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Sociedad|Miércoles, 14 de septiembre de 2005
VECINOS CONTRA UNA OBRA DE LUZ Y SONIDO EN EL CEMENTERIO

No quieren que muevan el esqueleto

Un grupo de vecinos de apellidos ilustres hizo una presentación judicial para impedir la realización de una muestra en la Recoleta. “No es un lugar para espectáculos profanos”, dicen.

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La muestra pertenece al V Festival Internacional de Buenos Aires.
Son quince representantes de la Asociación de Amigos del Cementerio de la Recoleta. Apellidos ilustres, descendientes del Restaurador Juan Manuel de Rosas e incluso de Domingo Faustino Sarmiento. La semana pasada presentaron un pedido de amparo en la Justicia porteña para impedir la realización de una intervención artística programada por la Secretaría de Cultura de la Ciudad para la semana próxima en el ilustre cementerio, en el marco del V Festival Internacional de Buenos Aires. La obra pretendía trabajar sobre la idea de la recuperación de la memoria colectiva con una investigación y actualización de archivos sonoros y de imágenes, justamente, de los muertos. Aunque la Justicia aún no se pronunció, la presentación de los vecinos podría disparar un escándalo semejante a la muestra del plástico de León Ferrari. Los vecinos no sólo cuestionan aspectos arquitectónicos o de credos: consideran que será una posible reconstrucción “falaz”, “apócrifa” y “peligrosa” de la historia.
A pedido de Página/12, el vicepresidente de la Asociación de Amigos explicó cómo llegaron hasta la presentación judicial. “Desde hacía tiempo, entre los cuidadores del cementerio circulaba el comentario de la realización de un festival”, dice Horacio Humberto Savoia. Los visitantes habituales también habían observado que se estaban haciendo mediciones sobre el campo. “Pero una cosa eran los comentarios y otra cosa fue nuestra sorpresa el día que vimos la obra publicada en la revista de la Secretaría de Cultura”.
La obra forma parte del V Festival Internacional de Buenos Aires. Denominada “Tertulia”, la presentación está prevista para los días 19, 20 y 21 de septiembre como una “intervención sonora y visual” que “trasformará la necrópolis en un laberinto polifónico de sonidos, imágenes y velos”. Graciela Casabé, a cargo de la muestra, insistió el lunes en un encuentro privado con los vecinos y ayer ante una consulta de este diario, que la puesta en escena no se hará sobre espacios físicos determinados, como bóvedas o esculturas, sino sobre la circulación.
“Es un trabajo de recopilación de voces de nuestra historia –explica–. Y el arte contemporáneo trabaja sobre espacios no convencionales. Como les dije a ellos, hay ejemplos de obras semejantes hechas en cementerios de Nueva York, de Londres o Canadá. No es nuevo ni irrespetuoso; yo escucho y respeto pero pido ser escuchada y respetada también. Y el cementerio con sus políticos, poetas, escritores, músicos y hasta boxeadores es parte de la identidad que le pertenece a toda la Nación.”
Pero a pesar del encuentro que los vecinos mantuvieron el lunes con ella y con el secretario de Cultura de la Ciudad, Gustavo López, la polémica aún no parece zanjada. Tras la reunión, de hecho, siguieron en pie varios argumentos formulados en el pedido de amparo presentado la semana pasada en el Juzgado Contencioso Administrativo 9 a cargo de Emilia Marta García y firmado, entre otros, por Juan José Cresto, director del Museo Histórico Nacional, Carlos Alberto Ortiz de Rozas, Juan Carlos Páez Garramuño, Betty Nelly Andrés de Levingston, hija del ex presidente de la Nación o Santiago Nazar Anchorena, entre otros ilustres.
“A nuestro entender –le explica Savoia a Página/12– más allá de la idoneidad o no de los que trabajen en la preparación de la muestra, más allá del cuidado o no que puedan tener frente a monumentos de más de 150 años, por nuestra tradición judeo-cristiana, el cementerio para nosotros ¿sabe lo que es? un camposanto. Como lo indica la palabra griega, un dormitorio de descanso eterno a la espera de la resurrección de los cuerpos.”
Aunque estas dos razones –la arquitectónica y la religiosa– fueron en parte atendidas por los interlocutores de Cultura, existe otro tipo de razonamiento sobre la filosofía de la muestra, sobre lo que significa la memoria o la intervención cultural en el cementerio que estos vecinos no están dispuestos a aceptar. “La Recoleta no es un lugar de espectáculos y mucho menos (espectáculos) profanos”, plantearon en la demanda. Y a continuación, Savoia criticó uno de los slogans publicitarios de la muestra leído desde su propia historia: “Acá se habla de un espectáculo imposible y apócrifo ¿y eso qué significa? Hace pensar en una fábula. ¿Cómo van a hacer hablar a Rosas con Eva Duarte o con Sarmiento? En la vida real nunca sucedió eso, puede llegar a perturbar la verdad histórica”.
Así las cosas, se espera la decisión judicial, Casabé anoche seguía adelante con su tarea. “Defiendo nuestro derecho a hacer algo que consideramos importante –decía–, y lo voy a defender hasta el final.”

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