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Sociedad|Martes, 14 de marzo de 2006
OMAR CHABAN HABLO POR PRIMERA VEZ EN PUBLICO DESDE LA TRAGEDIA

“Yo soy víctima de la situación”

En una entrevista televisiva, el empresario se dijo inocente y lloró en tres oportunidades. Defendió a Ibarra, cargó contra los familiares de Cromañón y reiteró su versión de los hechos.

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El dueño de Cromañón dijo que los medios y la sociedad lo habían convertido en un “monstruo”.

“Este lugar no debería haber sido habilitado”, dijo. “Me angustié mucho con lo que le pasó a Ibarra. Para mí no es responsable”, dijo. “Lo culpan a Ibarra pero el local fue habilitado en el ’97. En el ’97 no estaba Ibarra, estaba Enríquez”, dijo. “Cuando estuve en el Tigre tuve miedo de que me lincharan”, dijo. “Yo soy víctima de la situación”, dijo. “Los familiares durante un año hicieron marchas, pero yo no vi que nunca salieran a pedir que investiguen quién tiró las bengalas”, acusó y ratificó su denuncia de que habían sido tres jóvenes “de pantalones cortos rojos los que tiraron las candelas”. Durante 84 minutos, Omar Chabán habló públicamente. Lo hizo por primera vez desde la tragedia de Cromañón, durante una entrevista difundida ayer por Canal 9. La entrevista, que se realizó en la Unidad Penal de Marcos Paz, donde el empresario artístico se encuentra detenido, llevó cuatro horas que luego fueron editadas en tres bloques de 36, 17 y 31 minutos.

La imagen sobrevuela Marcos Paz y vuelve a aparecer a las puertas de la Unidad Penal Federal. Sigue con las imágenes de uno de los personajes más mencionados en el último año: Omar Chabán. Aparece con el título sobreimpreso “Omar Chabán rompe el silencio”, mientras avanza por los pasillos de la cárcel y se escucha el “¡clanc!” de las rejas que se cierran a sus espaldas. En una sala de oficiales lo esperan los periodistas Chiche Gelblung, Sylvina Walger, Daniel Tognetti y Reinaldo Sietecase, con una maqueta de República Cromañón que luego ilustrará la nota. Está vestido con una remera gris claro y pantalones en tono más oscuro, cabello canoso y rostro desfigurado.

La entrevista se realizó el viernes 10 de marzo, desde las siete de la tarde hasta las once de la noche. El material en crudo fue editado luego en los tres bloques que ocuparon en conjunto una hora y 24 minutos. La mayor parte de sus testimonios ya eran conocidos, todos fueron aportados a la causa que lo tiene como principal acusado de estrago doloso por la muerte de 194 personas. La fuerza de la nota fue que era el propio Chabán quien lo decía dando la cara.

“Me llamo Omar Chabán, tengo 54 años –abrió la entrevista, con voz entrecortada por los nervios y por el llanto contenido que más tarde se soltaría en un par de ocasiones–..., toda mi vida cuidé al público. Todo lo que pasó está más allá de cualquier tragedia humana.” Después agregó que “acepté hablar por primera vez, porque me pareció que era el momento justo para hacerlo. Lo importante es que ustedes sepan qué pasó esa noche negra”.

La línea argumental de Chabán se apoyó en ratificar su declaración ante el juez sobre los tres jóvenes de pelo corto, pantalones cortos rojos que lanzaron las candelas. “Yo estaba en la sala de sonido, cuando vi a dos chicos, sin remera, en pantalones rojos sin bolsillos, sosteniendo hacia arriba los artefactos, y otro más que saltaba sobre sí mismo apuntando todos hacia el techo. Yo los vi, tenían una actitud muy agresiva. Le dije al sonidista que apagara el sonido, pero no lo hizo. Yo me anticipé. Lo mío fue un signo. Con la mano bajé las palanquitas y apagué el sonido. Si no lo hubiera hecho hubiéramos sido 2500 los muertos”. Después aseguró que tomó una manguera mientras un guardia privado abría la llave de agua. “Me di vuelta y en ese momento la media sombra hizo fluuu y se prendió y de golpe se apagó la luz”, señaló mientras iba desplegando sus recuerdos sobre la maqueta del boliche.

