La iniciativa tiene media sanción de los diputados bonaerenses. Argumenta que los teléfonos distraen a los chicos y que se usan hasta para copiarse. Ahora, el tema se regula en cada escuela.
La norma no prohíbe llevar el aparato a la escuela, sólo veda su uso durante las clases.
Ningún ringtone volverá a sonar en las escuelas bonaerenses, en caso de que prospere un proyecto de ley para prohibir la utilización de teléfonos celulares cuando se estén dictando clases. La iniciativa ya tiene media sanción en la Legislatura provincial y la sostienen dos argumentos: el primero es que los aparatos distraen a los alumnos y eso “muchas veces ocasiona trastornos de aprendizaje”, según se indica en los fundamentos. El segundo advierte que “ya son varios los casos” en que los mensajes de texto son empleados por los estudiantes para copiarse en los exámenes. Por el momento, las posturas frente a este tema se enmarcan en los acuerdos de convivencia que se ponen en marcha dentro de las instituciones escolares.
El proyecto de ley que prevé erradicar el empleo del celular dentro de las aulas fue presentado por un diputado radical. La normativa ya obtuvo la aprobación de esa cámara y ahora espera ser tratada por los senadores. En el proyecto se establece “la prohibición de usar teléfonos celulares durante el dictado de clases, por parte de los alumnos y maestros” en todas las escuelas que están bajo el área de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia.
De acuerdo con los fundamentos del proyecto, “durante el horario de clase los alumnos, y en muchos casos los docentes, mantienen sus celulares encendidos y son llamados a cualquier hora, molestando al resto de sus compañeros e interrumpiendo la clase”. Asimismo, se señala que “ya son varios los casos” en que a través de los mensajes de texto los alumnos “aprovechan para copiarse durante los exámenes”.
De todos modos, la eventual norma no impedirá llevar los aparatos a los establecimientos: según aclara la iniciativa, sólo estará prohibido utilizarlos en el aula, mientras se dicten clases. En caso de que la iniciativa avance en su tratamiento, a partir de su aprobación está previsto un plazo de noventa días para ponerla en marcha. Se espera que durante ese tiempo se termine por generar conciencia entre los miembros de la comunidad educativa sobre la nueva disposición.
En la provincia de Buenos Aires, la discusión acerca del uso o no de los teléfonos ha sido regulada hasta el momento dentro del marco de los llamados “acuerdos de convivencia”, que contemplan determinadas normas de comportamiento para ser tenidas en cuenta en las escuelas. El director del área de Educación Polimodal de la provincia, Jorge Levoratti, afirmó que la inquietud por los celulares en las aulas es un tema que “ahora aparece más”, dado lo extendido que está el uso de estos teléfonos. Sin embargo, puntualizó que se trata de una conducta presente “en determinados sectores económicos, fundamentalmente de clase media o alta y no en la franja de estudiantes con Necesidades Básicas Insatisfechas”.
Asimismo, el funcionario expresó que en caso de decidirse la prohibición sobre la base de una ley, ello “no invalidaría el sistema actual”, porque es probable que las escuelas sean la autoridad de aplicación de la norma. Entre las provincias que avanzaron en definiciones frente a la presencia de los celulares en las aulas se cuentan Córdoba (ver aparte), Tucumán y Mendoza. En Tucumán se presentó un proyecto orientado en el mismo sentido que el bonaerense, es decir, la prohibición del uso. En el caso de Mendoza, una resolución estableció que cada escuela debe encarar el tema a través de códigos de convivencia. En la Ciudad de Buenos Aires, son las instituciones las que marcan las normas.
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