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Sociedad|Sábado, 25 de febrero de 2006
HABRIA CONFESADO EL SUPUESTO CONSTRUCTOR DEL TUNEL DEL BANCO RIO

Una ingeniería de pruebas en contra

Un prestamista denunció que el “ingeniero” García Bolster le entregó 60 mil dólares para que los pusiera “a trabajar”. El abogado del detenido en Villa Gesell aseguró que su cliente “no es ladrón”.

Por Raúl Kollmann
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Según las sospechas de los investigadores, García Bolster fue asesor en la construcción del túnel.

El “ingeniero” Sebastián García Bolster intentaba anoche dar alguna explicación frente a los fiscales del caso Banco Río. Las pruebas en su contra parecían sólidas, pero lo que terminó enterrándolo fue la presentación ante la Justicia de un supuesto amigo, que se dedicaría a dar préstamos, a quien García Bolster le entregó 60.000 dólares para que los “ponga a trabajar”. Pocas horas antes, cuando era trasladado desde Villa Gesell hasta San Isidro, el “ingeniero” habría confesado que efectivamente participó como asesor en la construcción del túnel, pero lo hizo porque lo amenazaron. Estos dichos no tienen ningún valor legal, aunque parecen abrir la puerta a un diálogo con la fiscalía, al estilo norteamericano. Lo que sucede es que la ley argentina no prevé la figura del arrepentido si no es para casos de narcotráfico o secuestro. De todas maneras, lo que se buscaría es que García Bolster dé elementos concretos para dar con los líderes de la banda y el dinero, a cambio de que las acusaciones apunten al mínimo de la pena y no al máximo (ver aparte). El abogado del “ingeniero”, Claudio Fogar, quien fue el primer letrado de Juan Carlos Blumberg durante el secuestro de Axel, aseguró que su cliente “no es ningún ladrón”.

Como es obvio, el “ingeniero” no es ingeniero, es maestro mayor de obras y técnico mecánico. Con la primera de esas profesiones ya tiene los conocimientos suficientes como para hacer un túnel tan elemental como el que comunicó el desagüe pluvial con el banco. En el caso de los boqueteros del Banco de Crédito Argentino, en 1997, el túnel fue considerado por los peritos que declararon en el juicio como una verdadera obra de ingeniería. Aquel túnel también fue realizado por un maestro mayor de obras, Antonio Mondaradoni, condenado por ese robo a ocho años de prisión. García Bolster es hijo de un prestigioso ingeniero de la zona de Martínez.

La orden de detención contra García Bolster fue firmada por el juez Rafael Sal Lari el jueves al mediodía, después de la insistencia de los fiscales. El magistrado se ha mostrado reacio a librar órdenes de captura, por lo cual da toda la impresión de que las evidencias contra el ingeniero eran contundentes. De lo contrario, Sal Lari la hubiera rechazado, como viene haciendo en forma reiterada.

Según las fuentes consultadas por este diario, las pruebas aportadas serían las siguientes:

- Numerosas llamadas telefónicas de García Bolster a otros integrantes de la banda.

- Un testigo lo reconoció fotográficamente como una de las personas que se hizo pasar por contratista e instaló una carpa al lado de un acceso al canal pluvial desde el cual se construyó el túnel al banco.

- Tres testigos habrían declarado que junto a la carpa se ubicaba una camioneta que sería la misma que tenía García Bolster.

- Una de las llamadas desde su celular se habría hecho el mismo día del robo al banco, a las cinco de la mañana, desde la esquina de Tres Sargentos y Dardo Rocha, el lugar donde está la boca por la que entraron al desagüe pluvial los integrantes de la banda que ayudaron en la huida. Esa determinación se habría hecho usando el sistema VAIC II Telemétrico. Los investigadores afirman que a esa hora se metieron los gomones, algo que no será fácil de probar.

Hay otras evidencias que también costará relacionarlas con el robo al banco. Al “ingeniero” se le secuestraron varios trajes de neoprene, una soldadora de corte de chapas y agujereadoras y dos motos de agua, elementos que García Bolster argumentará son parte de su trabajo de mecánico de motos de agua. El abogado del “ingeniero” salió ayer también a contradecir a los investigadores respecto de otras pruebas. Fogar dijo que “la vivienda allanada en Martínez, donde vivía García Bolster, es de suspadres; la casa de Villa Adelina, que dicen se compró con 150.000 dólares del botín, en verdad se adquirió en 2004 en un remate judicial por 40.000 pesos y se la terminaron de ceder los hijos del propietario hace unos días, los 21.000 pesos encontrados en una cajita de patas de pollo en el freezer son ahorros propios; el Toyota Corolla lo compró vendiendo una camioneta que adquirió destrozada y no me consta que haya pagado 68.000 dólares por la propiedad en la que fue detenido este jueves en Villa Gesell, en el paseo 121, entre 1 y 2”.

El equipo de fiscales resolvió primero tomarle declaración al supuesto amigo de García Bolster que apareció en la fiscalía con 60.000 dólares que, según dijo, le fueron entregados por el “ingeniero” para que los invirtiera. El rumor es que este amigo es un prestamista y García Bolster le habría dado parte del botín no sólo a él, sino a tres o cuatro prestamistas, algo no probado aún. La toma de la declaración al amigo se hizo en carácter de testigo, pero los fiscales tienen que evaluar si esta persona no actuó como encubridor y corrió rápidamente a ver a los fiscales cuando se enteró de que García Bolster había caído. Terminada esa declaración, ya cerca de las 22, los fiscales, encabezados por Jorge Apolo, iniciaban la toma de declaración al imputado. Con esos elementos en la mano, el equipo de fiscales decidirá si pide el procesamiento y la prisión preventiva del “ingeniero”, algo que es prácticamente seguro.

Para los investigadores policiales, la estructura de la banda tiene en la cabeza dos jefes, ambos uruguayos, que “contrataron” la mano de obra para hacer el túnel y para entrar a mano armada al banco. Supuestamente, esa mano de obra fue de menor calidad, algo que se demuestra por la participación del detenido Alberto De la Torre, un hombre con muchos antecedentes y dos décadas de prisión, y su hijo Gastón, contra quien hay numerosos elementos de prueba y que también salió de la cárcel hace un año. Ahora aparece en escena el “ingeniero”, con otro perfil: es de clase media y sin antecedentes, como ocurrió en su momento con Mondaradoni. Habrá que ver si las evidencias cierran, cómo fue la coordinación de una banda que tuvo unos 15 integrantes y, sobre todo, si caen los jefes y la mayor parte del botín.

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