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Sociedad|Martes, 25 de junio de 2002
LO QUE HAY QUE SABER SOBRE GENERICOS PARA OBTENER MEDICAMENTOS MAS BARATOS

Recetas para utilizar bien las recetas

A dos semanas de la entrada en vigencia de la ley sobre genéricos, poca gente ejerce su derecho a obtener el remedio más económico. Aquí, lo que hay que saber sobre las recetas, los descuentos de obra social y el rol que deben cumplir médicos y farmacéuticos.

Por Pedro Lipcovich
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En las farmacias aún son pocos los que piden el medicamento según su composición.
Al cumplirse dos semanas de la resolución que ordena prescribir medicamentos por su nombre real (llamado “genérico”) y no ya por el nombre comercial de fantasía, todavía son pocos los ciudadanos que la hacen valer para elegir el remedio de precio más accesible: es el momento de responder a todo lo que usted quería saber acerca de la nueva reglamentación, ya que, en el terreno de la relación con los profesionales de la salud, es fácil caer en ...y no se atrevía a preguntar. Porque, doctor, ¿no será peligroso sustituir una marca por otra? ¿En todos los casos es posible hacerlo? Y los controles de calidad, ¿son confiables? ¿Me lo va a aceptar la obra social? ¿Cómo tienen que ser ahora las recetas? ¿No tendría que ser distinta, doctor, la receta que usted me está dando? Y ese visitador médico que le trajo un regalito, ¿qué vino a decirle, doctor? Y finalmente, o para empezar, ¿qué son realmente los “genéricos”?
1¿Qué son los “genéricos”? En el marco de este tema, “genérico” se refiere exclusivamente al nombre con el que se designa al medicamento: el nombre genérico es el real, la denominación científica internacional –por ejemplo, el antibiótico “amoxicilina”–, que se presenta bajo distintos nombres de fantasía o comerciales, por ejemplo Amoxidal o Trifamox. (En otros contextos, el término “genérico” puede tomar otros sentidos: medicamentos que se expenden sin marca comercial, o cuyo lapso de vigencia de patente ha finalizado.) La nueva normativa otorga al comprador –bajo el control profesional del médico y el farmacéutico– la posibilidad de elegir, entre productos similares, el de menos precio.
2 ¿Cómo debe confeccionarse la receta médica? El médico u odontólogo debe incluir siempre el nombre genérico del medicamento. Tiene tres posibilidades: a) consignar sólo el nombre genérico; b) consignar, además, el nombre comercial de fantasía; c) en caso de considerar imprescindible que el remedio sea de una marca determinada, deberá fundamentarlo por escrito bajo el título “Justificación de la prescripción por marca”.
3¿Qué debe hacer el farmacéutico? Primero, debe estar presente en la farmacia, ya que el funcionamiento de la actual normativa requiere su intervención profesional. Para las recetas que consignen sólo el nombre genérico, debe informar al cliente sobre todos los medicamentos que contengan la misma droga o combinación de drogas y a qué precio. Además, “los distintos precios de esos productos deben estar en lugar visible” de la farmacia, requisito cuyo cumplimiento, hasta ahora, Página/12 no registró en ningún establecimiento. A partir de la información suministrada por el farmacéutico, el comprador elige una marca comercial (probablemente la más barata) para el medicamento que le fue recetado. El farmacéutico validará la prescripción con su firma y sello.
En caso de que el médico haya incluido el nombre comercial de fantasía, el farmacéutico puede seguir el mismo procedimiento explicado en el párrafo precedente, siempre que el comprador lo solicite. No podrá hacerlo, en cambio, si el médico ha requerido y fundamentado prescripción por marca.
4¿Qué obras sociales deben aceptar esta forma de prescripción? Todas las de alcance nacional. La nueva normativa, en la medida en que promueve el abaratamiento de los costos en medicamentos, va en el propio interés de las obras sociales y no requiere mayores cambios en sus procedimientos. El Ministerio de Salud cuenta con un teléfono para consultas y reclamos relacionados con obras sociales: 0800-222-SALUD (72583).
5¿Hay garantía de que el medicamento elegido por su menor precio tenga la misma calidad? ¿Son confiables los controles de calidad con que se cuenta? Para contestar esta pregunta, que es crucial, Página/12 requirió, además de la voz oficial del Ministerio de Salud, la palabra de un prestigioso experto independiente.
El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, destacó que “la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, a cargo de loscontroles) es uno de los tres organismos de su tipo más reconocidos en toda América, después de los de Estados Unidos y Canadá: los controles que efectúa no han sido cuestionados”.
El profesor Emilio Cermignani –titular de Farmacología en la Universidad Nacional de La Plata y presidente de Gapurmed, Grupo Argentino para el Uso Racional de los Medicamentos– observó que “los controles de la ANMAT rigen para todos los laboratorios: suponiendo que ese organismo controlara mal, el riesgo no sería menor en el medicamento más caro o de marca más conocida”.
6La sustitución, ¿también puede aplicarse en tratamientos ya iniciados de enfermedades crónicas? Depende. Medicamentos elaborados con un mismo genérico pueden diferir –especialmente si se administran por vía oral– en lo que se llama bioequivalencia: uno puede absorberse más rápido que el otro en el aparato digestivo, de modo que tardará menos que el otro en lograr su máxima concentración en la sangre (biodisponibilidad) y por lo tanto su máximo efecto. Cermignani comentó el caso de la carbamazepina, un anticonvulsivante que personas con epilepsia pueden usar de por vida: “Al principio del tratamiento, el médico debe examinar al paciente con frecuencia para establecer la dosis que le permite controlar su crisis con la menor cantidad de efectos adversos. Si el medicamento se cambia por otro que no tenga la misma biodisponibilidad, hay que rehacer ese procedimiento, como si se empezara de nuevo”.
Menos complicada es la sustitución en drogas como el enalapril, que se usa en tratamientos prolongados de la hipertensión arterial. De todos modos, según Cermignani, “para determinados medicamentos de uso prolongado, el Ministerio de Salud debería exigir que los laboratorios hagan pruebas de bioequivalencia, y, para la población, informar en qué medicamentos el cambio debiera, necesariamente, ser conversado con el médico”. Esto pierde relevancia en los tratamientos breves, por ejemplo con antibióticos. “En la amoxicilina, por ejemplo, hay varias marcas para elegir el mejor precio, aunque, una vez elegida, es mejor no cambiar de marca”, recomendó Cermignani.
7“Yo tomo Lexotanil (o Trapax) y a mí no me produce el mismo efecto que el Trapax (o el Lexotanil): ¿son iguales, sin embargo?” No, aunque sean parecidos: el genérico del Lexotanil es el bromazepam y el del Trapax es el lorazepam; sin embargo, para cada uno de esos genéricos hay varios productos que sí son intercambiables y tienen distintos precios. Los intercambiables no son los medicamentos de la misma familia de genéricos (por ejemplo los triptanos para la migraña) sino los que contengan precisamente el mismo genérico, tal como figura en cada envase y prospecto.

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