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Sociedad|Martes, 1 de marzo de 2005
SOLA QUIERE DESTITUIR AL FISCAL
VOGLIOLO, POR FAVORECER AL JEFE MILLONARIO

Intentarán desensobrar a Sobrado

El fiscal de Cámara platense, Héctor Vogliolo, deberá enfrentar un sumario de la Procuración bonaerense y una denuncia abierta por el gobernador Felipe Solá. Buscan, de ese modo, destituirlo con un jury. Sostienen que, en otra causa gemela, Vogliolo dejó preso a un alto jefe de la Bonaerense.

Por Raúl Kollmann
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El todavía fiscal de Cámara, Héctor Vogliolo, y el ex jefe de la Bonaerense Alberto Sobrado unidos bajo las mismas sospechas.
El Ministerio de Seguridad bonaerense realizará una denuncia contra el fiscal de Cámara, Héctor Vogliolo, quien, al no sostener un recurso, permitió que se cayera la causa contra el ex titular de la Bonaerense Alberto Sobrado, que había acumulado en el exterior una fortuna asombrosa: se le detectaron 700 mil dólares en Bahamas, Uruguay y España, pero seguramente eso era sólo la punta del iceberg. La procuradora bonaerense, María del Carmen Falbo, ordenó la apertura de un sumario que busca el mismo objetivo: el jury de enjuiciamiento para destituir a Vogliolo. Los hombres de Asuntos Internos del Ministerio y los funcionarios de la Procuración detectaron que en un caso anterior, el del comisario Rodolfo Reinaldo Coronel, Vogliolo sí sostuvo el recurso y hay otro antecedente de importancia: la Sala II de la Cámara de Apelaciones resolvió en otro caso parecido que el recurso era válido e hizo lugar a la detención de otro oficial, Basilio Alberto Barchuk. En el ministerio que conduce León Arslanian se están ultimando los detalles para imputar nuevamente a Sobrado, pero desde otro ángulo, por otro delito, con lo que se espera que el millonario jefe de la Bonaerense termine entre rejas y no disfrutando de su fortuna presuntamente obtenida en forma ilegal.
Cuando se inició la investigación la Justicia uruguaya informó que Sobrado tenía dos cuentas en Uruguay por las que habían circulado nada menos que 624.885 dólares. Luego, desde España, vinieron informes de que la fortuna era aún mayor e inexplicable para un oficial que ganaba 5 mil pesos. En realidad, Sobrado apenas intentó –sin mucho éxito– justificar 100 mil dólares.
La intangibilidad inicial que consiguió el comisario millonario obedece casi a un tecnicismo. El polémico juez César Melazo sostuvo que, según el Código Procesal Penal, para iniciarse una causa judicial se debe producir primero un reclamo administrativo, o sea que la propia Bonaerense, en forma específica, le haya pedido explicaciones a Sobrado por su fortuna inaudita. Es decir, que debió preguntarle al comisario, con precisión, de dónde sacó los 624 mil dólares que menciona tal informe uruguayo. En verdad, Asuntos Internos de la Bonaerense –con un formulario que es idéntico en todos los casos y en donde sólo se altera el nombre– le pidió a Sobrado el 14 de agosto de 2003 que informe en cinco días el origen y la formación de su patrimonio, pero para Melazo eso no era suficiente: debió preguntar exactamente por los 624 mil dólares. En el caso de Melazo, la resolución no llama la atención, porque en ocasiones anteriores siempre falló de la misma manera.
El punto clave, sin embargo, estuvo en la apelación. La fiscal Sonia Aguilar presentó un recurso diciendo que el requerimiento de Asuntos Internos era suficiente, ya que le estaba pidiendo a Sobrado explicaciones en un momento muy preciso en el cual habían aparecido los rastros de sus cuentas en el exterior. En un caso anterior, el del comisario Basilio Barchuk, Asuntos Internos le mandó exactamente la misma intimación –el mismo formulario– para que indique el origen y formación de su patrimonio. El caso llegó a la Sala II de la Cámara de Apelaciones y en un fallo suscripto por el doctor Ricardo Szelagowski, éste sostuvo que el requerimiento de Asuntos Internos es suficiente “y abastece los requisitos legales exigidos por el tipo penal”. En otras palabras, la Cámara hizo lugar con esa resolución de marzo del 2004 al pedido de detención de este otro comisario enriquecido. La Sala II es la misma que debía dictaminar en el caso Sobrado y, como es obvio, hubiera resuelto lo mismo.
En el caso Sobrado, tras la apelación de Sonia Aguilar que también consideró suficiente la intimación de Asuntos Internos, el fiscal de Cámara, Vogliolo, no sostuvo la apelación y, por lo tanto, la causa fue inmediatamente cerrada. Lo más llamativo es que en otro caso anterior, el del comisario Rodolfo Coronel, Vogliolo sí sostuvo que la intimación de Asuntos Internos era suficiente. El fiscal dijo: “La especificidad del requerimiento administrativo –se trataba siempre del mismo formulario– queda por demás completa cuanto en la notificación se aclara que en dicho requerimiento deberán indicarse bienes, composición de activo y pasivo, y las modificaciones que se hubieren producido en su situación patrimonial”. Si, como hizo con Coronel, Vogliolo sostenía la apelación, la Sala II habría fallado contra Sobrado.
El Ministerio de Seguridad acopió estos elementos para denunciar este giro asombroso e inexplicable de Vogliolo. Y lo propio está haciendo la procuradora María del Carmen Falbo. Existe una orden del gobernador Felipe Solá para que la denunciada maniobra no quede impune.
Paralelamente, la gente de Arslanian prepara una ofensiva adicional. A Sobrado se lo acusó por no haber declarado las cuentas en el exterior. Ahora se está trabajando intensamente para imputarle que esos fondos son de origen ilegal. A la Justicia bonaerense le será muy difícil explicar que un comisario que ganaba 5 mil pesos por mes haya acumulado un patrimonio increíble, y que se salga con la suya.

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