Angel Bustamante, de 49 años, fue detenido por el asesinato de un amigo para quedarse con su casa, aunque figuraba como heredero en el testamento. La víctima fue Rogelio García, de 72 años. El presunto homicida dijo que el 27 de noviembre de 2002 habían ido de pesca al río La Martija, cercano a Chivilcoy, y que el anciano cayó al agua. Pero nuevas pruebas señalaron a Bustamante.
La autopsia reveló que el cuerpo de García tenía agua en los pulmones y que presentaba golpes en la cabeza y lesiones en las costillas. La policía pensó que García había fallecido por accidente. Sin embargo, el año pasado un primo de García, Alcides García, pidió que se siguiera investigando. El fiscal de Mercedes, Eduardo Lennard, descubrió que García había firmado en una escribanía un convenio en el que le cedía a Bustamante la casa que poseía en Chivilcoy a cambio de que lo atendiera y le diera de comer por el resto de su vida. Hace días, la policía recibió los resultados del laboratorio pericial de La Plata, donde consta que cuando García fue arrojado al agua ya estaba muerto y que la causa de muerte fue estrangulamiento. Sospechan que las relaciones entre ambos se habían tensado y el heredero temía ser borrado del testamento.
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