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Sociedad|Martes, 20 de septiembre de 2005

Continúa la búsqueda de los dos hombres perdidos en una grieta

Un equipo de rescatistas llegó ayer a una base chilena, cercana al lugar del accidente, y hoy comenzará la búsqueda. Dicen que son pocas las posibilidades de que se encuentren con vida, ya que la grieta tiene más de cien metros.

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Siete expertos que pertenecen al Comando Antártico del Ejército intentarán desde hoy rescatar al suboficial de la Armada Teófilo González y al biólogo Augusto Thibaud, del Instituto Argentino del Antártico, quienes el sábado cayeron al interior de la grieta de un glaciar, en la Antártida. El ministro de Defensa, José Pampuro, reconoció que “son pocas” las posibilidades de que los accidentados sigan con vida. Una fuente de la Fuerza Aérea dijo a Página/12 que en la zona la sensación térmica ronda los 22 grados bajo cero, pero aclaró que “hay un problema anterior al de la hipotermia que podría afectarlos: ellos desaparecieron por una grieta muy profunda –se habla de alrededor de cien metros–, es decir que se cayeron de un edificio de diez pisos. Hay que ver qué tipo de heridas sufrieron y cuál es su estado físico, más allá del frío polar”. Los rescatistas llegaron ayer por la tarde a la base antártica chilena Presidente Frei, ubicada a ocho kilómetros del lugar del accidente. Los trabajos para tratar de hallarlos debían comenzar a las 9.30 de hoy, con las primeras luces en el continente blanco, donde oscurece a partir de las 18.
“Lo que estamos viviendo es un calvario”, declaró ayer Elba, la madre del biólogo Thibaud. “Ellos son personas que están acostumbradas al frío”, sostuvo la mujer, quien dijo tener “esperanzas para seguir” esperando lo que llamó “una liberación”, más que un simple rescate. El viernes, Elba había hablado por teléfono con su hijo, que estaba en la base Esperanza, a la que pertenecían los cinco hombres que iban en tres motos, una de las cuales se hundió en la nieve y desapareció junto con sus dos tripulantes. Los siete rescatistas partieron ayer, desde El Palomar, en un avión Hércules de la Fuerza Aérea que llegó a las 18.10 a Ushuaia.
Al lado de la grieta se había levantado ayer un campamento donde se refugiarán los socorristas, que serán apuntalados por personal de las bases argentinas Belgrano, San Martín, Marambio y Orcadas, y también por miembros de la cercana delegación chilena. “Vamos a seguir buscando hasta que los expertos crean que es necesario”, aseguró el ministro Pampuro. “Al paso de la primera moto se abrió un agujero en la nieve”, confirmó ayer el capitán de corbeta Jorge Pavón, quien sobrevivió al accidente junto con los suboficiales Mario Leonhardt y Alejandro Carbajo.
El Hércules que llevó a los socorristas tiene una doble misión, ya que también trasladó víveres para ser arrojados desde el aire, en paracaídas, sobre la base Belgrano, que hace una semana sufrió un incendio que provocó pérdidas importantes, en alimentos y ropa de abrigo. “La partida del avión se demoró porque hubo que reprogramar todo, para hacerle lugar a bordo a los siete rescatistas”, explicó a este diario el encargado de Relaciones Institucionales de la Dirección Nacional de la Antártida, Sergio Policastro. Una fuente de la Fuerza Aérea admitió que “es muy difícil que puedan sobrevivir” los dos accidentados.
“Hay que ver en qué condiciones se encuentran, si las heridas que sufrieron fueron importantes. Hay antecedentes de otro rescate en el cual un suboficial pudo sobrevivir, pero tenía muchos cortes provocados por el hielo, durante la caída”, hizo saber una fuente de la Fuerza Aérea. Los socorristas llevan una sonda para precisar la profundidad de la grieta, sogas, arneses, grampones y otros elementos para la búsqueda. “Lo primero es lograr un contacto visual con los dos accidentados, para poder determinar dónde se encuentran y luego montar todo el dispositivo para sacarlos a la superficie”, explicó Policastro.
Cuando se sale a una recorrida, como la que intentaban realizar los cinco accidentados, siempre se llevan “equipos de comunicación, sogas y un equipo mínimo de rescate, y hasta un poco de comida, con mucha proteína, por si ocurre algún inconveniente”, resaltó el vocero. Sin embargo, todo hace suponer que los dos hombres que cayeron dentro de la grieta habrían perdido todos esos elementos. Cerca del pozo, personal del Comando Antártico del Ejército había instalado ayer un campamento donde se refugiarán los socorristas todo el tiempo que duren las tareas. “Los antecedentes que tenemos, son de rescates con sobrevivientes entre las 68 y las 75 horas de ocurrido el hecho”, aclaró Policastro. Hoy, poco antes del mediodía, se cumplirán las primeras 72 horas. “Estamos trabajando contra reloj, pero todavía hay esperanza”, concluyó.

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