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Sociedad|Lunes, 5 de junio de 2006
LA APDH DARA CLASES A POLICIAS DE LA MATANZA

Un curso contra los excesos

La APDH y el Ministerio de Seguridad bonaerense organizaron talleres de DD.HH. La idea surgió después de que uniformados de San Justo mataron a balazos al joven Miguel Cardozo, hace 15 días.

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El secretario de DD.HH. bonaerense, Edgardo Binstock (der.), abrió las jornadas en La Matanza.

“Los excesos de la policía los vemos todos los días. Por suerte no siempre terminan con una muerte, pero pasan todos los días”, denuncian desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza. La muerte de la que hablan, la más fresca en el recuerdo, es la de Miguel Cardozo, un adolescente de 15 años que hace dos semanas caminaba por San Justo con unos amigos y, después de patear una botella en la vereda, fue golpeado y fusilado por un oficial de la Bonaerense. Tratar de frenar esa violencia es lo que se proponen la APDH y la Subsecretaría de Participación Comunitaria del Ministerio de Seguridad a partir de una serie de talleres sobre derechos humanos que empezarán a dar a los policías de La Matanza y que fueron presentados en una Jornada de Derechos Humanos para la Policía.

Desde hace cinco años, la APDH realiza recorridas por las más de 20 comisarías del distrito. Caminando por los barrios reciben las denuncias de los vecinos y después intentan ser escuchados por los comisarios. “Los buscamos a ellos porque son los máximos responsables de las comisarías y deben responder por lo que hacen sus subordinados”, señaló a Página/12 Marcelo López, de la APDH. De a poco lograron algunos avances. Por ejemplo, en la organización reconocen que las detenciones injustificadas, hechas por la sola portación de cara, ahora son un poco menos frecuentes. Aunque los problemas continúan.

Las quejas apuntan a los excesos de la policía, a la utilización de los ilegales books de fotos donde quedan registrados los detenidos y a los errores cometidos en la instrucción procesal penal, que derivan en la detención de personas que luego son absueltas por los jueces.

Los reclamos y los talleres fueron presentados en una jornada de derechos humanos que se desarrolló en la jefatura de la Departamental La Matanza, en la que participaron el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Edgardo Binstock; oficiales de las diversas comisarías del distrito, representantes del departamento judicial de La Matanza, autoridades municipales y la APDH.

Para Binstock, “es necesario terminar con la dicotomía entre seguridad y derechos humanos, que es planteada desde muchos sectores de la sociedad y de los medios, y a la que se llegó después de la aplicación de una política de exclusión y de violencia en la década del ’90”. Según explicó, los efectos de esa política se reflejan en un dato: mientras que en el 2000 había 12 mil presos en toda la provincia, en el 2006 esa cifra trepó a los 30 mil, y la mayoría de ellos son jóvenes pobres de entre 18 y 25 años.

“La capacitación y la formación del personal policial debe servir para perfeccionar el respeto por los derechos humanos, para generar un importante cambio y una nueva cultura policial”, consideró Juan Carlos Carrizo, jefe de la Departamental de La Matanza. A pesar de que reconoció que “aumentaron las diferencias entre lo que prometemos y lo que hacemos de verdad”.

“La solución es modificar la estructura de capacitación para que tengan bien integrada la cuestión de los derechos humanos –aseguró Marcelo López–. En la academia tienen una materia sobre el tema, pero el problema es quién capacita y desde qué perspectiva. Lo cierto es que no es nuestra responsabilidad formar a la policía, pero la formación que tienen, en la práctica, no se ve.”

Los talleres empezarán el mes próximo con la articulación de la Subsecretaría de Participación Comunitaria. En principio concurrirán dos policías por cada una de las dependencias de La Matanza, que en total son: 22 comisarías, un destacamento, una comisaría de la Mujer y otra de la Mujer y la Familia. Serán cuatro clases de tres horas cada una que se darán cada quince días en el aula de una escuela.

“La propuesta es trabajar las matrices de aprendizaje de los participantes. Poder ver qué conocimientos y nociones traen desde su ámbito de origen y cuánto incorporaron en las academias de instrucción dela fuerza, y que vayan modificando algunos valores y las pautas de procedimiento”, detalló López.

Las reuniones aspiran a estar lejos de los planteos puramente teóricos y buscarán trabajar a partir de casos específicos que serán analizados. “Utilizaremos elementos movilizadores, como recortes periodísticos, testimonios y relatos de acciones puntuales de la policía, que nos permitan ver cómo se actuó y reconocer cómo se debió haber actuado, qué cosas se hicieron mal y de qué forma se tendrían que haber hecho”, afirmó. Una vez terminados los talleres, el objetivo es que los policías puedan ser evaluados en las mismas comisarías en las que trabajan por los abogados de la APDH, para lo cual ya consiguieron la aprobación de al menos algunos de los comisarios.

“Los policías salen de los mismos barrios de donde son los chicos a los que les pegan. Nosotros queremos trabajar en la reconversión de esos policías –indicó–, porque sabemos que las exoneraciones no solucionan el problema. Los exonerados después terminan como mano de obra desocupada.”

Informe: Lucas Livchits.

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