenzó con “la matanza de perros envenenados” y ahora goza de la protección de “ex militares”. “Pueden decir que tengo 16 muertos, como dice la concejal (Carmen) Salcedo. Pero ¿cuándo pude haber matado chicos, estos chicos que matan tanta gente por ahí?”, se preguntó a sí mismo ayer Cáceres. Salcedo, que trabaja con familias de víctimas del escuadrón, le dijo a Página/12 que Cáceres “hace de Malevo, pero detrás de esto hay ideólogos más pesados. El es el mas expuesto, porque además de ser perverso con los menores ostenta fama en el barrio, cobra por la seguridad a través de sus testaferros”.
¿Quiénes son esos ideólogos más poderosos? Salcedo, del PJ, dice que “por distintas líneas de investigación se está viendo hasta dónde están vinculados a este grupo incluso médicos que trabajaron en los centros clandestinos de detención durante la última dictadura”.
Ayer, con mohines a lo Ferreyra, juró que su notoriedad se la ganó por ser “policía las 24 horas” y por “llevar la policía en el alma”. Es más: “El vicio mío es ser policía”, dijo para explicar que no es que tenga un negocio con la seguridad privada, sino que no renuncia a su compromiso con el control un solo minuto. “Puedo ir cuando una persona me llama porque la comisaría no tiene móvil o me puedo hacer presente porque hubo un asalto. Como policía tengo obligación policial y moral de ir al lugar”, lanzó. “En mis horas libres, cualquier llamado de un vecino que me necesite yo salgo.” Después de su discurso, avalado por los vecinos que lo rodearon, mostró las marcas de las balas que lleva en el cuerpo. “¿Quién le hizo todo esto?”, preguntó la cronista. “La delincuencia”, dijo.

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