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Sociedad|Martes, 14 de mayo de 2002

Una donación de comida y remedios varada en la red de la burocracia

El Servicio Paz y Justicia logró juntar con una campaña en Europa 8000 kilos en medicinas y alimentos. Pero el cargamento está varado en el puerto desde hace más de un mes. La entidad denuncia que es por las trabas burocráticas.

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En la repartición que dirige Aurora Duhalde, la hermana del Presidente, le echan la culpa al Serpaj.
“En los comedores de La Boca nos dicen que los pibes ya no tienen qué almorzar, mientras las donaciones que vinieron de Europa no pueden salir del puerto por trabas burocráticas”, clama el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), dirigido por el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel. Hace más de un mes llegó al puerto de Buenos Aires un barco cargado con medicinas y alimentos que todavía no pudieron ser descargados. Desde la repartición estatal a cargo de la tramitación –dirigida por la hermana presidencial Aurora Duhalde– contestan que “el problema se produjo porque el Serpaj no hizo a tiempo los trámites correspondientes” y admiten que todavía habrá que esperar “de diez a 15 días hábiles”.
El 12 de abril, llegó al puerto porteño el “Repubblica di Roma”, cargado con más de 8000 kilos de alimentos no perecederos y medicamentos procedentes de Bilbao, España. “Son parte de una campaña que el Serpaj emprendió para obtener ayuda de organizaciones hermanas en distintos lugares del mundo”, observó Adolfo Pérez Esquivel. El problema es que “por cuestiones burocráticas, el cargamento sigue retenido. No puede ser que, por una cuestión de papeleo, se demore tanto tiempo”, lamentó el Premio Nobel.
Ceferino Quintero, representante del Serpaj que se encarga de la tramitación, resumió: “Parece el sketch de la empleada por Antonio Gasalla: hay que presentar papeles y más papeles. Hablamos con Aurora Duhalde (titular de REDES, Representación de Acciones para la Solidaridad, que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores): nos dice que hace falta una carta desde España donde conste que ‘los ciudadanos españoles donan al Serpaj...’, y otra del Serpaj donde diga que aceptamos la donación... pero cuando presentamos todo eso recién nos dicen que además tiene que estar el sello del consulado español. Y entonces la señora Duhalde agrega que tenemos que darles una especie de poder par que puedan hacerse cargo... Todo esto llevó a que pasara casi un mes, hasta que el jueves pasado, cuando ya estaban todos los papeles, nos dicen que, bueno, ahora habrá que esperar diez o 15 días hábiles”.
Quintero destacó que “no estamos contra los controles, pero sí contra esta lentitud. En los comedores de La Boca nos dicen que por favor hagamos algo, que ya no pueden ‘hacer la olla’; ya no están en condiciones de dar el almuerzo a los chicos, solamente tienen para merienda, y los fines de semana los pibes no están comiendo. Por eso, diez o 15 días de demora llegan a convertirse en algo muy grave”.
Horacio Andreu, representante del organismo dirigido por Aurora Duhalde, observó que “en ese mismo barco llegó una donación que iba a otra organización no gubernamental: ellos habían preparado los papeles con anticipación, los teníamos ya en nuestro poder y así la mercadería ya fue entregada. Lo que necesitamos en estos casos es una carta de intención de donación, que debe ser consularizada, y la ‘carta de porte’ que protege la mercadería en tránsito. El Serpaj recién puso estos documentos en nuestro poder el 7 de mayo; el 9 de mayo yo estuve personalmente con los inspectores del Instituto Nacional de Medicamentos (INAME). Esa verificación no es nada sencilla porque son medicamentos donados por particulares: cada uno debe ser examinado para ver si es el producto correspondiente y si no está vencido. Todas esas verificaciones efectivamente requieren hasta 15 días hábiles”.

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