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Sociedad|Viernes, 1 de octubre de 2004

Crean un observatorio para prevenir la violencia

El Gobierno y la Unesco, junto a la Universidad de San Martín, pondrán en marcha un organismo para elaborar políticas públicas contra la violencia escolar.

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Uno de los chicos heridos el martes en la escuela Islas Malvinas fue dado de alta ayer.
La semana próxima –apenas unos días después de la tragedia de Carmen de Patagones– el Gobierno, junto con la Unesco y la Universidad Nacional de San Martín, pondrán en marcha un observatorio en violencia escolar. Este organismo estará dedicado a la investigación, la enseñanza y la difusión de temas vinculados con la violencia en los colegios, para la capacitación de profesionales del ámbito educativo y la elaboración de políticas públicas que tiendan a la prevención. El observatorio, que comenzará a funcionar el jueves próximo, es similar al que Brasil desarrolló junto con la Unesco en la Universidad Católica de Brasilia.
“El objetivo es generar mediante este organismo un espacio institucional donde haya investigación y estudio de casos en violencia escolar, no sólo de hechos como el ocurrido en Carmen de Patagones, sino de todo tipo de manifestación de esta situación que se produzca dentro de la escuela o en un ámbito vinculada a ella. El propósito es que se difundan estos conocimientos, para luego hacer una recomendación política o institucional sobre estos temas”, explicó el rector de la Universidad de San Martín, Daniel Malcolm. La casa de estudios, ubicada en el conurbano bonaerense, cuenta con maestrías y posgrados en Educación y Ciencias Sociales, para lo que ya contaba con los recursos humanos “pertinentes” para la puesta en marcha del observatorio. De todas formas, “vamos a recibir el apoyo de la Unesco para su funcionamiento”, sostuvo el rector.
El ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, ya barajaba la posibilidad de crear este organismo desde unos dos meses atrás. Incluso, el funcionario mantuvo una reunión a mediados de este año con representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el propósito de darle impulso a este proyecto, similar al observatorio ya instalado en Brasilia, y al creado por la Comunidad Europea en la Universidad de Bordeaux. De todas formas, el episodio de Carmen de Patagones, que desde el último martes concentra la atención pública, le dio, sin duda, un fuerte envión a la iniciativa.
El observatorio será formalmente presentado el próximo jueves 7 de octubre a las 15 en el Ministerio de Educación de la Nación. Funcionará en la universidad con un director, un consejo asesor, un grupo de investigadores y otro que se encargará de la difusión de las experiencias que se lleven adelante en el observatorio. En este sentido, el organismo también pretende lanzar publicaciones, realizar charlas y firmar convenios con las distintas jurisdicciones del país para poner en marcha actividades vinculadas a la prevención de violencia escolar. Entre los tópicos de investigación previstos figuran el papel de las autoridades en la escuela, cómo se recompone la institución después de un suceso de violencia y la cultura de la mediación en los conflictos.
Malcolm resaltó que este organismo busca “alentar una cultura de la paz, de la seguridad y la tranquilidad. Casos como los ocurridos en Carmen de Patagones no se solucionan con un detector de armas en el acceso a la escuela. Lo mejor es capacitar a las personas involucradas a la institución para que puedan orientar sus acciones y, de esa manera, prevenir estos hechos”. El organismo no tendrá una intervención directa sobre los casos de violencia escolar, sino que se encargará de observar un proceso que “está en continuo desarrollo y de analizar experiencias para tratar de contener a los participantes involucrados en las escuelas”. Según el rector, para evitar un episodio de violencia en los colegios “es muy importante que haya una autoridad firmemente puesta en la escuela, que tenga flexibilidad y capacidad de diálogo con docentes y alumnos. Además, como la educación se centra en el convencimiento, se debe utilizar este elemento para considerar la vida social y escolar como un lazo positivo, y no como un momento donde se carga agresividad o violencia”. “La comunicación está en el centro de estos conflictos. Los chicos tienen que ser escuchados y aprender a escuchar. Y además, deben tener límites, pero construidos con su propia voluntad”, puntualizó Malcolm.

Informe: Maricel Seeger.

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