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Sociedad|Sábado, 3 de junio de 2006

Un obispado denunció por abuso al tutor de un niño

Las autoridades de un hogar que pertenece al Obispado de San Isidro denunciaron a un contador por la presunta violación del chico que como tutor se llevaba a su casa los fines de semana.

Un hombre que colaboraba con un hogar de menores del Obispado de San Isidro fue denunciado como presunto autor de la violación de un niño de 11 años, a quien como tutor retiraba desde 2004 los fines de semana para llevarlo a su casa de Avenida del Libertador, en Vicente López, al norte del conurbano. La denuncia fue realizada en abril pasado por las propias autoridades del hogar, quienes detectaron el caso porque el chico no quería ir más a la casa de su tutor. “Me ponía el pito en la cola”, habría declarado el pequeño.

Según la denuncia, se trata de Eduardo Sebastián, un contador de 58 años, que era colaborador voluntario de un hogar que depende de la Curia de San Isidro. De acuerdo con la presentación judicial, desde febrero de 2004 se transformó en el tutor del chico, de 11 años, y lo sacaba a pasear los sábados y domingos. También lo llevaba a dormir a su casa de Vicente López, hasta que en marzo último el pequeño empezó a negarse a esas salidas y quería quedarse en el hogar sin dar razones.

Pero días después, el chico les contó a un compañero y luego a las autoridades del hogar por qué no quería salir con su tutor. En la denuncia de las autoridades del hogar se detalla que cuando iba a la casa del contador, éste “entraba al cuarto con una linternita”, le “sacaba la ropa” y lo “ponía boca abajo”. “Me hacía la cochinada”, declaró el chico, quien luego precisó: “Me ponía el pito en la cola”. En su crudo testimonio aseguró que en aquel momento le “dolía” la zona anal y los genitales porque, según detalló, se lo “tocaba mucho”. “Sacaba fotos, después me las mostraba y las borraba”, contó el chico en la Justicia.

También precisó que, después, el dueño de casa supuestamente “iba al baño, traía papel higiénico” y le “limpiaba la cola”.

A raíz de ese testimonio, más las declaraciones de las autoridades, psicopedagogas y psicólogas del hogar, el chico fue sometido, un día después de haber hecho la denuncia, a un examen físico, en la Oficina Pericial de San Isidro.

La denuncia fue radicada el 3 de abril último por las autoridades del hogar de niños de la calle contra el tutor, que se desempeñaría laboralmente en un estudio jurídico porteño, y años atrás habría sido entrenador de rugby, categoría infantiles, en los clubes Pueyrredón y Deportiva Francesa.

Fuentes del obispado de esa localidad informaron a Página/12 que, “apenas se detectó el caso, se realizó la denuncia y se le prohibió la entrada al tutor”, quien primero empezó a colaborar con el hogar y luego, mediante autorización de la Justicia, empezó a llevarse al chico. “Ahora el tema está en manos de la Justicia. El pequeño está en el hogar”, afirmaron.

En tanto, los médicos legistas establecieron que el cuerpo del pequeño presentaba “disminución de los pliegues perianales” y determinaron que eso “constituye un signo inespecífico de abuso sexual”, según consignó la agencia DyN.

El Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia realizó una serie de tests y elaboró un informe psicológico para confirmar los dichos del chico. Esta semana se realizó un allanamiento en la casa de Sebastián y se incautó, según figura en el expediente, un envase de una máquina fotográfica digital y una caja que tenía un vibrador sexual, preservativos, gel y caramelos Palitos de la Selva.

La causa contra el presunto violador está a cargo de la fiscal Verónica Mara Di Tomaso y del juez Esteban Rossignoli. El delito de abuso sexual a un menor de 13 años, en su variante de acceso carnal por parte de un “tutor”, que se le imputa a Sebastián, está castigado con una pena de ocho a veinte años de reclusión o prisión.

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