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Sociedad|Miércoles, 8 de febrero de 2006

“Estuvieron en una pelea, sí, y pegaron, pero también recibieron”

El subsecretario de Turismo de Corrientes admitió que su hijo participó, junto a los amigos, de la pelea que derivó en la muerte de Ariel Malvino en Brasil.

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Laura, que trabaja en un locutorio de Ferrugem, dijo que ya había “pica” entre los jóvenes.

El silencio de los familiares del grupo de correntinos sospechados de la muerte de Ariel Malvino se sigue quebrando. El subsecretario de Turismo de Corrientes, Horacio Vicente Pozo, admitió ayer que su hijo y los amigos con los que veraneaba participaron de una pelea en Ferrugem, Brasil, en la que “pegaron” y “también recibieron”, aunque aseguró que los jóvenes “no son ningunos asesinos”. En tanto, la tan esperada carta rogatoria que fue enviada ayer desde Brasil estaría en la Argentina en las próximas horas. El documento contiene siete cuestionarios, de entre 15 a 20 preguntas concretas y cerradas cada uno, para realizar a los sospechosos de la muerte del joven de 21 años.

“Que estuvieron en una pelea, sí estuvieron. Que pegaron, sí pegaron, y también recibieron, porque sus rostros así lo están determinando, pero no son ningunos asesinos”, manifestó Pozo. Además aclaró que “se fueron de Brasil sin saber que en esos incidentes hubo un muerto”.

“Después de la pelea se fueron de la casa (alquilada) porque temieron que aquellos que estuvieron involucrados en la pelea fuesen a buscarlos para provocar una nueva”, dijo. La explicación que dio Pozo fue que la intención de su hijo y de sus amigos fue la de “evitar una nueva pelea y no la de huir” tras una muerte de la que, según dijo, los jóvenes se enteraron después: “No se fueron de la zona, se trasladaron a otra playa cercana, creo que se llama Praia Da Rosa o algo así, y allí estuvieron un día más hasta que regresaron al país”.

“Lo que puedo decir es que mi hijo no es un chico pegador y que sus amigos tampoco lo son. Yo los conozco, los chicos son inocentes, sé muy bien de lo que son capaces y sé que no mataron a nadie”, expresó convencido.

En tanto, para el abogado de la familia Malvino, Juan Carlos García Dietze, “esta causa es un caso especial, donde convergen dos tipos de derecho de diferentes países”. “Los pasos procesales se van resolviendo día a día”, explicó a Página/12, debido a la posibilidad de que el expediente sea tratado en Buenos Aires, donde uno de los jóvenes del grupo tiene domicilio, o en la misma provincia de Corrientes.

Mientras espera que el expediente llegue a su despacho, el juez federal Carlos Soto Dávila dijo a este diario que es “una mentira total” que pasó sus vacaciones en Punta del Este con la familia Braun Billinghurst. “Estaban de vacaciones ahí y yo también, pero eso no significa que hayamos ido de vacaciones juntos ni nada de lo que se dice”, afirmó.

Los siete jóvenes sospechosos de la muerte de Malvino responderían a las preguntas bajo la figura de “declaración informativa o espontánea”, un tipo de declaración no juramentada. “Alguien está imputado pero no es una indagatoria, no es testimonial, ni estaría bajo juramento. Por eso es que si no quieren declarar pueden no hacerlo, no están obligados”, explicó García Dietze.

El subjefe de la policía civil del estado brasileño de Santa Catarina, Juares De Souza Medeiros, aseguró que “según los testigos, los días previos a la muerte de la víctima, ya había habido disputas entre los jóvenes que se pelearon”. También explicó que el desencadenante de la pelea fue que uno de los jóvenes le salpicó “intencionalmente” barro a otro y éste reaccionó.

Esta hipótesis se acerca a la versión de los hechos brindada a la prensa por Laura, una joven testigo de la pelea, que trabaja en un locutorio de Ferrugem. Según los dichos de la joven, ya había “pica” entre los jóvenes y Malvino estaba charlando con una chica cuando un muchacho de pelo castaño lo mojó con barro y así empezó la pelea.

“Las preguntas que contiene el exhorto son cerradas y concretas”, explicaron las fuentes a este diario. “Son del tipo de: ‘Usted le tiró la piedra a Ariel Malvino’; ‘Usted le pegó a Ariel Malvino’”, detallaron.

El interrogatorio llegaría primero a la Cancillería argentina, para luego ser enviado al juzgado federal de Carlos Soto Dávila, quien al parecer se inhibiría de llevar la causa por tener una relación de amistad con lafamilia Braun Billinghurst, por lo que debería esperarse la designación de un juez subrogante (ver aparte).

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