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Sociedad|Lunes, 26 de septiembre de 2005

Cómo pasarla mal siendo asaltante

Dos delincuentes armados intentaron tomar por asalto una fiesta. Hubo resistencia, los molieron a palos y apenas si lograron fugar.

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Alberto Delfico señala uno de los impactos de bala, en su casa.
El peso del periodismo argentino se hizo sentir para frustrar un asalto, durante una fiesta en el barrio de Floresta: la frase debe entenderse literalmente, ya que, según testimonió el dueño de casa –ex subsecretario del Sindicato de Luz y Fuerza–, un periodista que pesaba 150 kilos se arrojó sobre uno de los dos hombres armados que habían ingresado en el domicilio con propósitos de robo. El comunicador social y el ex gremialista forcejaron con el asaltante, sin lograr impedir que éste accionara varias veces su arma. Al mismo tiempo, el otro, para cubrir a su compañero, tiroteaba la casa desde la calle. Finalmente, ambos se dieron a la fuga sin que se registraran víctimas. Los delincuentes habían ingresado luego de tocar el timbre, aprovechando que uno de los invitados había pedido un taxi por teléfono, vehículo que habría sido previamente robado por ellos. En la reunión participaban funcionarios de la Cámara de Diputados y del Ministerio de Justicia, y la dueña de casa es a su vez fiscal de la Ciudad.
A la 0.30 de ayer, en su domicilio, Alberto Manuel Delfico festejaba su cumpleaños. Se trata del presidente del Instituto Buenos Aires Planeamiento Estratégico (Ibape), quien fue subsecretario general de Luz y Fuerza en los ’60 y ’70, cuando el gremio era dirigido por Juan José Taccone, y actualmente es asesor en la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. “Estábamos festejando con un grupo de amigos; éramos 18 o 20 personas, toda gente mayor; no había chicos. Un compañero había pedido un taxi y a los pocos minutos sonó el timbre; alguien abrió la puerta y entraron dos tipos armados –contó Delfico a este diario–: ‘¿Quién es el dueño?’, repetía el que venía adelante.”
“Tenía unos 30 años, llevaba campera de jean, era grandote –continuó Delfico–. Pero uno de mis invitados, Fernando del Corro, periodista de la agencia Télam, se le tiró encima desde atrás y lo volteó; claro, Fernando pesa como 150 kilos. Bueno, entonces yo le agarré la mano al tipo para tratar de sacarle la pistola y empezamos a forcejear. El empezó a tirar; agujereó un placard, rompió un espejo, por suerte no le pegó a nadie. El otro, mientras tanto, amenazaba al resto de la gente, las mujeres se habían tirado al piso.”
Finalmente, los dos asaltantes emprendieron la huida. “Al que teníamos agarrado preferimos dejarlo ir aunque éramos varios, porque no habíamos logrado desarmarlo –explicó Delfico–. El otro, desde afuera, lo ‘cubrió’ a tiros, como en las películas. Después, la policía encontró diez cápsulas servidas.”
Mientras tanto, uno de los invitados, y también un vecino, ya estaban llamando a la policía desde sus celulares. “A los pocos minutos llegaron varios patrulleros, pero ya se habían escapado”, contó el dueño de casa.
Entre los invitados estaban Juan Carlos Cortiñas, jefe de asesores de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados y Alfredo Urrizola, funcionario del Ministerio de Justicia y ex secretario del Ministerio de Seguridad bonaerense. También estaba la dueña de casa, Teresa Moya Domínguez, fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, esposa de Delfico.
Los asaltantes habrían llegado a la casa en el radiotaxi que había solicitado por el invitado. Según una fuente de la Policía Federal, “el operador de turno de la agencia de radiotaxis manifestó que el conductor del auto le había dicho que había sido privado de su libertad y que luego lo habían dejado en una esquina junto con su automóvil. Es tarea de la investigación verificar si el hombre efectivamente fue privado de su libertad, o si en realidad fue cómplice de los asaltantes”.

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