Imprimir|Regresar a la nota
Sociedad|Sábado, 10 de septiembre de 2005

“La Justicia todavía está en deuda con los Morales”

Lo dijo Ada Morales, la madre de María Soledad, a 15 años del hallazgo del cadáver mutilado de su hija. “Los policías que encubrieron siguen libres y fueron ascendidos”, denuncia.

Por Carlos Rodríguez
/fotos/20050910/notas/NA13FO01.JPG
Ada Morales (derecha) junto a su esposo, Elías, y a la hermana Martha Pelloni, el jueves.
“Algunas cosas buenas han ocurrido en Catamarca después del caso de nuestra hija María Soledad. Ya no hay que esperar ocho años como esperamos nosotros para que se haga el juicio y algunos casos de violación han sido condenados con reclusión perpetua. Igual, con nosotros, la Justicia todavía está en deuda.” Ada Morales sigue igual, sin perder ni la calma ni ese dolor que aflora cada vez que habla y que le ha dejado un gesto eterno que le domina el rostro. Al cumplirse hoy quince años del hallazgo del cuerpo de su hija María Soledad, violada y asesinada, las heridas siguen abiertas: “Condenaron a dos por el crimen (Guillermo Luque, que ahora sale todos los días de la cárcel y Luis Tula, en libertad definitiva), pero han sido presos distinguidos, en celdas con todas las comodidades, no como los presos comunes. Las pericias decían que fueron cinco los violadores y hay tres que nunca aparecieron. Y los policías que encubrieron siguen libres (ver aparte) y fueron premiados con ascensos. La Justicia sigue en deuda con los Morales...”, insiste Ada, mientras recuerda que “la Sole” cumpliría 33 años. “La edad de Cristo”, precisa, y luego enmudece.
–¿Qué novedades tuvieron de la causa por encubrimiento?
–Nunca ningún fiscal, ningún juez me llamó para decirme nada. El encubrimiento, jurídicamente hablando, ya estaría cerrado, porque en enero hubo una reforma del Código Penal que permite la prescripción de la causa contra los policías –responde Ada a Página/12, en alusión a una norma que ya permitió el cierre de la causa por el encubrimiento del crimen del soldado Omar Carrasco, que involucraba a varios altos jefes militares.
La mamá de María Soledad levanta el tono cuando habla de la situación de los policías acusados de encubrimiento, porque “no puede ser que se cierre un caso tan terrible, tan cruel; y los autores caminan tranquilamente por las calles de Catamarca”. Ada elude responder a las acusaciones que hizo, en un reportaje periodístico, el ex diputado Angel Luque, el padre de Guillermo Luque, quien habló de una supuesta ayuda del gobierno nacional a la familia Morales. “No voy a responder ningún insulto. Yo jamás hablo mal de nadie, sólo pedí a los jueces que condenaran a los culpables. Ellos (los Luque) siempre hablan, siempre presionan a mi familia.”
“Lo único que le pido y le pedí al Presidente (Néstor Kirchner) es que no permita que delitos como el encubrimiento puedan quedar impunes como ha ocurrido tantas veces en el país. Lo único que quiero del Gobierno es que haya una Justicia independiente, porque eso es lo que necesitamos los más humildes, los que siempre padecemos la impunidad que protege a los más poderosos.” Ada admite que algunos cambios hubo en Catamarca luego del caso María Soledad: “La gente aprendió a no tener miedo y a denunciar. Eso se lo debemos a Mar-
tha Pelloni”, la monja que encabezó las marchas de Silencio –se hicieron 83 en la provincia– para pedir justicia y que estuvo en Catamarca para este nuevo aniversario.
“También nos sentimos apoyados por el tribunal (que condenó a Luque y a Tula), sobre todo por su presidente, Santiago Olmedo, de quien nos había hablado muy bien monseñor (Gerardo) Sueldo y no se equivocó.” Ada recuerda con agradecimiento al obispo de Santiago del Estero, fallecido en un sospechoso accidente, en 1998. “Gracias a los jueces, a nuestros abogados y también al fiscal (Gustavo Taranto), en Catamarca hoy la gente sale a denunciar y exige la verdad, pero nosotros, hasta hoy, no hemos recibido todo lo que merecíamos.”
Por eso, la madre de María Soledad ahora dice que se identifica con las Madres de Plaza de Mayo, a las que “mucha gente no les creía al principio, entre ellas yo misma”. Dice que ellas le enseñaron “a no callar, a hacer valer el peso de la conciencia. Esas mamás tenían razón e impusieron el peso de la verdad”.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.