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Sociedad|Jueves, 6 de mayo de 2004
DIEGO MARADONA, OTRA VEZ INTERNADO POR
EXCEDERSE EN LAS COMIDAS Y NO RESPETAR EL TRATAMIENTO

Una transgresión para volver a terapia

Cinco días después de haber abandonado la clínica por su cuenta, tuvo que ser internado ayer a la madrugada. Presentaba “exageración de fatiga”, producto de las “transgresiones alimentarias” cometidas en la quinta de General Rodríguez. “Hizo todo lo contrario a lo que debía hacer”, dicen los médicos que lo atienden.

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El paisaje volvió de a poco a ser el mismo, ayer, sobre la Avenida Pueyrredón, frente a la Suizo Argentina.
La ambulancia se estacionó otra vez en el parque que rodea la quinta de General Rodríguez, donde hasta ayer a la madrugada permanecía Diego Maradona. Es que el ex futbolista tuvo que ser trasladado, otra vez, hasta la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, donde quedó internado por una “transgresión alimentaria”, según indicó el parte médico difundido ayer. Durante los casi seis días que estuvo en la quinta, Maradona se rigió por los antojos propios y los permisos ajenos: comió asado, achuras, milanesas, todo con abundante sal, tomó vino tinto y no se privó ni de las pastas ni de las facturas. Todo lo contrario a lo indicado por los médicos del sanatorio, donde estuvo internado durante los once días previos a instalarse en la quinta y de donde se fue pese a no tener el alta médica. El ex capitán de la Selección argentina, que ingresó a la clínica con una “exageración de fatiga”, se encuentra nuevamente en la sala de cuidados intensivos.
Una fuente muy cercana a Maradona aseguró a Página/12 que Diego “se empezó a sentir mal a la una de la madrugada. Unos minutos después, la ambulancia llegó a la quinta de General Rodríguez”, propiedad de la familia Mastellone. Pero no había caso: el paciente no quería internarse de vuelta. “Recién a las cinco de la madrugada lograron convencer a Diego de que se suba a la ambulancia”, reveló la fuente. Poco después de la seis de la madrugada, el paciente ingresó a la clínica. De nuevo al cuarto piso de cuidados intensivos. De vuelta las mascarillas de oxígeno y las pantallas de monitoreo a su alrededor. De vuelta la dieta de la que tanto renegó durante su estadía en el sanatorio, donde fue internado el último 18 de abril. Allí había permanecido hasta la tarde del jueves 29, cuando en una sorpresiva retirada decidió dejar el centro médico.
Quienes lo atienden en la clínica aseguran que Maradona hizo, en estos días de ausencia, “todo lo contrario de lo que debía hacer”. “Tenía que cumplir con una dieta hiposódica, pero durante los cinco días y medio que estuvo en la quinta comió alimentos con sal, por lo que retuvo líquidos, y aumentó de peso. Como consecuencia, incrementó sus dificultades para respirar.”
Para los médicos responsables del tratamiento, Maradona es un paciente que “requiere aislamiento, en vez de ser visitado constantemente: todo el mundo lo va a ver como si fuera un animal exótico”. Los médicos que atienden a Diego sugirieron también que su ansiedad se debe al síndrome de abstinencia del consumo de drogas. “Diego estaba muy ansioso y se quería ir de la quinta. Hasta tuvieron que sacar las llaves de todos los autos que estaban allí para que no se escapara”, reveló una fuente que siguió de cerca los pasos del paciente.
De todos modos, expertos en medicina legal explican que no están dadas las condiciones para exigirle a Diego que permanezca internado. “Desde el punto de vista legal no se puede hacer nada. No pueden obligarlo los médicos. Las hijas son menores y de la mujer está separado. La única vía para obligar a un paciente a internarse es declarar su insania”, agregó la fuente.
El médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, consideró ayer que el ex delantero estará “dos o tres días” internado, lo que podría retrasar su planeado viaje a Cuba para continuar con el tratamiento contra su adicción a las drogas. De acuerdo con un allegado a Maradona, “la idea original era viajar el próximo sábado en un vuelo de la empresa Cubana de Aviación, porque es directo y no hay que hacer trasbordos. Es que el objetivo era que Diego fuera descansando, y para eso era mejor que no se trasladara durante el viaje”.
El parte médico señaló que el estado de Maradona es “estable” y que ha vuelto a cuidados intensivos sólo para facilitar su control mediante los monitores y para preservar su privacidad. El texto difundido poco después de las 13 de ayer indicaba que el ex futbolista “fue internado en esta clínica por su médico de cabecera luego de una transgresión alimentaria” y agregaba que “se está llevando a cabo una evaluación general del cuadro clínico del paciente”. El próximo parte se conocería hoy al mediodía.
Las fuentes consultadas manifestaron que Maradona estaba “muy cansado y un poco deprimido porque no puede con todo. Hasta se ocupó de los periodistas que estaban en la puerta de la quinta”. En cuanto a la gente que rodea al ex jugador, entre los que se encuentran un par de amigos, sus médicos y familiares, la fuente comentó: “Todos están encima de él, pero hay que ver si se están haciendo las cosas bien. Una cosa es ser buen amigo y otra es cumplir con el trabajo que a cada uno le toca”.
Las jornadas previas a la nueva internación de Maradona fueron agitadas: muchas visitas, partidos de golf, reuniones con amigos, una entrevista con Susana Giménez, vista ya en casi todo el mundo, por la que Diego habría cobrado 80.000 dólares. Otra de las visitas importantes fue la del conductor y empresario Marcelo Tinelli, quien le deseó una pronta mejoría. La rutina en la quinta incluyó partidos de golf, fútbol, paseos en carrito y el ya mencionado exceso en las comidas, acompañadas a veces por vino tinto marca Maradona. Las visitas no sólo fueron individuales: el martes llegó el equipo completo del Bolívar, el campeón argentino de vóleibol, con un paquete de facturas para el ex jugador.
Poco después de ingresar a la clínica, el escenario de hace unos días se volvió a repetir: los fanáticos comenzaron a poblar la entrada y los carteles de apoyo empezaron a ocupar nuevamente las paredes de la Suizo Argentina. “Otra vez no”, rezaba uno de ellos. Incluso, una cuadrilla del gobierno porteño instaló otra vez el doble vallado en la puerta del sanatorio ubicado sobre la avenida Pueyrredón. Los periodistas locales y extranjeros también dijeron presente. Y según trascendió, poco después de las 7 llegó Claudia Villafañe, la fiel ex esposa.
Cuando se conoció la noticia de su internación, Cahe manifestó que se debía a “un chequeo”. Pero esa versión pudo ser sostenida por escaso tiempo. Pocos creían que después de estar con pronóstico reservado, respirador y un cuadro muy severo, un nuevo ingreso a la sala de cuidados intensivos podía tratarse sólo de un examen de rutina.

Informe: Maricel Seeger

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