“El control del público era exhaustivo –dijo–, pero pienso que era menos riguroso el control de los invitados. Las mujeres entraban por un lado, los hombres por otro y los invitados por otro.” Dio a entender que los tres chicos eran invitados especiales de Callejeros y que quizás pertenecieran a uno de los dos bandos en que, dijo, se dividen los fans del grupo: “La familia piojosa” y “El fondo no fisura”.

Chabán cargó contra los familiares: “Durante un año hicieron marchas, pero yo nunca vi que pidieran que se investigara quién tiró las candelas, nunca vi que pidieran que se prohíba esto (y mostró una candela) o que se prohíba el uso de la mediasombra que produce cianhídrico”.

También contra el público: “Hay un pacto de silencio entre quienes prendieron las bengalas, porque alguien se las tiene que haber provisto, alguien se las tiene que haber encendido. Entre 70 y 90 personas tienen que saber quiénes fueron los que tiraron esas brasas incandescentes al techo”.

Del mismo modo defendió al ex jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, de quien dijo no ser amigo ni vecino. “Me angustié mucho cuando vi lo que le pasó a Ibarra. El no es el responsable político”, aseguró Chabán y negó haber tenido algún tipo de relación con él. “Este sainete de la política es así. (Jorge) Enríquez es el que promovió las acusaciones contra Ibarra. El local estaba habilitado desde el ’97. Pero Ibarra no tuvo nada que ver, porque en esa época no estaba. En esa época estaba Enríquez”, sostuvo. “Es de esa época que habilitaron esa puerta como puerta alternativa de emergencia, cuando no sirve como tal”, denunció.

Quizás una de sus declaraciones inéditas, aunque obvias, fue la que se refería a las coimas a la policía. Las negó terminantemente y dijo que “al subcomisario (de la seccional 7) lo vi cuatro o cinco veces. Me dejó una tarjeta para que lo llamara, pero nunca lo llamé. El comisario había asumido en el cargo unos meses antes (de la tragedia) y jamás hablé con él”, afirmó.

Dijo que la noche del 30 de diciembre de 2004 había entre 2500 y 2600 personas, sostuvo que la seguridad corría por cuenta de Callejeros, aseguró que era “un grupo muy organizado. Para mí, en el 2004 era el grupo más importante, era como un Pavarotti”, y sutilmente deslizó la idea de que la responsabilidad por el ingreso de las candelas y bengalas correspondió a Callejeros. Quizá porque aparecer enfrentado a la banda podría significarle perder uno de sus apoyos más vitales, que es el mundo del rock.

También se definió como una víctima. “Yo también soy una víctima, nadie me salió a defender”, aseguró y cargó duro contra el periodismo que “dijo cosas terribles de mí, me han creado como un monstruo, crearon el agujero negro, crearon el judío errante”, sostuvo parafraseando su propia carta dirigida a su hermana y hecha pública al poco tiempo de haber sido detenido la primera vez. Aseguró no estar preparado para recibir una condena dura y no pudo contener el llanto mientras decía que nadie había tenido en cuenta su dolor, el de su familia, “estoy acá adentro, cuando debería estar fuera buscando a esos tres hijos de p...”, y se contuvo. “Ustedes crearon un monstruo. No soy un chivo expiatorio. Soy un señuelo”, dijo. Después, se dio fin a la entrevista. Chabán tomó las carpetas y se retiró con el rostro cruzado por el llanto, mientras la cámara lo mostraba internándose entre las rejas que se iban cerrando a sus espaldas.

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