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Sociedad|Jueves, 28 de julio de 2016
DOS CONDENADOS DEL CASO VERON, A JUICIO POR SECUESTRO Y PROSTITUCION

La testigo que pide justicia

Durante años, F. M. denunció que fue secuestrada y prostituida por Daniela Milhein y Alejandro González, y que en ese cautiverio llegó a ver a Marita, la hija de Susana Trimarco. Ahora testimonió contra sus victimarios, en el juicio oral por su caso.

Por Soledad Vallejos
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Daniela Milhein y Alejandro González, ante el tribunal.

En Tucumán, en la segunda audiencia del juicio a sus captores y tratantes, F.M., la joven que durante el juicio por la desaparición de Marita Verón contó que la había visto cuando ambas estaban en cautiverio, dio testimonio de lo que padeció a manos de Daniela Natalia Milhein y Andrés Alejandro González (ambos condenados como coautores en el caso de la hija de Susana Trimarco). Durante seis horas y con acompañamiento de la psicóloga de la Fundación María de los Ángeles que la asiste desde hace años, F.M. recordó lo que ya había contado en aquel debate oral de 2012: cómo, después de un tiempo de trabajar como niñera en casa de Daniela Natalia Milhein y Andrés Alejandro González, ella eligió renunciar por tras ver movimientos extraños de “chicas que iban y venían”; cómo poco tiempo después esa misma pareja la secuestró y drogó, violó, golpeó, cómo quebró su voluntad para prostituirla.

F.M. testimonió de cara ante el tribunal y los abogados; el público y los imputados sólo pudieron escuchar su voz -pero no ver su imagen-desde otra sala, para proteger su intimidad, en tanto testigo-víctima. Durante el tiempo en que habló ante el tribunal, estuvo “muy bien, bien plantada, firme y clara en su relato. Ha podido responder las preguntas que le ha hecho el Ministerio Público Fiscal, la querella y la defensora oficial”, contó a este diario el abogado Germán Díaz, que lleva adelante la causa junto a las otras dos apoderadas de la Fundación (Díaz y Lembo conforman la querella conjunta, mientras que María Rosa Ponce está a cargo de la acción civil). Los jueces de la Sala I de la Cámara en Penal del Centro Judicial Capital, de Tucumán, volverán a escuchar testimonios el 3 y el 4 de agosto, tras lo cual posiblemente comiencen los alegatos de las partes en este proceso por privación ilegítima de la libertad agravada, promoción de la prostitución agravada por violencia y amenazas y corrupción de menores agravada.

La declaración de F.M. cerró la jornada de ayer, que comenzó con la negativa del imputado González a declarar, siguió con la exposición como experta de la coordinadora del Programa Nacional de Rescate del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Zaida Gatti y continuó con el testimonio de una testigo víctima. El martes, al comenzar el debate oral, había sido el turno de la imputada Milhein, quien negó todas las acusaciones.

Milhein había aseguró ante los jueces Pedro Roldán Vázquez, María Elisa Molina y Alfonso Zóttoli que conocía a F.M. porque su madre y la de la joven eran amigas. “Mi mamá me contó que a esa chica la maltrataban en su casa, un día fuimos y le estaban pegando”, dijo la imputada, quien agregó que después la acompañó a “la Defensoría de Menores” y que “desde ese momento se quedó conmigo, empezó a cuidar a mi mamá y hacía mandados”, un trabaj por el que ella y González le daban “una plata a su familia”.

En su acusación, F.M. había dado cuenta de cómo Milhein y González captaban víctimas para una red de trata y explotación sexual, la misma que traficó a Marita Verón a La Rioja. Milhein procuró aventar las acusaciones contra ella asegurando que era F.M. quien estaba vinculada a esas redes. “Es una chica de la noche. Si vemos su Facebook, sabremos qué ropa usa y qué lugares frecuenta”, declaró.

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