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Sociedad|Domingo, 11 de diciembre de 2005
ESTADOS UNIDOS SIGUE SIN PRESTAR SU APOYO

Para enfriar el planeta

La XI Conferencia sobre Cambio Climático culminó con un acuerdo para batallar contra el efecto invernadero. Se buscará un nuevo pacto para después de 2012, cuando vence el Protocolo de Kioto.

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Bill Clinton, que estuvo en el encuentro en Montreal, adhirió a la cruzada contra el calentamiento global.
“Está vivo y se mueve”, dijo el ministro de Medio Ambiente de Canadá, Stéphane Dion, al cerrar la Undécima Conferencia sobre Cambio Climático realizada en Montreal, en alusión al protocolo de Kioto, que establece la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero en los países industrializados. “Se adoptaron más de 40 decisiones que reforzarán los esfuerzos a escala mundial”, dijo la ONU en un comunicado en el que también se aseguró que el encuentro de diez días fue “de los más fructíferos” entre los organizados hasta hoy. El déficit central sigue siendo la negativa de los Estados Unidos a suscribir el acuerdo. En contraposición con el actual presidente George W. Bush, quien se niega a bajar las emisiones de gases industriales porque eso atentaría contra la economía de su país, el ex mandatario Bill Clinton asistió al encuentro y coincidió con la postura de los delegados de más de cien países.
“La intención del encuentro es la de volver a comprometer a los Estados Unidos en el proceso de nuevos debates y exploración de alternativas”, aseguró Margaret Beckett, la ministra británica de Medio Ambiente, en referencia a la decisión de lanzar una ofensiva diplomática sobre los representantes del país que más contamina en el planeta. El Protocolo de Kioto, que entró en vigencia el pasado 16 de febrero, establece que los países industrializados reduzcan al 2012, un 5,2 por ciento la emisión de gases tóxicos, respecto de los niveles de 1990.
El texto aprobado en el cierre habilita a Estados Unidos y a otros países como Australia, que tampoco firmaron el acuerdo, a que prosigan las conversaciones en los próximos años, sin tener que acordar reducciones de emisiones de manera obligatoria. Las reuniones se harán dentro de la Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. La organización internacional de defensa del medio ambiente WWF sostuvo que lo resuelto es una señal de que la comunidad internacional quiere seguir la pelea contra las emisiones contaminantes más allá de 2012.
El ministro de Salud y Medio Ambiente argentino, Ginés González García, reclamó un mayor compromiso de las naciones industrializadas. El funcionario aseguró que “Argentina es un país respetado, con opinión y acción” en materia ambiental. En ese sentido señaló que bajo su presidencia de la COP 10, en Buenos Aires, se puso en marcha el Protocolo de Kioto. Subrayó que Argentina puso en práctica el Fondo de Carbono, en su trabajo para lograr la reducción de emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
El secretario de Medio Ambiente argentino, Atilio Savino, advirtió que “los países en desarrollo sufrirán pronto los efectos del cambio climático”. Insistió en que son esas naciones especialmente “las vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, las que sufren o sufrirán pronto los efectos desfavorables del mismo”. Por eso resaltó la necesidad de “impulsar acciones en el corto plazo, como una condición para enfrentar los cambios del clima que se harán más notorios durante las próximas décadas”.
Las acciones cuya elaboración propició el encuentro de Montreal se darán en el marco de un “diálogo” que deberá permitir el lanzamiento de “una acción de cooperación a largo plazo para enfrentar el calentamiento climático”, según se señaló en el texto final. La reunión marcó una etapa importante para el combate al calentamiento global, que dispone ahora de una “hoja de ruta propia”, aseguró el ministro Dion. “Ya terminamos nuestro maratón de Montreal, aunque el camino por recorrer es largo. Vamos a reconciliar la humanidad con este planeta”, pronosticó.
El documento final precisó que el diálogo “no llevará a ninguna negociación susceptible de conducir a nuevos compromisos” de reducción o producción de gases con efecto invernadero. Por eso, la presidencia canadiense de la conferencia, con el apoyo de los europeos, logró integrar a Estados Unidos en el lanzamiento de una negociación no vinculante sobre las futuras acciones a tomar. La conferencia convalidó una serie de mecanismos de aplicación de Kyoto que habían quedado en duda tras el rechazo tajante de los Estados Unidos.

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