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Sociedad|Viernes, 3 de diciembre de 2004
OPINION

Somos 2,2 millones

Por Carlos Ferreres *

Este año, la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad no es igual a otras. Hoy sabemos que más del 7 por ciento de la población de nuestro país presenta algún tipo de discapacidad. Este dato surge del censo elaborado recientemente por el Indec, que define claramente, más allá de cualquier discrepancia técnica, que por lo menos 2.200.000 argentinos estamos dentro de este grupo. Que el 12 por ciento es menor de 15 años, el 48 por ciento tiene entre 15 y 65 años y el 40 por ciento es mayor de 65 años. Que el 40 por ciento carece de cobertura médica. Que en 1 de cada 5 hogares vive una persona con discapacidad.
¿Qué significa saber quiénes y cuántos somos?
Significa que hoy se pueden determinar las necesidades y abordar sus soluciones de un modo específico.
Sabemos que no hay políticas públicas ni programas eficaces sin el conocimiento de la población a la cual van dirigidos.
Es de esperar (a la luz de los datos arrojados por el Indec) que en el ámbito de la salud, el trabajo, la educación, la seguridad social, el Gobierno tome debida nota de esta realidad cuantificada y accione para garantizar una vida digna a las personas con discapacidad.
Para el colectivo de discapacidad, y para las organizaciones que durante muchos años luchamos por nuestros derechos, éste es un paso que puede representar una oportunidad valiosa en la medida en que se elaboren las políticas públicas necesarias.
Ahora que se sabe quiénes y cuántos somos, es de esperar que esta voluntad de conocer la población afectada no sufra el mismo destino que las innumerables gestiones que realizamos frente a los funcionarios del Estado, quienes suelen responder con las palabras esperadas, pero nunca en acciones significativas.
No es el propósito de esta nota hacer una larga enumeración de los incumplimientos. Tampoco de nuestra resistencia y nuestras luchas.
Sin embargo, creemos que invisibilizar esta realidad implica el riesgo cierto de multiplicarlo hacia el futuro. Necesitamos un cambio sustantivo. Lo que no se haga hoy para restablecer la igualdad de oportunidades y responder al desafío de una mejor calidad de vida lo pagaremos en el futuro con mayor dureza.
Es preciso la intervención activa y agresiva del Estado para modificar una situación que lleva a la marginación, al abandono e incluso a la muerte de cientos de miles de argentinos.

* Director del Departamento de Discapacidad de CTA.

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